Granma
Luis Almagro, en su ambición de reelegirse en el cargo al frente de una de las más desprestigiadas instituciones de este planeta, volvió a hacer su campaña usando sus acostumbradas mentiras contra Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Lo de Cuba es terrible. Imaginémonos que unos 46,000 colaboradores cubanos en Venezuela, la gran mayoría de ellos médicos, técnicos de salud, enfermeras, educadores, entrenadores deportivos y culturales, están –según Luis Almagro– «enseñando a torturar» en esa nación latinoamericana.
No suficiente con eso, los cientos de médicos de la Isla que trabajan en Nicaragua, también son «torturadores», asegura el impostor que presentó su reelección en el cargo de secretario general de la OEA para el 2020-2025.
Y seguro pueden calumniar a otros miles que brindan sus servicios en Guatemala, Haití, Bolivia, Ecuador, y quizás hasta a los que llevaron la Operación Milagro a Uruguay –la tierra de Luis Almagro– que ha beneficiado a 77,200 personas con cirugías oftalmológicas, en casi 11 años, según el portal de Prensa Latina, de ellos 50,000 corresponden a cataratas que, de no haber recibido atención podrían haber quedado ciegos.
La brigada médica cubana en esa nación sudamericana atendió en una década a más de 450,000 uruguayos de bajos recursos y pesquisó a 175,000, informaron autoridades sanitarias de ese país.
La Operación Milagro llegó a Uruguay en el 2005 como parte de un acuerdo con Cuba para controlar la primera causa de ceguera reversible en el país, la catarata, y en noviembre del 2007, con la colaboración de los técnicos cubanos, comenzó a funcionar el Hospital de Ojos José Martí.
¿Qué dice el señor Almagro de esto? ¿Catalogará de torturadores a esos médicos que devolvieron la visión a decenas de miles de ciudadanos en su país?
Otros muchos ejemplos nos pueden llevar a los más de 68 países donde hay médicos cubanos, que lo que hacen es brindar solidaridad.
Todos en nuestra Patria sabemos y estoy seguro que la gran mayoría de los latinoamericanos también lo saben, que Almagro, además de mentiroso es cínico y un vulgar mercenario pagado por Estados Unidos. Y como tal debemos desenmascararlo, a él y a sus acólitos seguidores y financistas.
Ahora, en su ambición de reelegirse en el cargo al frente de una de las más desprestigiadas instituciones de este planeta, volvió a hacer su campaña usando sus acostumbradas mentiras contra Cuba, Venezuela y Nicaragua. Y es muy posible que se reelija, porque me imagino que un personaje como este tendrá muy pocos competidores. Su aval de mercenario antilatinoamericano supera al de cualquier otro trasnochado que aspire a su silla.
En el más reciente de sus encuentros en Washington acudieron mercenarios y mercenarias que viajaron desde la Isla, con boletos de avión y todos los demás gastos pagados por Estados Unidos.
Eran invitados a mentir, a aportar supuestos testimonios y a aplaudir a Almagro cada vez que arremetía contra Cuba, Venezuela o Nicaragua, como «violadores de los derechos humanos».
Almagro marcó la pauta del evento cuando aseguró que se trataba de un «proceso firme y continuo para denunciar al régimen cubano».
El cínico personaje acusó al Gobierno cubano de exportar «mecanismos de terror» a otros países de Latinoamérica, como Venezuela y Nicaragua.
Para ese circo convocó a personajes de la peor estirpe, como René Bolio, que se identifica como presidente de Justicia Cuba, y Orlando Gutiérrez, ambos vinculados a los peores terroristas de la mafia cubanoamericana de Miami. De sus manos salió el informe que abrió el debate –o chanchullo– entre nostálgicos, terroristas, aspirantes a serlo y otros.
Por supuesto, allí estaban como las primeras, Berta Soler y Marta Reyes, las autollamadas Damas de Blanco, de entrañas bien oscuras. Todos bajo la conducción de lo peor, Luis Almagro, secretario general de la OEA.
Y relaciono a algunos de estos personajes para que nuestro pueblo conozca bien a quienes, como mercenarios de la peor calaña, viven en Cuba o viajan a la Isla sistemáticamente, reciben muchos dólares desde la cuna imperial de Estados Unidos, y siempre están prestos, lo mismo en Washington que en Europa, a tomar el avión para acudir a cuanta cita se organice para difamar la realidad cubana.
Cuando leo la lista completa de los participantes en el show, me percato que sus anfitriones estadounidenses tuvieron que desembolsar una buena cantidad de dinero, porque fueron muchos los boletos de avión, las comidas, los tragos y el aguinaldo por las fechas navideñas.
En el tema de las «torturas», quiero recordar que sí, en un rincón de Cuba, en un pedazo de nuestra Isla soberana, hay un oscuro centro de torturas creado por Estados Unidos en la ilegal base en Guantánamo.
Allí han sido llevadas cientos de personas, muchas de ellas por tener facciones árabes, y se han aplicado las más terribles formas de maltrato y vejaciones que puede sufrir cualquier ser humano. Muchos no han resistido y mueren. Otros se suicidan. Otros esperan tener algún día la posibilidad de un juicio o al menos saber por qué fueron llevados allí.
Es curioso, el señor Luis Almagro, su infame OEA y los mercenarios a los que paga y convoca, nunca han levantado una mano condenatoria por la verdadera tortura a que son sometidos esos seres humanos.
EN CONTEXTO: «LOS TORTURADORES DE ALMAGRO»
La entonces directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan, en visita a la Isla el 14 de julio del 2014, dijo: «Deseamos ardientemente que todos los habitantes del planeta puedan tener acceso a servicios médicos de calidad, como en Cuba».
En los primeros cinco años de Revolución cerca de la mitad de los médicos que había en el país emigraron. Apenas unos 3 600 quedaron en el territorio nacional.
Cuba ha llegado a tener más de 85 000 médicos y el mejor indicador del mundo en el per cápita de estos profesionales: 7,7 por cada mil habitantes, o lo que es lo mismo, un médico por cada 130 personas.
La historia reciente recoge momentos en que más de 50 000 colaboradores de la salud cubanos cumplen mis¬ión en 68 países, de los cuales la mitad son mé¬dicos.
Durante todos estos años más de 325 000 trabajadores de la salud han cumplido 580 000 misiones internacionalistas.
Más de 4 millones de personas sin recursos de 34 países han sido operadas gratuitamente de la visión gracias al programa solidario cubano-venezolano Operación Milagro.
Cuba tiene más médicos en más países que el conjunto de todos los países ricos.
En Venezuela la cooperación cubana ha salvado un millón y medio de vidas en 12 años.
La Brigada Médica Cubana frente a desastres, Henry Reeve, fue premiada en el 2017 por la Organización Mundial de la Salud, tras atender a más de 3 millones y medio de personas en 21 países.