La OEA y su guerra de alta intensidad

Jeremy Cerna

* “Algunos de los últimos descaros de la OEA han sido su participación en el violento intento de golpe de estado en Nicaragua (Abril 2018) y en el golpe de estado en Bolivia contra el expresidente Evo Morales (2019). En ambos casos, la OEA apoyó a los grupos violentos que asesinaron, violaron, quemaron instituciones públicas y privadas, etc., a través de comunicados que exhortaban a la salida de los gobiernos legítimamente constituidos. En Nicaragua el golpe no fue consumado, pero en Bolivia el golpe de estado fue ejecutado”.

Para entender las necesidades profundas y drásticas de un cambio, que tiene que darse en la Organización de Estados Americanos – OEA, en vistas de nuestra segunda independencia, debemos remontarnos a los orígenes de esta organización. Su fundación el 30 de abril de 1948 trajo consigo las ambiciones armamentistas y colonialistas de Europa a Latinoamérica y el Caribe a través de su punta de lanza continental Estados Unidos de Norteamérica, país que en esencia es el imperio europeo en nuestro territorio.

Y para lograr sus objetivos hegemónicos, Estados Unidos desarrolló un instrumento político (OEA), lleno de normativas y objetivos “bien intencionados” y aplicados a discreción para sus propios intereses, véase la siguiente cita extraída textualmente de sitio Web:

La OEA fue fundada con el objetivo de lograr en sus Estados Miembros, como lo estipula el Artículo 1 de la Carta, «un orden de paz y de justicia, fomentar su solidaridad, robustecer su colaboración y defender su soberanía, su integridad territorial y su independencia». ()

Bajo el principio fundacional de la OEA, arriba descrito, se debiese fomentar y practicar la paz, la solidaridad, la independencia, el respeto y la no injerencia entre sus países miembros, pero la realidad histórica de la OEA ha sido otra. Es ampliamente conocida la alineación de la OEA a las políticas hegemónicas de Estados Unidos y Europa, y su posicionamiento a favor del capitalismo en el contexto de la Guerra Fría.

Solo por citar algunos ejemplos, se puede hacer alusión: a la guerra de las Malvinas (1982 – invasión del Reino Unido a territorio argentino), invasión del ejército estadounidense a Granada (1983), invasión del ejército estadounidense a Panamá (1989), etc. Adicional a lo antes mencionado, la expulsión de Cuba en 1962 por adherirse a los principios del Marxismo-Leninismo, la no condena y apoyo a las diferentes dictaduras Latinoamericanas y Caribeñas del siglo XX.

La no condena a las acciones militares de Estados Unidos en los países revolucionarios como Cuba, Nicaragua, Venezuela, etc. Estos ejemplos dejan en evidencia el verdadero carácter fundacional de la OEA: Instrumento facilitador de las intervenciones armadas y justificante de las dictaduras civiles y militares en virtud de los intereses de los Estados Unidos, y por prolongación hemisférica de Europa.

La moral inquisidora

Ante la llegada de los gobiernos progresistas a Latinoamérica y el Caribe por la vía electoral (a partir de 1999 con la Revolución Bolivariana, encabezada por el Comandante Hugo Chávez), y con la heroica resistencia de la Cuba revolucionaria, la OEA ha mantenido su papel en pro de los intereses del imperialismo: la redacción de informes condenatorios en contra de Nicaragua, Cuba, Venezuela, Bolivia, etc., por no someterse a los designios de Estados Unidos, y los disimulos hacia las flagrantes violaciones de los derechos humanos en Colombia, Chile, Estados Unidos, etc., son un ejemplo tácito de a qué intereses responde esta organización o instrumento de intervención imperialista y neocolonialista.

Algunos de los últimos descaros de la OEA han sido su participación en el violento intento de golpe de estado en Nicaragua (Abril 2018) y en el golpe de estado en Bolivia contra el expresidente Evo Morales (2019). En ambos casos, la OEA apoyó a los grupos violentos que asesinaron, violaron, quemaron instituciones públicas y privadas, etc., a través de comunicados que exhortaban a la salida de los gobiernos legítimamente constituidos. En Nicaragua el golpe no fue consumado, pero en Bolivia el golpe de estado fue ejecutado.

