A pesar que en los EEUU se violentan día a día los derechos humanos de blancos, afroamericanos y latinos, ente otros grupos étnicos, la embajadora de ese país en Nicaragua, Laura F. Dogu, insiste en su política de inmiscuirse en nuestros asuntos internos al manifestar que “ellos están trabajando” con Gobiernos para “mejorarlos” en relación a esa materia.
Tras el injerencista escrito publicado por el Departamento de Estado gringo, venerado y aplaudido por la derecha servil y pro imperialista, el gobierno de los EEUU anda con una falsa bandera de protector y promotor de los derechos humanos en las naciones que consideran sus enemigas, obviando los grandes problemas que tienen en su país sobre este tema.
En el escrito elaborado de forma torcida por John Kerry, actual Secretario de Estado de os EEUU, se acusa a Nicaragua de intimidar a las organizaciones de la sociedad civil a través de procedimientos burocráticos para suprimir las críticas, restringir su derecho al voto, obstáculos a la libertad de expresión y de prensa, intimidación, acoso a periodistas y medios independientes.
Aquí dicen hasta exabruptos
Apartando lo torcido e injerencista del informe, la llamada sociedad civil se expresa a diario a gusto y antojo en contra del Gobierno, con el financiamiento de organismos extranjeros, principalmente de los EEUU. Desde 1984 no se ha dejado de realizar una sola elección en sus diferentes modalidades, en las que han participado los ciudadanos que así lo estimaron conveniente.
Sobre las quejas de la llamada sociedad civil, el supuesto acoso e intimidación a periodista y medios de comunicación, lo que estos detractores del Gobierno, pagados por organismos extranjeros quisieran es una mayor impunidad para verter veneno y poder recibir con mayor afluencia las cantidades de dinero que les permitan mantener con más tranquilidad su vida de lujos y comodidades.
La embajadora Dogu se refirió a los derechos humanos en el mundo como un tema que debe ser fundamental para cualquier país, incluyendo a Nicaragua, “y por eso para los EEUU es importante que se trabaje en esa dirección”. Partiendo de este principio, la administración gringa debe leer un informe que elaborara China recientemente sobre la situación de DDHH en Norteamérica.