Los derechos humanos deben ser los argumentos que, con más hipocresía y cinismo, el Gobierno de Estados Unidos esgrime contra los países que no ceden con genuflexión al chantaje de los intereses imperiales
Los derechos humanos deben ser los argumentos que, con más hipocresía y cinismo, el Gobierno de Estados Unidos esgrime contra los países que no ceden con genuflexión al chantaje de los intereses imperiales.
Para atacar a esos pueblos, pareciera que los ideólogos de la Casa Blanca hurgan en las entrañas de su propia sociedad, sacan un trozo del cáncer que la corroe, y de aquella violación que sea más grave y repulsiva, toman un calco y la describen en escenarios ajenos, con el descaro de culpar a otros.
Lo han vuelto a hacer contra Cuba, según dio a conocer el denominado Informe sobre los Derechos Humanos 2022, saga de calumnias en detrimento de la Isla, que el miembro del Buró Político del Partido y ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, calificó ayer como inaceptables.
«Con el historial vergonzoso de violaciones y abusos a sus propios ciudadanos, debería abstenerse de estigmatizar a otros», valoró en Twitter el Canciller, quien añadió que la cúpula en Washington «intenta en vano disfrazar su conducta intervencionista e injerencista».
El informe estadounidense alude a que «en Cuba los tribunales han dictado sentencias de cárcel draconianas a cientos de personas por protestar por sus derechos»; sin embargo, paradójicamente, las evaluaciones que realizó la Organización de las Naciones Unidas en 2022, explican que Estados Unidos sigue sin cumplir sus compromisos en materia de derechos humanos, sobre todo en el ámbito de la justicia racial, y eso se refleja en la incapacidad del país para acabar con el racismo sistémico vinculado con los legados de la esclavitud.
¿Qué lecciones puede dar la nación que continúa registrando las tasas de encarcelamiento penal más altas del mundo, con casi dos millones de personas recluidas en cárceles y prisiones estatales y federales en un día cualquiera, según datos que cita Prensa Latina?
¿Qué puede exigir el país en el cual la mitad de los departamentos de Policía se niega a informar sobre el uso de la fuerza, lo que hace necesaria la recopilación y el análisis de datos no gubernamentales; incluso a sabiendas de que, solo en 2022, la Policía estadounidense mató a más de 400 personas, entre ellas, tres veces más negros que blancos?