Con un total de 98 por ciento de los votos escrutados, el actual mandatario se habría impuesto por un total de diez puntos porcentuales sobre el otro candidato, Carlos Mesa.
El conteo del Tribunal Supremo Electoral de Bolivia (TSE) anunció el miércoles que la ventaja del actual mandatario Evo Morales ascendió a 10,02 puntos de ventaja sobre su rival, el expresidente Carlos Mesa, lo que le permitiría evitar una segunda vuelta si mantiene la tendencia.
Con el 98.5 por ciento de las actas computadas, Morales obtenía el 46,77 por ciento de los votos mientras que Mesa lograba el 36,75 por ciento, por lo que las boletas restantes podrían hacer variar la diferencia de diez puntos entre los dos principales candidatos.
Las autoridades electorales no realizaron declaraciones sobre el escrutinio, ya que según ley, para ganar en la primera vuelta, un candidato debe obtener el 50 por ciento más uno de los votos o lograr el 40 por ciento y tener una diferencia de al menos diez puntos porcentuales sobre el segundo.
Según los datos oficiales, el avance se da sobre la base de 6.357.937 votos emitidos el día de las elecciones, de los que 6.044.256 fueron declarados válidos, 89,415 blancos y 224,266 nulos.
La victoria de Morales, quien ejercería así un cuarto mandato consecutivo, no sería ratificada de inmediato porque aún quedan pendientes de registro poco más de 600 actas de sufragio con unos 120.000 votantes inscritos, la mayoría de ellas de provincias del departamento de Chuquisaca (sur), donde el cómputo estaba paralizado.
Por otro lado, el mandatario boliviano denunció que pese a que la autoridad electoral no ha emitido información final del recuento de voto de la elección general -en la que él lleva ventaja- la oposición ha hecho llamados a la desestabilización del país con fines golpista, por lo que subrayó que él y su gobierno defenderán estos comicios.
En tanto, el ministro boliviano Carlos Romero afirmó que los hechos violentos serán «responsabilidad política y jurídica de quienes están promoviendo estas manifestaciones violentas».
Romero, denunció este miércoles que la inteligencia de la policía boliviana detectó a un grupo que distribuyó dinamita a unas 400 personas para generar violencia en el país.
«A la cabeza de la manifestación 400 personas unidas de dinamita, que va a buscar la confrontación con la policía, con la finalidad de generar violencia y daños a bienes públicos», dijo Romero en rueda de prensa.
Asimismo, indicó que los grupos violentos han sido pagados por la oposición. «Contratan jóvenes, algunos con tendencia de consumo de alcohol de droga, para usarlos como carne de cañón. Es una provocación recurrente contra la policía», detalló.
Romero aseguró que el grupo de 400 personas responden a la organización de Franklin Gutiérrez, acusado en agosto pasado de la muerte de un policía y dos cocaleros, y de organizar grupos armado en Los Yungas de La Paz.
En este sentido, el ministro afirmó que los hechos violentos serán «responsabilidad política y jurídica de quienes están promoviendo estas manifestaciones violentas».
También se registraron actos de violencia en contra de los edificios de los Tribunales Electorales Departamentales (TED) y el Tribunal Supremo Electoral (TSE) pidió a las «organizaciones políticas y a la sociedad civil que acompañen esta fase final de manera pacífica».