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A pesar de los problemas que intentan crear los detractores, los ingresos del país procedentes del petróleo y el gas y los no procedentes del petróleo y el gas están creciendo, declaró el presidente de Rusia, Vladímir Putin.
«A pesar de los problemas que nuestros detractores y envidiosos intentan crearnos, el presupuesto se está cumpliendo al ritmo adecuado, los ingresos por petróleo y gas están creciendo y, lo que es particularmente agradable, los ingresos no petroleros también están creciendo. Creo que crecieron un 24 por ciento recientemente», dijo en la reunión con el jefe del Servicio Fiscal Federal, Daniil Egórov.
El mandatario también señaló que esto demuestra que los indicadores económicos se están estabilizando, pero también hay riesgos. «Todo esto indica la estabilización de los indicadores económicos, al menos de momento. Entendemos los riesgos, los vemos a medio plazo, no han desaparecido, está todo claro», añadió.
Europa se convierte en una economía tercermundista
Por otro lado, estos días, la bolsa europea es la peor del mundo occidental, cerrando en rojo por tercer día consecutivo. Según informa ‘The Forbes’, su rendimiento es inferior al de Estados Unidos en casi 10 puntos básicos, con una caída del 22 por ciento en lo que va de año.
La inflación en Europa, en países como el Reino Unido y Alemania, es incluso peor que en México, según el artículo publicado en el diario norteamericano. Y la razón son las sanciones rusas sobre la energía como castigo por su operación especial en Ucrania, que a su vez desencadenaron una enorme subida de los precios de las materias primas que ha perjudicado más a la economía europea.
Algunos dicen que esto es bueno para Europa porque, supuestamente, al abandonar el petróleo y el gas rusos, los líderes de la Unión Europea están indicando a sus Estados miembros y a sus ciudadanos que están pasando a una economía posterior a los combustibles fósiles. Algo que los europeos, en general, solo parecen querer.
La retórica verde vs. la realidad
Ursula von der Leyen, la presidenta de la Comunidad Europea, compara el fin de la era de los combustibles fósiles con la misión lunar de Europa, refiriéndose al Great Deal Europeo, una herramienta continental para combatir el cambio climático.
Sin embargo, el artículo precisa: »Estas acciones y la retórica no alejarán a Europa de los combustibles fósiles. Europa tiene que volver al carbón para abandonar el gas ruso y está quemándolo más para mantener la luz encendida».
La afirmación de Alemania de dejar de comprar el carbón ruso, en realidad, no supone la reducción de su uso. El hecho de que Alemania este diciendo que renuncia al carbón ruso, solo significa una cosa: lo reciben de algún otro lugar.
El artículo de The Forbes precisa, que, aunque los países europeos estén en contra de la operación, estas sanciones deben ser o revisadas o selectivas.
El autor precisa:
»Occidente se ha disparado a sí mismo en el pie en materia de energía, ha hecho un gran daño a las iniciativas sobre el cambio climático y se arriesga a un aumento de los precios de los alimentos debido a la caída de la producción de fertilizantes, también gracias a las sanciones contra los proveedores rusos y al aumento de los precios de la energía. Y si Bruselas no quería el carbón ruso antes del conflicto en Ucrania, seguro que ahora le vendrá bien».
Sólo las exportaciones de carbón ruso equivalen, en términos energéticos, a 165 mil millones de metros cúbicos de gas natural, según The Forbes, lo que equivale según el diario, al total de las exportaciones de gas por gasoducto de Rusia a toda Europa (tanto a los miembros de la UE como a los que no lo son).
Europa: ¿merece la pena el riesgo?
Por ahora, los operadores macroeconómicos buscan dos señales para Europa y la economía mundial. Estas son un alto el fuego en Ucrania, o que Europa esté tan desesperada este invierno que no tenga más remedio que relajar algunas sanciones.
Y a la pregunta que hizo el diario estadounidense a Vladimir Signorelli, director de Bretton Woods Research en Long Valley, de si Europa se dirige a las economías del tercer mundo, él se ríe:
«Ciertamente, van en esa dirección. Y los Verdes siguen oponiéndose a la energía nuclear en Alemania. No los entiendo. Van por la vía rápida hacia un programa energético tercermundista», afirma.