La aspirina decepciona a los médicos

Los beneficios del compuesto no justifican su ingesta en vista de los riesgos de hemorragia que acarrea para los diabéticos.

 

El consumo de aspirina puede reducir la probabilidad de volver a sufrir un ataque al corazón, un accidente cerebrovascular u otra afección cardiaca en las personas que ya habían tenido alguna de estas dolencias. Pero un nuevo estudio pone en duda los beneficios de este compuesto en el resto de los pacientes, especialmente en los diabéticos.

 La investigación, publicada el pasado domingo en la revista The New England Journal of Medicine, se basó en los datos de 15.480 participantes adultos que padecían de diabetes del tipo 1 o 2, pero que no tenían otras patologías ni tampoco un historial de problemas del corazón.

 A estos pacientes, divididos en tres grupos, se les administró, respectivamente, una dosis diaria de 100 miligramosde aspirina —más que los 81 miligramos que contienen las pastillas de aspirina que se venden en EE.UU. pero muy por debajo de los 325 gramos considerados como una dosis fuerte—, ácidos grasos omega 3 y un placebo.

 Un riesgo para los diabéticos

Tras mantener esas dosis durante siete años y medio, los doctores observaron cierta disminución en los problemas relacionados con el corazón en los participantes que recibieron aspirina, pero al mismo tiempo estos pacientes fueron más proclives a sufrir serios casos de hemorragias. Mientras que los otros dos subgrupos no presentaron diferencias sustanciales entre sí.

 Así, los doctores concluyeron que, en términos generales, las personas con diabetes que consumieron aspirina diariamente tan solo habían intercambiado un riesgo por otro, sin que se justifique el uso de ese compuesto.

Hemorragias y dolores

Otra investigación similar llevada a cabo durante cinco años sobre 12.546 participantes y publicada el mismo día en la revista The Lancet sugiere, a su vez, que la ingesta de aspirina para reducir el riesgo de infarto resultó innecesaria en los pacientes que utilizaron otros medicamentos con el mismo propósito, mientras que los casos de hemorragias estomacales e intestinales, así como indigestión, reflujo y dolor abdominal, sucedieron con doble frecuencia entre quienes recibieron aspirina.

Entre los especialistas en la salud de todo el mundo «ha habido gran incertidumbre sobre la prescripción de la aspirina» a otros pacientes que actualmente no están incluidos en las recomendaciones de uso para este compuesto, de modo que, «si uno está sano, probablemente no valga la pena» tomar aspirina, concluyó la doctora Jane Amitage, experta de la Universidad de Oxford (Reino Unido) y autora principal del primer estudio.

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