
Mike Pompeo amenaza a nuestro país con más sanciones, y sus lacayos (Chamorros y cia) aplauden en sus medios de comunicación. Estados Unidos, advierte el tipo con cara de bufón, “no tolerará amenazas a la democracia de Nicaragua”.
La democracia, para el gobierno gringo, son los derechos a hacerse dueños de Nicaragua que reclaman unas cuantas familias oligarcas y burguesas apoyadas por sus empleados, algunos rescoldos del somocismo y los traidores del MRS.
Se arrogan Pompeo y sus secuaces el derecho de imponer su voluntad sobre el pueblo nicaragüense, pese a que aquí a pocos les importa lo que piensen los vándalos del gobierno gringo sobre las decisiones que toma el gobierno sandinista en beneficio de la población más desamparada.
A Pompeo y lo que queda del gobierno de Trump, y de seguro a los que asumirán junto a Biden en enero próximo, les dolió en el alma la desarticulación del plan golpista iniciado en 2018, que recién recibió la palada de tierra final con la aprobación de leyes que impiden el financiamiento directo a la desestabilización y la confirmación de que los involucrados en acciones terroristas y de traición a la Patria no pueden correr como candidatos en las elecciones de 2021.
El defender a Nicaragua del injerencismo norteamericano que en los tiempos modernos tuvo su más grave expresión en la guerra contrarrevolucionaria de los años 80 y en el fallido golpe de Estado de 2018, convierte al comandante Daniel Ortega en “dictador” y al sandinismo en un grupo social destinado a desaparecer, según la voluntad gringa y su forma de ver la “democracia”.
Nicaragua, con un desempeño impecable en el enfrentamiento contra el Covid-19 y dos huracanes en este fatídico año 2020, ha sido objeto de elogios por diferentes organismos internacionales, no así por Estados Unidos y sus comparsas europeos, que no descansarán hasta lograr sus propósitos de regresar el poder político a los herederos de la colonia.
Un ejemplo de la “democracia” que desean Estados Unidos, los Chamorro, el MRS y la misma iglesia católica en nuestro país, es lo que ocurre actualmente en varios países centroamericanos golpeados duramente por la pandemia, y últimamente por los huracanes Eta e Iota, que dejaron decenas de miles de damnificados, que transcurridas varias semanas, no cuentan con acceso a hospitales ni medicinas.
La ONG “Médicos Sin Fronteras· (MSF), calificó recientemente de “catastrófico” el escenario de crisis humanitaria que han dejado los huracanes en Honduras, a lo que se suma las múltiples emergencias olvidadas e invisibles que vive ese país, como la violencia sexual, la falta de servicios de salud mental o el impacto de la Covid-19.
¿Qué han dicho el gobierno gringo y sus súbditos europeos al respecto? Ni una palabra. Más de 250 mil hondureños han sido abandonados a su suerte, y los gringos y sus aliados están más preocupados por las quejas de cuatro pelagatos oligarcas y unos cuantos traidores en Nicaragua, que por supuesto no están sufriendo ninguna crisis económica y viven mejor que cualquier familia pinolera.
Según MSF, alrededor del 50% de los centros de salud en Honduras están actualmente cerrados, dañados o presentan dificultades para brindar sus servicios.
“La crisis humanitaria que Honduras vive hoy se suma, además, a la de varias emergencias olvidadas e invisibles, como la violencia sexual, que requiere una respuesta médica prioritaria, o la atención en salud mental, que en muchos lugares es simplemente inexistente y en otros claramente insuficiente”, afirma Juan Carlos Arteaga, coordinador de Médicos Sin Fronteras en Choloma.
Ante la grave situación humanitaria, Médicos Sin Frontera pide a la comunidad internacional que incremente las actividades de respuesta a la emergencia causada por los huracanes, que se refuerce la coordinación de los distintos actores de cara a mejorar las condiciones de agua y saneamiento de los albergues, que se garantice que los recursos asignados a la respuesta contemplen la reestructuración del sistema de salud y que se lleven a cabo actividades de vigilancia sanitaria frente a los brotes de enfermedades vectoriales y enfermedades causadas por la falta de acceso a agua potable.
La “dictadura” en Nicaragua ha contenido exitosamente el coronavirus, evacuó a tiempo a las poblaciones en riesgo ante el impacto de los huracanes y tras el paso de las tormentas atendió integralmente a la población afectada y en situación de vulnerabilidad.
Sin embargo, es nuestro país el señalado de corrupción porque en tres elecciones consecutivas, la oposición no ha logrado convencer a la población a que vote por ellos. Democracia significa en su acepción más simple, “el gobierno del pueblo”, pero gringos y europeos no lo ven así debido a que sus protegidos no cuentan con el favor de la población.
Preparémonos, pues, a los embates que se nos vendrán el año próximo desde el exterior, en defensa, no del pueblo favorecido por los hospitales, mejoras en la atención en salud, carreteras, calles, parques, energía eléctrica, agua potable, etc., sino de la oligarquía y aliados que piden a gritos a sus padrinos foráneos que tumben al precio que sea al sandinismo y les devuelvan los privilegios que por derecho divino creen poseer.