Germán van de Velde | Revista Soberanía
* “El mundo multipolar es una realidad y su principal objetivo es luchar contra la pobreza”. Comandante Daniel Ortega
Las coyunturas actuales que se desarrollan en diferentes partes del mundo revelan una agresiva política internacional imperial y neocolonial contra Pueblos que luchan por defender su independencia, soberanía y autodeterminación.
En África, los Pueblos en resistencia luchan contra políticas neocoloniales de la Unión Europea y EEUU. En el Medio Oriente, el Pueblo Palestino resiste hace 75 años los embates genocidas del gobierno de Israel.
En América Latina, países como Cuba, Nicaragua y Venezuela resisten la agresiva política exterior del gobierno de Estados Unidos, la cual se intensifica con la continuidad del criminal bloqueo económico y financiero. Esta agresiva política internacional no solamente se limita a Pueblos históricamente oprimidos, sino que se extiende hacia potencias económicas emergentes.
Bajo el mandato del gobierno de Estados Unidos, la OTAN promueve el resurgimiento y el empoderamiento del nazismo, la instalación de plantas y laboratorios biológicos, químicos y nucleares en Ucrania que ponen en riesgo, no solo la seguridad de la misma Ucrania y de la Federación de Rusia, sino la del mundo. Estas condiciones impusieron la necesidad de la Operación Especial para desnazificar y eliminar esta amenaza contra la seguridad mundial.
Todos estos acontecimientos tienen como factor común la presencia del gobierno de Estados Unidos. Bajo esta estrategia, mantienen conflictos permanentes y latentes a través de la manipulación, el encarcelamiento forzoso o la desaparición física de quienes están en contra de sus intereses. También, promueven la industria armamentista cobijados por el principio “el conflicto continúa, el dólar se fortalece”.
“En un intento desesperado de afirmar su supremacía, castigando a los desobedientes, Estados Unidos se ha dedicado a destruir el multilateralismo, al servicio de un sistema que favorezca su economía. Washington y el resto de Occidente, subyugado a ellos, aplican sus “normas” cada vez que necesitan justificar medidas ilegítimas contra quienes alinean sus políticas con el derecho internacional y se niegan a seguir los intereses creados de los “mil millones de oro”. Los disidentes están en la lista negra según el principio de que “el que no está con nosotros, está contra nosotros”.
La mayoría de los países del mundo está cansada de tantas injusticias cometidas por la potencia imperial y sus pocos aliados. La gran mayoría de las naciones están en contra de políticas exteriores injerencistas, colonialistas y de sanciones unilaterales que buscan oprimir, explotar y esclavizar. Los Pueblos buscan nuevas formas y relaciones alternativas de Solidaridad y Cooperación Genuina que den solución a sus demandas y que, de una vez por todas, permitan crear las bases de un futuro próspero para todos/as.
Hace diez años, el presidente de la República Popular China, Xi Jinping, propuso la idea de construir una comunidad global de futuro compartido. Su propuesta contribuye a la búsqueda del camino a seguir; representa la contribución de China a los esfuerzos globales para proteger un hogar compartido.
Esta propuesta expresa claramente una firme oposición al autoritarismo de la política agresiva que el gobierno de Estados Unidos ejerce sobre el mundo. Las propuestas y acciones de China no buscan su propio beneficio o interés, sino el bien común de la humanidad.
En el libro blanco dice:
“Construir una comunidad global de futuro compartido es perseguir la apertura, la inclusión, el beneficio mutuo, la equidad y la justicia. El objetivo no es sustituir una civilización por otra. Por el contrario, se trata de que países con diferentes sistemas sociales, ideologías, historias, compartan derechos y responsabilidades en los asuntos mundiales”.
En la misma dirección se expresa el presidente Vladimir Putin:
“Rusia y China, como la mayoría de los países del mundo, comparten la aspiración de una cooperación igualitaria y mutuamente beneficiosa para lograr un progreso económico universal sostenible y de largo plazo, y un bienestar social con respeto a la diversidad de civilizaciones y al derecho de cada Estado a su propio modelo de desarrollo”.
Naciones como Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica en la XV Cubre de los BRICS, celebrada del 22 al 24 de agosto de 2023 en Sudáfrica, plantearon la posibilidad de adoptar monedadas nacionales en el comercio internacional entre miembros del mismo grupo, convocaron al fortalecimiento de la seguridad alimentaria energética, propusieron reforma de instituciones multilaterales como el Consejo de Seguridad de la ONU, acordaron expandir los BRICS, reconocieron el papel clave de su Nuevo Banco de Desarrollo y reafirmaron la implementación de la Agenda 2030, la implementación del Acuerdo de París y mecanismos para mitigar el cambio climático, entre otros.
“Los imperialistas de la tierra siempre están tratando de evitar esa integración entre naciones que quieren cooperar, naciones que se integran […] que se unen para fortalecer las relaciones en el campo económico, en el campo comercial, en el campo social, en el campo político, en el campo productivo por una lucha por la Paz”.
El mundo unipolar se terminó. Se avecina la década más peligrosa y a la vez importante desde el final de la segunda guerra mundial. Hoy, las distintas regiones del mundo están apostando a la multipolaridad, basada en no solo el respeto mutuo, sino en el aprender a disfrutar la diversidad, cooperando genuinamente, sabiendo escucharse para comprenderse, construyendo el mundo nuevo donde prevalezca la Solidaridad, la justa distribución de la riqueza, el desarrollo económico sostenible y la Paz entre los Pueblos.