El jefe del Comando Sur de Estados Unidos (Southcom), el almirante Craig Faller, desarrolló el martes ante el Comité de Servicios Armados del Senado del país norteamericano, su estrategia de defensa nacional en Sudamérica, América Central y Caribe, en cuyo marco enumeró las amenazas presentes en la región. Entre estas, destacó la influencia de Rusia y China.
El almirante calificó las acciones de Rusia en la región como las de «un oso herido» que busca el poder. «Quieren hacer que EE.UU. se vea mal y harán cualquier cosa que desafíe la ventaja de EE.UU., incluso si esa ventaja es para el bien internacional», apuntó Faller.
Respecto a la actividad china en Latinoamérica, el militar subrayó que Pekín tiene «legítimos intereses económicos en todo el mundo», detallando que trabajan en la construcción de puertos, desarrollo de infraestructuras o en el acceso al espacio.
Aunque «todo esto que se caracterizaría por los funcionarios estatales chinos como un poder blando», Faller opina que Pekín «está preparando el escenario para un futuro acceso e influencia que tendría claramente una dimensión militar».
¿De qué exactamente se les acusa?
El supuesto peligro que proviene de dichos países, manifestó el militar, no se limita al sector militar, sino que también está presente en la esfera económica y cibernética. Agregó a esto que, al igual que Teherán, Moscú y Pekín han expandido su acceso al vecindario e intentan imponer otro orden mundial «consistente con sus modelos autoritarios». En este sentido, hizo mención especial a Venezuela, donde Rusia y China —alegó— respaldan el «autoritarismo local» por interés económico y por ejercer influencia.
«[Rusia y China] están desdibujando las líneas de lo que constituye una ‘amenaza militar’, a través de la coerción económica, el robo sistemático de tecnología, las campañas de influencia y la actividad cibernética maliciosa», declaró Faller.
Como ya es habitual para las autoridades estadounidense, Faller acusó a Rusia de interferir en los asuntos internos de los países latinoamericanos mediante la supuesta difusión de noticias falsas e injerencias electorales.
Dichas acusaciones han sido firmemente refutadas por Moscú en diferentes ocasiones. En 2018, el año en que se celebraron varias elecciones importantes a lo largo de América Latina, el Kremlin advirtió de que EE.UU. se dedicaba a desinformar e imponer a los países de la región la idea de la supuesta injerencia rusa.
Estas acusaciones contrastan con los cambios de gobierno que el propio Washington ha propiciado en el pasado en los países de la región. Pese a que EE.UU. siempre negó en su momento su participación en derrocamientos de gobernantes, documentos desclasificados años más tarde por sus mismas instituciones revelan lo contrario.
¿Tropas rusas en Venezuela?
En particular, Faller aseguró que Rusia cuenta con tropas en ese país latinoamericano y que la existencia de reportes que refutan dicha afirmación tiene que ver con la manera como el Kremlin manipula los medios de comunicación a nivel mundial.
«Hay tropas rusas, hay contratistas de defensa rusos, hay cientos presentes en Venezuela. Están apoyando al régimen de [presidente legítimo venezolano Nicolás] Maduro. Mantienen el equipo ruso en funcionamiento. Están llevando a cabo la gama completa de actividades que se esperaría de una potencia extranjera para apoyar a su régimen títere», denunció Faller.
En una entrevista concedida a fines del pasado junio a Financial Times, el presidente ruso, Vladímir Putin, insistió en que no hay tropas rusas en ese país. El mandatario explicó que el personal ruso que se encuentra en Venezuela está allí en el marco de acuerdos bilaterales existentes entre Moscú y Caracas y se limita únicamente al mantenimiento de la técnica militar y la formación de especialistas en este ámbito.
«Tenemos contratos, en los que está escrito qué es lo que tenemos que hacer para el mantenimiento de esta técnica militar y cómo», precisó el líder ruso, subrayando que eso no puede ser interpretado como un intento de Moscú de influir en la vida política del país. Asimismo, recordó que el suministro de armas rusas a Venezuela se remonta a los tiempos del Gobierno de Hugo Chávez.
Endeudamiento como principal estrategia de China
En cuanto a China, el funcionario estadounidense sostuvo que Pekín pone deliberadamente a los países latinoamericanos en situación de deuda, ganando de esta manera influencia en sus gobiernos.
Como el mayor acreedor estatal de Venezuela, el país asiático «ha endeudado a los venezolanos en más de 60.000 millones de dólares» y «está exportando tecnología de vigilancia utilizada para monitorear y reprimir al pueblo de Venezuela», según Faller.
