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Las municiones de racimo fabricadas en EEUU son difíciles de vender porque han sido prohibidas en muchos países, por lo que el Pentágono está encantado de descargarlas en Ucrania, afirmó a Sputnik Karen Kwiatkowski, exanalista del Pentágono y teniente coronel de la Fuerza Aérea del país norteamericano.
«El interés del Pentágono parece estar en deshacerse de las municiones almacenadas, y es honestamente difícil deshacerse de estos proyectiles de racimo con fines de lucro, ya que muchas naciones las han prohibido», explicó Kwiatkowski.
«Desde la perspectiva de la industria militar estadounidense, la consecuencia es que el Pentágono y sus contratistas conseguirán (vaciar) el viejo inventario… para diseñar y vender nuevas armas más rentables que sirvan a un propósito militar similar: aterrorizar a las poblaciones y frenar un avance militar».
En cuanto al avance del conflicto y las perspectivas de paz, añadió, el uso de municiones de racimo, como las minas en general, puede ser una táctica en el campo de batalla que congela la superficie terrestre y las líneas de transporte, y destruye el uso del territorio donde se emplazan o utilizan.
«El uso de proyectiles de racimo y el minado del territorio parecen formar parte de una última fase de la batalla terrestre tradicional, una fase que facilita el establecimiento de nuevas fronteras y el fin de los combates activos», indicó Kwiatkowski.
Ucrania, por su parte, agregó, ha mostrado hasta ahora un pésimo historial de moderación y responsabilidad en el uso de todos los demás sistemas de armamento suministrados por Estados Unidos y sus aliados, y no hay razón para suponer que vaya a mostrar más responsabilidad o cuidado en el uso de municiones de racimo.
Kwiatkowski también criticó el doble rasero empleado por los medios de comunicación occidentales a la hora de interpretar el uso de estas municiones, pues en 2022 acusaron infundadamente a Rusia de emplear este tipo de proyectiles y lo catalogaron de crimen de guerra.
Además, mencionó, hay pruebas de los daños causados por las municiones de racimo estadounidenses en Irak y Afganistán, así como en todos los demás lugares donde se han utilizado.
«Esta decisión de EEUU y la flácida aceptación de la misma por parte de la OTAN, contraria a las políticas de muchos Estados miembros de la OTAN, constituye el último ejemplo de extrema hipocresía, y está siendo observada y comprendida exactamente por eso por toda Europa, así como por el resto del mundo», concluyó Kwiatkowski.
La Administración Biden anunció el 7 de julio que iba a suministrar municiones de racimo a Ucrania, una medida muy criticada por los activistas de derechos humanos y a la que se oponen algunos legisladores estadounidenses.
El 10 de julio, el congresista Matt Gaetz declaró que copatrocinará una enmienda al presupuesto de defensa estadounidense, que prohibiría a Estados Unidos transferir municiones de racimo a Ucrania o a cualquier otro país.