Pablo Jofre Leal | HispanTV
Según información que entrega el museo de Vincent Van Gogh, el famoso pintor neerlandés nacido en la ciudad de Zandert, éste se cortó la oreja después de una acalorada discusión con otro pintor: Paul Gauguin.
Ambos, de personalidades tan distintas que tensionaron su relación a tal altura que ante la amenaza de Gauguin de retirarse de la ciudad de Arles, donde compartían un estudio generó una pelea por la cual Van Gogh amenazó con una navaja a su amigo. Con el mismo artefacto, en la noche del 23 de diciembre de 1888, Van Gogh se cortó íntegramente la oreja.
Una oreja famosa, sin duda, que ha trascendido a lo largo de 136 años hasta el día 13 de julio de este 2024, cuando otro cartílago, que forma la parte exterior del órgano del oído, ha generado que los medios de información del mundo entero ocupen sus espacios radiales, televisivos, redes sociales, medios escritos frente al “intento de asesinato”, según expresión dada ya en Estados Unidos, al acto por el cual el joven Thomas Matthew Crooks habría disparado contra el ex mandatario republicano.
Thomas Crooks era un joven de 20 años, sindicado como el responsable de disparar contra el ex mandatario estadounidense Donald Trump, cuando este hablaba ante un millar de personas en un mitin electoral. Crown usó un fusil de alto poder como es el AR-15 propiedad de su padre. Según los registros judiciales públicos de Pensilvania, el tirador no tenía antecedentes penales.
El joven se graduó de Bethel Park High School en 2022 e incluso recibió un «premio estrella» de 500 dólares de la Iniciativa Nacional de Matemáticas y Ciencias. Crooks creció en Bethel Park, un suburbio de Pittsburgh situado unos 65 kilómetros al sur del lugar donde se desarrollaba el evento.
En medios de prensa e instituciones dedicadas al estudio de las armas, se afirma que “Estados Unidos es el único país en el mundo donde hay más armas que ciudadanos. La media se sitúa en un total de 120 armas de fuego por cada 100 habitantes, según la organización suiza Small Arms Survey (SAS). Esta excepcionalidad está enraizada en el derecho constitucional a portarlas, que continúa dejando un reguero de muertos casi a diario.
Las cifras dibujan una realidad desoladora. Los estadounidenses poseen 393 millones de armas, del total de 857 millones disponibles, tanto en el mercado legal como ilegal, lo que supone cerca del 46% del arsenal civil mundial”.
Mientras se discute sobre la oreja de Trump, sólo en esta última semana han sido asesinados 400 palestinos. La última masacre fue este sábado 13 de julio, donde 90 palestinos perdieron la vida y más de 300 resultaron heridos en un ataque a Al Masawi – un campo de desplazados en la Franja de Gaza – definido hipócritamente como una “zona segura”. El secretario general de la ONU, el portugués Antonio Guterres, un especialista ya en materia de declaraciones condenatorias pero paralizado de ocupar las herramientas que posee la ONU, como es su Carta General y aplicar el artículo 42 del capítulo de esta carta, señaló a través de su portavoz que estaba «conmocionado y entristecido por la pérdida de vidas» tras los ataques aéreos de las Fuerzas ocupantes israelíes que golpearon la zona de Al-Mawasi en Khan Younis.
El portavoz del secretario general, Stéphane Dujarric, dijo que los informes indicaban que el ataque ha tenido lugar en una zona densamente poblada «designada como zona humanitaria que alberga a personas desplazadas». «Esto subraya que ningún lugar es seguro en Gaza «, subrayó. «El secretario general condena la matanza de civiles, incluidos mujeres y niños». El titular de la ONU subrayó una vez más que debe haber un alto el fuego humanitario inmediato, con todos los rehenes liberados «inmediata e incondicionalmente».
Guterres condena la matanza de civiles, pero no hace referencia alguna a la responsabilidad del organismo que dirige para impedir masacres como esta. La pregunta que surge es entonces es qué factores hay que poner en la balanza frente a hechos que dejan claro el enorme margen de maniobra en materia de impunidad del que goza el régimen nacionalsionista. De Guterres ya nada sorprende, como tampoco de aquellos gobiernos que suelen desgarrar vestiduras frente a lo que llaman atropellos de los derechos humanos, pero cuando se trata de sus rivales, no de sus amigos criminales como es el caso del régimen israelí, simplemente callan y otorgan.
El margen de manejo del criminal Netanyahu es amplísimo: puede hacer lo que le venga en gana porque para eso tiene el beneplácito de su padrino, de su aliado incondicional como es Washington y la protección de los gobiernos de Francia, Gran Bretaña y Alemania. El testaferro de ese poder hegemónico como es la entidad sionista se considera con licencia para matar en forma eterna.
Si consideramos que los factores son aquellos elementos o causas que actúan junto a otros, lo que podemos decir es que estos factores son múltiples, variados y entre aquellos que debemos poner en la balanza están:
• El carácter criminal de la ideología que domina a la sociedad israelí: Sionismo es equivalente a una visión del mundo totalitaria, racista, supremacista y genocida.
• Organismos internacionales como la ONU que hacen odios sordos, pero además son mudos y ciegos interesados frente al exterminio al cual está sometido el pueblo palestino.
• Sólo existen diagnósticos y constataciones, algún mensaje de condena siempre acompañado de una teoría del empate, siempre poniendo una especie de balanza que de equilibrada no tiene nada.
• La impunidad absoluta de la cual goza el criminal de guerra Benjamín Netanyahu y el jefe del ejército ocupante Yoav Gallant, ambos con solicitud de detención internacional. Impunidad y complicidad cuyo mayor ejemplo lo vemos en el hecho que el próximo 24 de julio tendremos a Netanyahu hablando urbi et orbi en el congreso estadounidense.
