¿Qué pasa en las filas de la opositora y golpista Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB)? ¿Por qué hay renuncias por montón e incluso masivas como la protagonizada ayer 12 de agosto en Masaya?
Los que se están yendo en su mayoría son jóvenes, de esos que se consideran a sí mismos “héroes” por haber levantado barricadas de adoquines en 2018, en las que asesinaban a policías y gente inocente, violaban, robaban, cobraban peaje y cometían otras fechorías.
Los cabecillas locales y sus cómplices en el extranjero atrincherados en el gobierno norteamericano y países europeos, lo mismo que en sus consorcios de medios de comunicación dominados por las oligarquías, exaltaron a tal grado la barbarie cometida por los “héroes” de abril de 2018, que los antisociales que cometieron los graves delitos terminaron creyendo que en realidad eran verdaderos próceres.
Cuando inundaron el territorio patrio con tranques de la muerte y el gobierno del presidente Daniel Ortega no hacía nada porque todavía confiaba en la buena voluntad de la Iglesia Católica, llegaron a creer que sus amenazas de desaparecer al sandinismo habían acobardado a la militancia del partido rojinegro, y empezaron a repartirse cargos en ministerios y otros entes del Estado.
En documentos en nuestro poder, vemos cómo en veinte puntos desarticularon todos los poderes del Estado, a la Policía, al Ejército y “con asistencia internacional” – léase intervención gringa-, “desarmar y disolver” los grupos paraestatales, que es como denominan a la militancia y a simpatizantes sandinistas.
Soñaban con grandes salarios y prebendas que los pondrían a la par de los dirigentes del sangriento intento de golpe de Estado e incluso muchos de ellos se otorgaron grados de “comandantes”, en un intento por emular la hazaña del FSLN en la lucha contra Somoza.
Cuando fueron desalojados por las fuerzas del orden y el pueblo organizado en torno al sandinismo, mantuvieron sus esperanzas de que el gobierno norteamericano intimidaría al comandante Ortega a fin de que les entregara el poder. No querían elecciones –ni quieren- porque no les interesa la vía cívica.
Quieren mandar y hacerse ricos a como dé lugar, y es así que estos “héroes” hoy desorientados, esperaban agarrar algo de los 19 millones de dólares que el gobierno gringo dio a los cabecillas de la UNAB y la Alianza Cívica para que los repartiera entre los participantes del fallido golpe de Estado. No les dieron nada y las esperanzas largamente acariciadas empiezan a derrumbarse con gran estrépito.
En los documentos que elaboraron, sobre todo a partir de 2019, cuando intentaron reagruparse tras la derrota de 2018, se aprecia la semilla de lo que hoy causa el desmoronamiento de la Unidad Nacional Azul y Blanco, que se evidencia además en las últimas encuestas realizadas a nivel nacional.
Los cabecillas del MRS, empresa privada y oligarquía entregaron cargos a los jóvenes “héroes” en las diferentes directivas de la UNAB, que luego les retiraron cuando se convencieron de que el presidente sandinista no renunciaría ni haría elecciones anticipadas a como exigían como algo “irreversible”.
Ahora la preocupación es contar con una casilla electoral para 2021, y es así que se aliaron con el PLC de Arnoldo Alemán, lo que ha servido de excusa a algunos de los bisoños “héroes” para abandonar el barco con una pizca de dignidad, pese a que todos saben que se van porque no lograron colmar sus enormes ambiciones.
En Nicaleaks contamos con varios documentos sobre las promesas políticas que los golpistas jefes hicieron creer a los “jóvenes de abril”, y que al no ser cumplidas, están propiciando la debacle.