Aunque Faller acusó a Pekín de empeorar la situación de Venezuela con el deliberado endeudamiento, el propio Caracas denuncia que el Gobierno de Donald Trump ha incrementado sus medidas de presión y sanciones contra el país con la finalidad de forzar la renuncia de Maduro y en reconocimiento al autoproclamado «presidente encargado», Juan Guaidó.
Venezuela cataloga estas acciones como un «bloqueo económico y financiero» que le ha causado pérdidas millonarias al país suramericano, la congelación de dos de sus activos del campo energético en el exterior (Citgo y Monómeros) y el bloqueo de cuentas del Estado en el exterior, lo que le ha dificultado la adquisición de alimentos y medicinas.
Socios y aliados en la región
Durante su discurso, Faller habló positivamente de la cooperación militar que existe entre EE.UU. y diversos países de la región como Colombia, Perú, Brasil o Chile.
A finales del pasado junio, el jefe del Comando Sur realizó una gira por Suramérica que lo llevó a visitar Argentina y Chile. El principal objetivo de su viaje era fortalecer las alianzas estadounidenses en la región ante la creciente influencia de potencias como Rusia y China. El almirante hizo hincapié en los ejercicios militares conjuntos realizados en Chile, asegurando que la cooperación debe ir en esa dirección.
Asimismo, Faller se mostró inquieto por una estación espacial en Argentina en la que trabaja China, asegurando que el grado de actividad militar en el lugar es extremadamente preocupante para el país norteamericano.
El almirante destacó asimismo los esfuerzos conjuntos de los militares estadounidenses y sus colegas colombianos para combatir el tráfico de drogas procedentes de ese país.
Sin embargo, el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag) publicó el año pasado un informe que indica que tanto los movimientos militares de EE.UU. registrados en Panamá y Colombia, como las bases militares con las que Washington cuenta en Colombia, Perú y Honduras, los ejercicios militares denominados AmazonLog o los acuerdos con las Fuerzas Armadas argentinas suponen una «demostración de fuerza» para conseguir un «cambio de régimen» en Caracas.
Centroamérica
Faller destacó el trabajo del SOUTHCOM en Centroamérica, afirmando que los recientes cambios de gobierno en algunos países son positivos para las relaciones con EE.UU., como en el caso del El Salvador, cuyo liderazgo anterior tenía otra visión. Según el almirante, la influencia de Rusia y China ha disminuido en esta nación centroamericana, al igual que en Honduras y Guatemala.
Cabe destacar, que estos tres Estados forman parte del llamado Triángulo Norte de Centroamérica, región que es considerada como la más mortífera del mundo. El Salvador, en particular, es el país con la tasa de homicidios más alta de todo el continente americano, según un reciente reporte de la ONU.
La desenfrenada violencia, combinada con la extrema pobreza y corrupción, son algunas de las razones principales que empujan a decenas de miles de centroamericanos a abandonar sus hogares rumbo a EE.UU. en busca de una mejor vida.
Las caravanas de migrantes han provocado una crisis humanitaria en la frontera de México y EE.UU.
Ante esta situación, el Gobierno de Donald Trump anunció que suspenderá los programas de ayuda humanitaria destinados a Honduras, Guatemala y El Salvador hasta que estos países adopten medidas para detener el flujo de migrantes.
Posible solución para EE.UU.
De acuerdo con Faller, China entra a la región con una mayor cantidad de dinero en efectivo que el Pentágono. Sin embargo, insistió en que representantes de las fuerzas armadas de diferentes países latinoamericanos le expresaron su disposición a cooperar con Washington a pesar de que Pekín ofrece más dinero.
En algunos casos, muchos de los altos rangos militares de las naciones de la región estudiaron en EE.UU. y ello juega un papel importante. Es el caso de El Salvador, cuyo ministro de Defensa atendió a una institución militar estadounidense.
Para Washington, la mejor forma de competir ante la creciente influencia de Rusia y China —indicó el almirante— es usando su fortaleza y sus acciones, sobre la base del respeto mutuo y la cooperación con los países de la región.
Esto significa, dijo, apelar a la formación educativa, compartir información, además de entrenar mediante ejercicios militares conjuntos, «hombro con hombro», de EE.UU. y los países de América del Sur y el Caribe, así como invertir en las ONG que operan en la zona, todo lo cual calificó como la mejor manera de obtener resultados de resiliencia más duraderos.
«También necesitamos la presencia militar correcta, enfocada y consistente», afirmó.
Fuente: RT.