• La traición de ciertos gobiernos y monarquías árabes más favorables al trato y alianza con Estados Unidos, Europa y el sionismo que ir en apoyo del pueblo palestino. Vergüenza y traición son dos conceptos unidos al hablar de aquellos que han privilegiado las relaciones con el enemigo.
Entre muertos y heridos en Al Mawasi se habla de 400 víctimas y de esto los medios occidentales han preferido el silencio obsequioso, el análisis mínimo en otros o simplemente dedicarse a hablar de la oreja sangrante de Donald Trump como si el mundo se fuese en ello: en las recientes horas el ataque al ex presidente Trump se ha llevado toda la atención, invisibilizando, ocultando las manos llenas de sangre del régimen nacionalsionista.
El embajador iraní en Rusia, Yalal Kazemi ha censurado la reacción dispar de funcionarios occidentales ante dos hechos: el ataque a Trump y la matanza israelí de palestinos en Gaza. Kazemi ha criticado a los funcionarios occidentales por su inacción y silencio ante el asesinato del pueblo palestino, mientras condenan de manera generalizada el fallido atentado contra la vida del expresidente estadounidense Donald Trump.
“Las autoridades occidentales condenan el rasguño en la oreja de Trump, mientras su inacción ante el martirio de más de 38,000 personas inocentes en Gaza, las han convertido en socias y cómplices del régimen sionista”, escribió Kazemi en la red social X.
Los medios en general, sobre todo aquellos occidentales, llenan sus columnas, sus ondas radiales, televisivas, atosigan las redes sociales, el análisis con el tema de Trump y su oreja. Reitero, un cartílago que ha tenido más difusión y discusiones que la oreja cortada de aquel pintor neerlandés como era Vincent Van Gogh. Una oreja que muestra la conducta oportunista, desinformadora, manipuladora de los medios occidentales, que sitúan ese cartílago que forma la parte exterior del órgano del oído como la noticia más importante del mundo.
Nada interesa más que el supuesto roce de una bala en la oreja del sordo Trump, inconmovible a los clamores y gritos de miles y miles de palestinos que sufren la agresión, las detenciones, torturas, violaciones, el exterminio de una sociedad como la israelí, que este Trump mutilado en su oreja derecha, protege y alaba.
En un video del evento electoral en Pensilvania, pudimos observar al ex presidente republicano que, tras el sonido de varios disparos, cae y es protegido por su cuerpo de seguridad. Esto, mientras pronunciaba un discurso. A continuación, la protección comienza a trasladarlo, lo ponen de pie, aprovechando para levantar el puño afirmando que estaba bien.
Una imagen que podría denominarse como tremendamente efectista y que puede significar un avance arrollador para vencer en la contienda contra Biden. Una imagen que bien vale una presidencia. El sueño de un reportero gráfico: sangre, mirada iracunda, puño en alto. Las interrogantes surgen desde todos los rincones, conociendo lo experto en “show bussines” que son los estadounidenses, que suelen hacer un espectáculo de todo aquello que hacen.
¿Estamos en presencia de una conspiración de aquellos que en tierras estadounidenses llaman el “estado profundo”? ¿Un atentado tejido desde las filas demócratas? ¿Un autoatentado republicano, digitado por el propio Trump, para así pavimentar el camino al triunfo por segunda vez como candidato republicano? ¿Simplemente la acción de un desquiciado, parte de una sociedad donde las armas son bienes de consumo masivo?
Las conjeturas serán múltiples, sobre todo considerando que el tirador fue “convenientemente abatido”. Por tanto, no hay a quien interrogar, que suele ser muy beneficioso a la hora de elaborar teorías de conspiración e incluso autoatentados. Sumemos las declaraciones de testigos que señalaron que se le dio a conocer a los servicios de seguridad, sobre la presencia sospechosa de un hombre con un arma – que resultó ser Thomas Crooks.
De parte Donald Trump se puede esperar cualquier cosa, como ejemplo paradigmático parte de una sociedad violenta como la estadounidense, donde la cantidad de armas de fuego supera las 390 millones – más de una por habitante – y que avala la enorme cantidad de tiroteos y muertes que se viven en esta sociedad, que en el plano interno se ha concretado en cientos de muertes en centros de educación y centros comerciales. Una sociedad violenta que traslada esa conducta en su política de agresiones al mundo. Una violencia sembrada por los propios candidatos presidenciales.
Si todo ello es una certeza, respecto al acontecimiento de la oreja de Trump, también es una convicción la vergüenza que origina el tratamiento mediático entre este hecho menor, desde el punto de vista humanitario y los crímenes, el genocidio, las masacres que lleva a cabo el régimen nacionalsionista contra el pueblo palestino, que ha convertido a la Franja de Gaza, no sólo en un enorme campo de concentración, sino también en un gigantesco cementerio.
Se habla de 40 mil muertos directos, producto de la acción de las tropas SS – soldados sionistas – que hay que multiplicar por al menos 4 veces según señala la Revista Médica Británica The Lancet en su más reciente informe, revelando que el número de muertos en Gaza podría superar los 186 mil, con más de 10 mil personas aún bajo los escombros.
Esto significa que el régimen israelí ha asesinado al 8% de la población total de Gaza, en tan solo 9 meses. Una cifra monumental que, si fuese tomada como referencia la población de Estados Unidos, significaría la muerte de al menos 28 millones de norteamericanos.
Comparado con la oreja de un ex presidente como Trump, un delincuente convicto, el genocidio del pueblo palestino, indudablemente, no tiene un ápice de comparación, pero… bien sabemos que el control de los medios y las estrategias de manipulación son parte del arsenal de guerra que occidente y sus cervatillos, con palestina, se han aplicado en toda su intensidad.