La paciente impaciencia del Gobierno de Nicaragua

Luis Varese, ex funcionario del ACNUR en Ecuador.

Luis Varese*

El título se toma del maravilloso libro de Tomás Borge «La paciente impaciencia» y se refiere a lo mismo: a la paciencia que da la convicción revolucionaria de lo justo de la causa y la impaciencia por cumplir con nuestros pueblos. Saber que se avanza en la dirección correcta de la solidaridad y el compartir. «…a privilegiar la paz, el trabajo digno, y el derecho de todos a la tranquilidad y el bienestar» como dice la nota de prensa de ayer. De esa paciente impaciencia se trata.

Con la firmeza y prudencia que caracteriza al Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, semanas atrás se reinició el diálogo entre la oposición (o contrarrevolución diría yo). El Gobierno, con presencia de testigos y garantes de la OEA, y del Estado Vaticano (el Nuncio) y, en esta fase, con la presencia de la Cruz Roja Internacional (CICR), no propiamente para el diálogo sino para presenciar el debido proceso en la liberación de los detenidos en los actos criminales del año pasado.

Otros gobiernos sí tienen presos políticos

Sí, porque en el marco de la ley y la Constitución se ha acordado ir poniendo en libertad a aquellos que atentaron contra el pueblo de Nicaragua, haciendo concesiones humanitarias muy avanzadas de las que ya quisieran beneficiarse ciudadanos como los de Argentina (por ejemplo Milagro Sala), Brasil (donde Lula es condenado a 12 años y Michel Temer por delitos cometidos durante 40 años, según la propia fiscalía de Brasil, pasa tres días en la cárcel y sale en libertad), o Chile contra los Mapuches; o Ecuador donde el vicepresidente Jorge Glas lleva preso más de un año sin una sola prueba que lo condene; y no digamos Estados Unidos, donde delitos menores se penan hasta con 40 años de prisión (y si eres negro peor) y personajes delincuenciales como Elliot Abrams, sobre cuya conciencia pesan centenares de miles de muertos, son indultados y reincorporados para seguir matando.

Este diálogo inaugurado por el Gobierno de Nicaragua, con el Presidente Daniel y la Vicepresidenta Rosario Murillo a la cabeza, es una muestra de enorme fortaleza y seguridad en las propias instituciones y sobre todo en el respaldo masivo del pueblo. Daniel Ortega es un maestro en la acumulación de fuerzas y de la respuesta a las verdaderas necesidades de las grandes mayorías nacionales.

Lo viene demostrando desde cuando dirigía la Tendencia Insurreccional, en la guerra contra Somoza. Bajo su Presidencia el Gobierno Sandinista resistió 10 años de guerra sucia («de baja intensidad» dirigida por el mismo Elliot Abrams); dio continuidad a esa capacidad, en el tiempo que llamó gobernar desde abajo, durante los 17 años de gobiernos neoliberales y saqueadores, tiempo dedicado al fortalecimiento del FSLN en esa nueva etapa y; hoy ratifica esa capacidad de conducción y construcción de fuerza popular.

Exitosa acumulación de fuerzas

Acumulación de fuerzas para la organización ciudadana, popular y democrática: esa combinación es la que ha derrotado el intento de golpe impulsado desde los EEUU y que se prepara a resistir nuevos embates anunciados por Trump, Bolton y la pandilla maléfica. Las elecciones serán en 2021 tal como manda la Constitución y serán transparentes y organizadas como lo han venido siendo.

Sin embargo el desarrollo de la guerra sucia que aún piensa impulsar el imperio no ha concluido. La obstinación de destruir cualquier ejemplo de un estado benefactor y redistributivo, aunque sea en el marco de una social democracia avanzada, que mantiene a importantes sectores del capital dentro de la economía, al señor Trump y compañía les parece inaceptable.

Trumpismo delincuencial

Por supuesto para ello cuenta con sectores de la gusanería cubano/estadounidense, de Miami y de la oposición local que claman por la destrucción del gobierno del FSLN. Para claro conocimiento y recordatorio de todos nosotros, vale la pena destacar algunos nombres como los parlamentarios estadounidenses Marcos Rubio e Iliana Ros-Lehtinen, que como dice mi amiga Marcela (Pérez Silva, embajadora de Nicaragua en Perú), no pudieron ni moverle un pelo de la barba a Fidel y ahora envalentonados por el Trumpismo delincuencial, agreden todo progresismo aliados con gusanos cubanos, ultra reaccionarios de Miami y sapos nicaragüenses que, desde la misma ciudad agitan en contra de la paz.

Tristemente, a ellos acuden mucho algunos ciudadanos nicas, pero lo más triste aún es que acuden ex sandinistas agrupados en el MRS, que se ha convertido en el grupo violentista y provocador.

Su trayectoria, que nace como una disidencia del FSLN, hoy ha terminado siendo un furgón de cola de la derecha y lo que es peor, azuzando la guerra irregular en el proyecto de Elliot Abrams y siguiendo el manual CIA de Gene Sharp al pie de la letra.

Hoy están dedicados a manifestaciones pequeñas en esquinas vistosas, destinadas a llamar la atención a la prensa cómplice del golpe, incluyendo por supuesto CNN de Estados Unidos y la DW de Alemania.

El comunicado del Gobierno reitera la necesidad de seguir trabajando por la paz, el desarrollo, la estabilidad, y el encuentro. Esa es la voluntad revolucionaria del FSLN y del Gobierno. Por encima de todo la paz, por encima de todo el pueblo de Nicaragua, por encima de todo el respeto a la Constitución.

Y como muestra de la seriedad y ética de la negociación, van saliendo los presos violentos con la supervisión de la Cruz Roja Internacional, de incuestionable neutralidad.

El camino es el correcto

En el marco de la voracidad codiciosa del Imperio y sus serviles, ninguna de estas categorías y principios está por encima de todo; ninguna de estas muestras de cumplimiento sereno y riguroso, son señales de paz. Ellos son sus bolsillos y sus ambiciones personales.

Ni siquiera es el pueblo de Estados Unidos, ni siquiera ese país como nación. Son sus propias cuentas bancarias y sus fondos depositados en paraísos fiscales para no pagar impuestos. Y lo mismo, pero en minúsculo, son los serviles locales y peor aún los izquierdistas renegados y violentos.

Cuba, Nicaragua, Venezuela están en la estrategia imperial. El Gobierno de Nicaragua muestra capacidad y paciencia, paciente impaciencia, para alcanzar el bienestar del pueblo nicaragüense. El camino trazado es, una vez más, es el correcto y el pueblo lo sabe. Hay que perseverar y trabajar muy duro en ello. Los pueblos de la Patria Grande y sus organizaciones respaldan estas decisiones, pero estemos claros, las maniobras perversas del imperio no tienen límites.

El resto de América Latina va en camino de recuperar espacios democráticos perdidos, ése es el mayor aporte que podemos hacer a la Nicaragua independiente y soberana y lo debemos a lograr. Nicaragua hoy está en Paz. Hay que apoyarla y mantenerla o toda costa. Por el bien de la humanidad entera, el imperio debe ser nuevamente derrotado.

  • Peruano, ex funcionario del ACNUR en Ecuador.

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