Dick y Miriam Emanuelsson
Hay que tomar en cuenta el panorama político el 14 y el 16 de junio de 2018. Era lo que los analistas del conflicto del año pasado consideran como “el auge del intento de cambio de régimen”.
La oposición sí estaba cada día más segura que el gobierno sandinista, si no entregaba el poder a un gobierno de transición de diferentes modalidades, pues sería derrocado por la presión.
El gobierno cumplió con su compromiso en el diálogo que había comenzado el 26 de abril de 2018 con la batuta de la Conferencia Episcopal, un hecho que el gobierno sin duda arrepintió por ser una cúpula católica que prácticamente tomó el liderazgo del intento de derrocar al gobierno sandinista.
Uno de los compromisos del presidente Ortega fue encuartelar la Policía en su guarniciones o estaciones que rápidamente fueron rodeadas por nuevos tranques que en su totalidad llegaron a ser aproximadamente 200 en todo el país, un país casi paralizado durante tres meses, causando, no solo fue para Nicaragua un daño que lo regresó al 2004, si no daños para el resto de la región centroamericana.
“La ofensiva final”
El 1 de junio de 2018, es decir, 16 días antes de la quema de la casa en el barrio Carlos Marx, en vista de que la oposición de la derecha empresarial proyankee olía victoria, fue publicado un manifiesto en las redes sociales con el sello del MRS, los traidores ex sandinistas, que prácticamente era la Plataforma para la Toma del Poder Político en Nicaragua:
“Llamamiento al pueblo de Nicaragua a preparar la ofensiva final contra el Orteguismo”
“Estamos claros que no hay otra solución que la renuncia de Ortega y su aparato de gobierno. ¡No podemos seguir esperando más! A esta situación debemos ponerle punto final, la cual sólo puede ser posible a través de la acción organizada del pueblo de Nicaragua en lucha por el derrocamiento y el desmantelamiento de los aparatos de poder de la dictadura orteguista”, enfatizó el manifiesto.
En su Manifiesto de insurrección, los conspiradores pusieron varias fechas para el inicio de la OFENSIVA FINAL contra el gobierno de Ortega:
“La siguiente fase arranca a más tardar el 15 de JUNIO, fecha en que se concluye el plazo dado al Diálogo Nacional por la Comisión Mediadora y finalizar las expectativas de esta vía, pasando a la profundización del Paro Nacional Activo y Combativo con la auto-organización de los sectores populares, principalmente en Managua, lo que será el mantenimiento de posiciones”, escribieron los autores que firmaron la convocatoria en nombre de “Comités de Resistencia Ciudadana”.
Las tareas que proponen los mencionados comités están acorde con el Manual de golpes de estado de Gene Sharp en cinco etapas. Se trataba de:
• “Paralización general del transporte a través de tranques generalizados en todo el país y barricadas en cada barrio”.
• “Tomas de rotondas, centros de reunión comunitaria, parques y universidades hasta que se alcance el derrocamiento de la dictadura orteguista”.
• “Implementación de la defensa de cada punto de lucha a través de las brigadas de autodefensa popular”, es decir, una oposición paramilitar armada para hacer fragmentar a la policía y al ejército del país, pero también a los militantes experimentados del Sandinismo, odiados y temidos por la oposición porque son los cuadros sandinistas más convencidos, que luchan con la consigna ¡“Patria Libre o Morir”.
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El llamamiento contrarrevolucionario también allana el camino para crear una “Junta Patriótica de Gobierno Provisional”, expresó la “invocatoria de Insurrección”.
“Ofensiva final” el 27 de junio
De acuerdo a los golpistas, paso a paso, la lucha contra el gobierno se intensificaría:
“La fase final, si no se ha alcanzado antes, concluye con la marcha nacional desde todos los puntos del país hacia El Carmen (la sede del Frente Sandinista y del presidente Daniel Ortega) y la instauración definitiva de la Junta Patriótica de Gobierno Provisional. La fecha prevista será para el 27 de junio, en vez de repliegue táctico (como en junio de 1979 hacia Masaya) será la Ofensiva Final contra la Dictadura orteguista”.
CONCLUSIÓN: El mes de junio fue quizás el más duro para el gobierno sandinista y el cronograma y el orden de las tareas opositoras, fecha por fecha, indicaba que se escalaba el conflicto en vez de llegar a un acuerdo en el Diálogo.
El 14 de junio se cumplió un paro armado que tuvo efectos en el comercio y de bancos. El movimiento popular y sindical lo rechazó. En el municipio de Masatepe, 5,000 obreras y obreros en las maquilas corrieron a los 40 terroristas armados que querían obligar a los trabajadores y las gerencias a parar la producción.
Para la familia Pavón en el barrio Carlos Marx, fue un día duro, y según los sobrevivientes, Óscar Manuel Pavón, la cabeza de la familia fue amenazado por los tranqueros por no querer cooperar con dinero y cerrar su negocio de colchones que tenía en la planta baja, y les decía a los tranqueros “que no es la forma de hacer las cosas”.
Ese es el trasfondo de la sentencia de muerte publicado en Facebook en contra él y su familia.