Víctor Ternovsky | Sputnik
* Rusia y Cuba celebraron un diálogo empresarial de envergadura en la presente edición del Foro Económico Internacional de San Petersburgo. Se recordó el inicio del ensamblaje de automóviles rusos en la Isla y los avances en el turismo.
La delegación de la isla caribeña en la cita fue encabezada por el ministro del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Oscar Pérez-Oliva Fraga, quien dijo sentirse «como en casa» en el país euroasiático, mientras que llamó a liberar el enorme potencial de las relaciones económicas y comerciales entre ambas naciones.
En este contexto, constató que Moscú y La Habana tienen suscritos una serie de documentos que crean las bases para el desarrollo de los lazos bilaterales. Entre ellos están el Convenio Marco de Cooperación entre los dos Gobiernos —que incluye una hoja de ruta para su implementación— y la Agenda Económica Bilateral, así como el Plan de las Líneas Clave de la Colaboración hasta el año 2030.
Pérez-Oliva Fraga presentó casos exitosos de la cooperación rusa-cubana, en particular, en sectores como la biofarmacéutica, la industria azucarera o el ámbito energético. En este último contexto, citó la actividad de la petrolera rusa Zarubezhneft en la isla. También destacó el inicio del ensamblaje de automóviles rusos en Cuba, mientras que se refirió, asimismo, a los avances en el tema del turismo.
El viceprimer ministro ruso, Dmitri Chernishenko —quien es también copresidente de la comisión intergubernamental entre ambos países— señaló en un mensaje a los participantes del encuentro que, en 2024, 160.000 turistas rusos visitaron Cuba —una cifra récord— mientras que el volumen del intercambio comercial aumentó más del 13%. Asimismo, se mostró convencido de que la alianza ruso-cubana, a la que calificó como «estratégica», seguirá fortaleciéndose «en beneficio de sus economías».
De hecho, este fue el propósito del encuentro en San Petersburgo, que constituyó a la vez una línea directa con el empresariado cubano reunido en La Habana. El ministro Pérez-Oliva Fraga valoró al diálogo como «franco y directo».
Y es que las empresas presentes en la cita, tanto rusas como cubanas, no solo expusieron sus potencialidades en temas que van desde el turismo hasta la construcción de máquinas, pasando por la agroindustria y el sector digital, sino también abordaron los pasos a dar para superar las trabas al comercio y las inversiones.
Se trata, por ejemplo, de las sanciones occidentales contra ambas economías o deficiencias de carácter logístico como la insuficiente flota de barcos comerciales. Son desafíos que ya están siendo atendidos, habiendo una gran voluntad de superarlas, tanto en Moscú como en La Habana, según quedó plasmado en evento.