La oposición golpista y la intervención EEUU

Stephen Sefton

La oposición política nicaragüense está dividida entre los partidos políticos legítimos del país y los movimientos de la oposición golpista como los bloques de la Alianza Cívica y la Unidad Nacional, que se proyectan falsamente como representantes de toda la sociedad civil nicaragüense.

Entre los componentes más agresivos de esta oposición política golpista, los exsandinistas del antiguo Movimiento de Renovación Sandinista (MRS), ahora conocido como Unamos, han recibido financiación del gobierno estadounidense desde 2005.

Desde ese momento hasta el presente, se han presentado sistemáticamente en Norteamérica y Europa como un movimiento político progresista. De hecho, hicieron un pacto electoral en 2006 para apoyar a sus socios de la derecha en ese momento y continuaron con ese acuerdo en las elecciones municipales de 2008, cuando apoyaron al banquero de la derecha Eduardo Montealegre, candidato apoyado por el gobierno estadounidense, como candidato a la alcaldía de Managua por el partido de la derecha PLC, todavía controlado en ese momento por el corrupto expresidente Arnoldo Alemán.

La vieja guardia del MRS, formada por Hugo Torres, Dora María Téllez y Víctor Hugo Tinoco, pasó el liderazgo del MRS a una generación más joven de líderes políticos de centro derecha, incluyendo a Ana Margarita Vijil, quienes han presionado constantemente a favor de la intervención de Estados Unidos en los asuntos internos de Nicaragua desde antes de su participación en el fallido intento de golpe de Estado en 2018.

El MRS ha coordinado sus actividades de oposición política con exfuncionarios de derecha de los gobiernos neoliberales de Arnoldo Alemán y Enrique Bolaños. Entre ellos se encuentra Félix Maradiaga, antiguo funcionario del Ministerio de Defensa de Enrique Bolaños. Maradiaga tiene vínculos con el crimen organizado nacional y regional y ha mantenido buenas relaciones con el expresidente colombiano Álvaro Uribe, líder político de la derecha narcoterrorista de su país.

Otros aliados opositores del MRS incluían los dirigentes criminales del violento Movimiento Anti Canal, a quienes Mónica Baltodano y su hija Mónica López entrenaron para proyectarse como un movimiento legítimo de protesta por medio de su organización sin fines de lucro Popol Nah, la cual recibía financiamiento del extranjero, incluyendo del gobierno estadounidense para sus actividades políticas.

Los falsos grupos de oposición política de la sociedad civil de Nicaragua incluyen pequeños grupos de estudiantes. En 2018, los líderes de estos grupos marginales presionaron a políticos estadounidenses de derecha como Marco Rubio e Ileana Ros Lehtinen, para promover la intervención del gobierno estadounidense en Nicaragua. Todos estos movimientos de oposición en Nicaragua apoyaron el golpe de Estado fascista en Bolivia contra Evo Morales.

La oposición golpista en Nicaragua de ahora incluye a falsos activistas de derechos humanos que antes trabajaban para organizaciones como el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH), la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH) o la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH). Todas estas organizaciones dependían de la financiación extranjera de los gobiernos de Estados Unidos o de los países de la Unión Europea.

La ANPDH, en particular, ha sido cuestionada fuertemente por motivo de la información falsa que suministraba de los acontecimientos del fallido intento de golpe de 2018.

Algunos de estos falsos activistas de derechos humanos trabajan ahora desde Costa Rica, financiados siempre por los gobiernos extranjeros, en organizaciones como Nunca Más, que también promueve la intervención del gobierno estadounidense en Nicaragua.

Entre estos falsos activistas de los derechos humanos se encuentra Eva Amaya Coppens, quien fue condenada en 2019 por delitos muy graves por haber organizado extorsión con amenazas y la agresión física causando graves daños corporales a sus víctimas.

Apropiadamente, Coppens aceptó un premio presentado por Melania Trump y el Secretario de Estado del Presidente Trump, Mike Pompeo, durante una visita a los Estados Unidos, para promover la intervención del gobierno estadounidense en Nicaragua.

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