Frei Betto pide al Papa que abogue por fin de bloqueo a Cuba

 

Oscar Redondo-Santa Sede│ Prensa Latina

En una reciente audiencia con el papa Francisco, el fraile dominico brasileño Frei Betto, teólogo de la liberación e importante figura latinoamericana, realizó al Sumo Pontífice tres peticiones de trascendental significado histórico, político y humano.

En el encuentro, celebrado en el aula Paulo VI del Vaticano, el destacado intelectual, autor de 74 libros de profundo contenido social, apeló al Papa para que interceda ante el presidente norteamericano, Joe Biden, y lo exhorte a que levante el criminal bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba.

Betto renovó además una invitación al obispo de Roma, formulada previamente por el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, para que participe en la cumbre climática Cop30, de Naciones Unidas, prevista para noviembre de 2025 en la ciudad de Belém, del estado de Pará, en plena Amazonia.

Como tercer tema, el religioso pidió al Pontífice la rehabilitación de Giordano Bruno, fraile dominico víctima de la Inquisición quien, tras ser acusado de hereje por sus ideas avanzadas para la época, fue quemado vivo en el año 1600.

Frei Betto nació el 25 de agosto de 1944 en Belo Horizonte, ciudad del estado brasileño de Minas Gerais y es uno de los principales ideólogos de la Teología de la Liberación, movimiento social y político dentro de la iglesia que interpreta el evangelio de Jesucristo a través de las experiencias vividas por los oprimidos.

El también antropólogo y filósofo es asesor de movimientos pastorales y sociales, miembro del Consejo Mundial del Proyecto José Martí de Solidaridad Internacional y desde 2019 asesora el Plan de Seguridad Alimentaria y Educación Nutricional en Cuba, de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

En un encuentro anterior con el Papa, efectuado el 9 de abril de 2014, a poco más de un año de iniciar este su Pontificado, Frei Betto le agradeció por su defensa de los más humildes y, en declaraciones a la prensa, afirmó que “Francisco es, efectivamente, el primer Papa que habla de las causas de las injusticias en el mundo”.

Destacó posteriormente el valor humanista de la encíclica papal Laudato si, de mayo de 2015, que aboga en favor del cuidado del medio ambiente y la preservación de los recursos naturales.

Ese documento, según afirmó “apunta que la desigualdad viene de un sistema que tiene el capital como prioridad y no los derechos humanos, y dice que el problema ecológico no puede ser visto sin tomar en cuenta el aspecto social, porque el desequilibrio ambiental afecta sobre todo a los más pobres”.

Francisco, quien siempre concedió una alta prioridad al tema del medioambiente, dedicó en 2019 el Sínodo de Obispos a la región amazónica, y a partir de los resultados de ese encuentro un año después publicó su exhortación apostólica «Querida Amazonia».

Por ello, cuando en mayo de este año la norteña ciudad brasileña de Belém, situada en los límites de la selva amazónica, fue seleccionada como sede en 2025 de la Cop30, se valoró la importancia de que el Papa asista a ese evento para que, según subrayó Frei Betto, “se intensifique la acción global en interés de resolver la crisis climática”.

En relación con la rehabilitación de Giordano Bruno, el fraile dominico brasileño retomó ante el Pontífice su pedido realizado previamente en la audiencia de 2014, durante la cual expuso sus argumentos para que se haga justicia a favor de ese astrónomo, filósofo, teólogo, matemático y poeta italiano del siglo XVI.

Bruno expuso su teoría de que el Sol era simplemente una estrella y que el universo debía contener un infinito número de mundos y propuso en el campo teológico una forma particular de panteísmo, concepción del mundo, según la cual el universo, la naturaleza y la deidad que los monoteístas llaman Dios son equivalentes.

Esa doctrina filosófica difería considerablemente de la visión cosmológica sostenida por las distintas confesiones cristianas, lo cual fue considerado en su tiempo, por los inquisidores, como una herejía.

Giordano Bruno, según ha señalado Frei Betto, “tenía una visión panteísta del mundo, fue un humanista importante y sus escritos son una contribución a valorar. La Iglesia estaba asustada por él y no al revés. Fue un mártir y debemos reconocerlo”.

El tema de Cuba centró una parte importante del diálogo en la audiencia reciente de Betto con el Sumo Pontífice, durante la cual sobresalió la apelación para que Francisco logre, como hizo en los primeros años al frente de la Iglesia Católica, un cambio en la política de Estados Unidos hacia Cuba.

En tiempos recientes el obispo de Roma reafirmó su cercanía con el pueblo cubano, y el 12 de julio del pasado año señaló, en relación con el restablecimiento de relaciones entre ambas naciones en 2015, que “me quedé contento cuando se logró ese pequeño acuerdo con los Estados Unidos, que el presidente Barack Obama lo quiso en su momento y Raúl Castro lo aceptó”.

“Fue un buen paso adelante, pero que se detuvo ahora” dijo el Papa respecto a ese acercamiento, tras un largo proceso en el que el Papa desempeñó un importante papel, según reconocieron ambos presidentes en ese entonces.

En su visita pastoral a Cuba, del 20 al 22 de septiembre de 2015, días después del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, el papa Francisco calificó ese hecho como un “signo de la victoria de la cultura del encuentro, del diálogo”.

Animó en esa ocasión a los líderes de ambas naciones «a continuar avanzando por ese camino y desarrollar toda su potencialidad como prueba del alto servicio que están llamados a prestar en favor de la paz y del bienestar de sus pueblos y de toda América, y de ejemplo de reconciliación para el mundo entero».

El escenario actual es muy diferente al de esa visita pastoral de hace ocho años, a causa de que durante el gobierno de Donald Trump (2017-2021) se revirtieron los avances logrados con tanto esfuerzo, y la actual política de Joe Biden contra la nación caribeña emula con la de su antecesor, pese a sus promesas de campaña sobre un cambio positivo.

De ahí la apelación de Frei Betto al Sumo Pontífice para que exhorte a Biden, quien profesa la religión católica, para que ponga fin a esa genocida política, violatoria de los derechos humanos.

“Cuba es un símbolo, Cuba tiene una historia grande”, enfatizó el Papa en sus declaraciones de julio de 2022, y apuntó que “en estos momentos se sostienen diálogos de sondeo para acortar distancias”, un proceso que pide continuar hasta buen fin el fraile dominico con su petición a Francisco.

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