Miguel Ángel Barrios*
Se puede decir muy rápidamente que la geopolítica trata fundamentalmente del territorio y poder con una comprensión histórica. Y como la geopolítica trata de la historia, debemos darle una secuencia en el análisis a los dominios geopolíticos de acuerdo a su aparición histórica:
-Tierra: es el espacio terrestre, el lugar primigenio donde la humanidad nace y se desarrolla, los humanos somos seres terrestres, nacemos y vivimos en la tierra. En los entornos urbanos nacieron las unidades políticas territoriales, y en la tierra se explotan los recursos minerales y energéticos y sus recursos de agua dulce.
– Mar: el desarrollo y expansión de las comunidades humanas convirtió el espacio marítimo en lugares de tránsito y de explotación pesquera, pero también donde se crearon flotas mercantes y de guerra y se expandieron los territorios europeos en el mundo (siglos XVI al XX). Así como en la actualidad sigue sucediendo con el poder talasocrático de los EEUU.
-Aire: La tecnología aérea es un requisito obligatorio para hacer uso de este dominio y es un requisito imprescindible para las Fuerzas Armadas de cualquier Estado, y, por supuesto para la aviación civil comercial ya que constituye el medio de transporte más rápido del mundo capaz de realizar vuelos interoceánicos.
-Cosmos: como colofón al desarrollo tecnológico de la navegación aérea, a mediados del Siglo XX se abrió un nuevo dominio: el espacio ultraterrestre o cosmos. Si el espacio aéreo necesitaba obligatoriamente un importante desarrollo tecnológico, el cosmos representa un escalón superior. A pesar de que, a excepción de los astronautas, pocos humanos han estado en el cosmos, su gran impacto actual radica en los satélites que orbitan y permiten un modelo de comunicación y vigilancia nunca visto en la historia.
En síntesis, si no se comprende el tablero completo con todas sus dimensiones, no se puede llegar a comprender la realidad.
La cibergeopolítica surge como nueva rama de la geopolítica, y el ciberespacio es un nuevo mundo donde la tecnología informática, necesaria para conectarse a internet, es cada vez más accesible.
Desde el punto de vista geopolítico cada vez se hace más estratégico y se vuelve una necesidad geopolítica: la conectividad 5G.
La conectividad 5G constituye un cambio profundo en la conectividad, porque va a permitir un tiempo de repuesta de la red de un milisegundo y una velocidad de conexión 100 veces más rápida que la actual 4G, además de permitir ahorrar energía respecto a los sistemas actuales (Vicente Moret Millas. “El despliegue de las redes 5G o la Geopolítica Digital”, Real Instituto Elcano. 12/03/19).
En definitiva, la conectividad 5G será la base del desarrollo del Internet de las cosas, la conducción autónoma, la impresión 3D, la industria 4.0, la Telemedicina, el uso masivo del big data, la robótica avanzada o la realidad virtual. En síntesis, todo ello será posible si desde la geopolítica digital, los estados logran con éxito disponer de la infraestructura y el sistema necesario para el despliegue de la conectividad 5G.
Los sectores que se verán impactados por la misma serán los de la industria, automoción, seguridad, defensa, salud, medios de comunicación y entretenimiento, transporte, energía y servicio financiero.
Lo que está en juego no es solamente la inversión y sus resultados en la preponderancia tecnológica sino un campo de enfrentamiento geopolítico de los Estados que pretendan ser sujetos, además de las grandes potencias, y por ende al decir geopolítico estamos afirmando que afecta la Seguridad Nacional. Por ejemplo, el primero de los ámbitos donde se manifiesta la lucha en clave tecnológica es lo relativo a la industria y la defensa, a tal punto que la estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos del año 2017 lo dice directamente. Este documento en su introducción “América Primero” señala directamente la competición geopolítica en el ámbito de la ciberseguridad (The Trump Administration´s National Security Strategy).
En el ámbito del despliegue de las redes 5G debemos destacar cinco fabricantes principales: Nokia, Ericson, Samsung, Huawei, ZTE, las dos últimas empresas chinas. Es por esa la razón de la tensión entre EEUU y la empresa china Huawei y la desconfianza de los EEUU de que los fabricantes chinos introduzcan dispositivos que permitan envíos de información encubierta. Ya en el 2012, la Comisión de Inteligencia del Congreso de los EEUU avisó que estas empresas chinas podrían ser una amenaza a su Seguridad Nacional (“U.S. Panel Cites Risk in Chines Equipment”, The New York Times, 8/10/12).
Estados Unidos, por recomendación del Consejo Nacional de Seguridad, busca crear una nueva red 5G nacional construida y creada por el gobierno de los EEUU y no por ninguna empresa privada.
En suma, una nueva Guerra Fría Tecnológica está ocurriendo alrededor de los sistemas de telecomunicaciones y los aspectos relativos a la ciberseguridad se vuelven centrales. El Foro Económico Mundial de Davos de 2019 señaló los ciberataques como la amenaza más probable solo por detrás de los eventos climatológicos, los desastres naturales y el robo masivo de datos. (Vicente Moret Millás. “El despliegue de las redes 5G o la Geopolítica Digital”, Real Instituto Elcano. 12/03/19).
La geopolítica digital se halla más movediza que nunca dentro de las 5 dimensiones dentro del campo de la geopolítica y Nuestra América, si no toma un camino de priorizar una inversión seria y sustentable en cibergeopolítica, corre el riesgo de quedar al margen de los desafíos que nos propone posicionarnos ante la Cuarta Revolución Industrial.
*Es doctor en educación y en ciencia política. Autor de reconocidas obras sobre América Latina.