Sería muy extenso analizar todas las peculiaridades y tácticas políticas, propagandísticas y militares que utiliza la OEA en su ejercicio de dominación imperial, pero de forma básica se puede intuir lo siguiente:
1. Primero ha de existir una pre condena o preludio de las situaciones que ha de examinar la OEA, normalmente son supuestas violaciones a los derechos humanos basadas en argumentos de los ONGs financiados por las agencias norteamericanas y europeas. Esto con el objetivo de poner en la agenda mediática al país.
2. En los países objeto de observación por parte de la OEA, se generan las condiciones de desorden contenidas en el manual de golpes de estados suave o revoluciones de colores de Gene Sharp (Politólogo norteamericano de ultraderecha). No existe espontaneidad en las revueltas que se generan, sino que estas han sido previamente planificadas por los Estados Unidos y Europa.
3. La Condena de la OEA ante el actuar de los cuerpos de seguridad de los países que se defienden ante la puesta en marcha de un golpe de estado. Y por consiguiente la omisión de la violencia, asesinatos y el caos generado por los grupos de ultraderecha que son auspiciados por los Estados Unidos y Europa.
4. Para la ejecución de sus golpes de estado, la OEA hace uso de su arsenal político-ideológico a través de: solicitar la renuncia de los gobiernos legítimamente constituidos, solicitar el adelanto de elecciones, el reconocimiento de un gobierno de transición o un presidente espurio, entre otras artimañas. Súmese a este arsenal de alta intensidad, el desconocimiento de elecciones democráticamente efectuadas (antes, durante y después del proceso electoral) cuando el previsible y ampliamente respaldado vencedor no corresponde a los intereses norteamericanos y europeos.
5. La solicitud de intervenciones militares y acomodamiento en el poder de gobiernos títeres de los intereses norteamericanos y europeos.

La ecuación de la OEA con enfoque colonial

La lógica simbólica (análisis deductivo y exhaustivo de la validez de los argumentos) desprendida de estos cinco elementos básicos del actuar de la OEA, deja como referencias las siguientes inferencias (derivación de conclusiones a partir de premisas):
Si Gobierno ≠ intereses de USA y Europa Entonces
Pre condena = Acusaciones falsas contra el gobierno, fuente ONGs de USA y Europa
Gene Sharp = Preparar las condiciones y poner en práctica el golpe de estado
Mientras Gobierno legítimo = defiende su soberanía Entonces
Condena = OEA condena el actuar del gobierno y llama a intensificar las protestas
Omisión = Omite el actuar violento de los grupos proimperialistas
Arsenal = OEA solicita la renuncia del gobierno legítimamente constituido, solicitud adelanto de elecciones, gobiernos de transición, desconocimiento de elecciones.
En caso de que Gobierno legítimo = se mantenga en el poder Entonces
Declaración = Declarar al gobierno una dictadura sin base jurídica y legal
Sanciones = Promover o no actuar ante las sanciones ilegales y unilaterales de los gobiernos norteamericanos y europeos
Bloqueos = Económicos que dañen a la población del país y creen descontento
Intervención = La OEA solicitará el uso de la fuerza para forzar la salida del gobierno
Tutelaje = Instauración de un gobierno acorde a los intereses de USA y Europa

Esta ecuación muestra de forma tangible y probatoria el actuar imperialista y neocolonialista de la Organización de Estados Americanos – OEA a lo largo de su historia, muestra su carácter instrumental en la guerra de alta intensidad que la organización propicia en contra de los gobiernos progresistas. Es importante mencionar que la ecuación basada en los principios de la lógica simbólica puede ser objeto de mejoras en su grado de asertividad, lo que no es discutible es el resultado histórico-contextual del uso que ha hecho el imperialismo de la OEA como instrumento de denominación en Latinoamérica y el Caribe.

El fortalecimiento de la CELAC

Algunos analistas políticos opinan que la OEA ha sido inoperante a los intereses de sus fundadores. Yo opino lo contrario, la OEA es totalmente funcional para los verdaderos intereses de sus creadores, si no, cómo explicar las intervenciones militares de los Estados Unidos, el Plan Condor, las dictaduras militares con beneplácito de la OEA, los golpes de estado. Lo que es innegable es que la OEA ha nacido muerta en su afán de protección y representación de los intereses de las mayorías de naciones empobrecidas por el imperialismo y colonialismo norteamericano y europeo. Es decir, la OEA no representa en lo más mínimo a los intereses de Latinoamérica y el Caribe.

Por lo tanto, los beneficios de una organización propia y el fortalecimiento continuo de la misma son más que palpables, bajo la premisa de la unidad en la diversidad de nuestras diversidades: culturales, políticas, ideológicas, religiosas, etc. Bajo la premisa del respeto y el fortalecimiento de nuestra identidad de patria grande. La comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños – CELAC debe ser nuestro Sur.

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