Frontera griega: Una bomba de tiempo

Las autoridades griegas comenzaron a construir otro campamento de refugiados provisional en Idomeni y crearán un comité de crisis permanente a raíz del agravamiento de la situación. Macedonia bloquea el paso.

 

Ya son más de 11.000 los migrantes que se agolpan en la pequeña ciudad griega de Idomeni a la espera de que Macedonia, que el miércoles permitió el ingreso de sólo 510 personas, suspenda su política de bloqueo fronterizo, informaron ayer los medios griegos. Estas personas han quedado bloqueadas como consecuencia de nuevas restricciones impuestas por varios países de los Balcanes, lo que puede degenerar en una crisis humanitaria de forma inminente, según la ONU.

Las autoridades comenzaron a construir el miércoles otro campamento de refugiados provisional en Idomeni y el gobierno creará un comité de crisis permanente a raíz del agravamiento de la situación en su territorio, donde quedan varados miles de refugiados ante las restricciones de países vecinos. El nuevo comité se llamará Centro de Coordinación para la Gestión de la Crisis de Refugiados y su función será coordinar el reparto de ayuda humanitaria, la construcción y administración de campamentos y el suministro de alimentos.

Desde Grecia, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, instó a los “migrantes económicos” a no viajar a Europa. “Apelo a todos los potenciales inmigrantes ilegales económicos, sin importar de dónde sean, a no venir a Europa. No les crean a los traficantes. No arriesguen sus vidas y su dinero”, instó Tusk tras reunirse con el primer ministro Alexis Tsipras. Tusk se encontraba en Atenas como parte de una gira regional sobre la crisis por los países más afectados por la llegada masiva de migrantes, antes de una cumbre Unión Europea-Turquía sobre la crisis migratoria el 7 de marzo. El presidente del Consejo europeo se dirigirá luego a Ankara donde se entrevistará con el primer ministro turco Ahmet Davutoglu. Este llamado se produce luego de que la Unión Europea propusiera el miércoles un paquete de ayuda humanitaria de 700 millones de euros para los países más afectados por esta crisis, entre ellos Grecia.

Tusk afirmó que la permisividad en la entrada del flujo de refugiados se va a terminar y Tsipras criticó la negativa de algunos países de la UE que rechazan formar parte activa en la distribución igualitaria de refugiados. También condenó el cierre arbitrario de fronteras dentro del bloque. “Grecia no se va a convertir de ningún modo en un campo de almas perdidas”, aseguró el primer ministro.

Dentro de la UE, tanto Dinamarca como Suecia anunciaron ayer que controlarán sus fronteras hasta inicios de abril. Suecia ya controla sistemáticamente a todas las personas procedentes de Dinamarca en trenes, micros y embarcaciones, mientras que las autoridades danesas efectúan controles al azar en su límite con Alemania. Esas reglas, según se anunció ayer, continuarán vigentes hasta el 3 de abril en Dinamarca y al menos hasta el 8 de abril en Suecia.

“Europa ha fracasado en su misión de proteger sus fronteras exteriores”, afirmó el ministro del Interior sueco, Anders Ygeman, al término de una reunión de gabinete. “Hasta que no veamos una solución europea conjunta, Suecia está obligada a tomar medidas nacionales a corto plazo”, afirmó.

Aparte de los controles en las fronteras, Ese país anunció que planea endurecer las normas para dar asilo, como, por ejemplo, no ofrecer la residencia permanente a todas las personas a las que se les conceda el permiso. Suecia, que tiene una población de casi diez millones de personas, es, junto con Alemania y Austria, uno de los principales destinos buscados por solicitantes de asilo de Irak y Siria.

A todo esto, Bruselas difundió un borrador de la Comisión Europea que se propone trazar una hoja de ruta para que se suspendan los nuevos controles adoptados dentro del área Schengen. En el documento, la Comisión advierte del costo económico que tendría la reincorporación de controles fronterizos y asegura que la medida afectaría en particular el transporte de mercaderías y el tránsito de muchos empleados que viajan todos los días de un país a otro del bloque.

Otro de los focos en crisis trasciende el espacio Schengen: en el norte de Francia se lleva adelante el desmantelamiento de parte del campamento de refugiados de Calais, donde se agolpan migrantes que quieren continuar viaje hacia Reino Unido, que no pertenece al espacio de libre circulación.

Ayer, el presidente francés François Hollande mantuvo conversaciones sobre la situación con el primer ministro británico, David Cameron. Ambos acordaron que los refugiados menores no acompañados podrán viajar al Reino Unido en caso de tener familiares allí. Los casos serán evaluados por los ministerios de esas áreas, se anunció ayer. Los mandatarios destacaron además la importancia de lograr una postura realista, efectiva y común en la cumbre que sostendrá la Unión Europea con Turquía el próximo lunes.

Más de 130.000 migrantes han llegado a Europa desde enero, según cifras del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). La mayoría de estos migrantes pasaron por Grecia tras cruzar el Mediterráneo desde Turquía.

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