Entre 2019 y 2022, los años de Bolsonaro en el Palacio del Planalto, hubo un recorte draconiano de recursos para prevenir y responder a catástrofes naturales.
El Brasil que Bolsonaro le dejó a Lula. El desastre ocurrido este fin de semana en las playas del interior de San Pablo retrata la herencia de cuatro años de un gobierno ultraderechista que no adoptó medidas para palear siniestros de este tipo.
La falta de programas para prevenir estos hechos y atender a los afectados contribuyó a que haya más de ochenta víctimas, entre muertos y desaparecidos, según se desprende de un informe de la ONG Cuentas Abiertas, especializada en analizar cómo se elaboran y ejecutan los presupuestos del Estado.
Muertos y desaparecidos
Defensa Civil y la Intendencia de la ciudad balnearia de San Sebastián – la más golpeada por el siniestro- reportaron en la noche del martes 46 muertos y más de 40 desparecidos debido a las lluvias y deslizamientos de tierra ocurridos el fin de semana, en esta región subtropical de morros cubiertos por una vegetación densa.
Un lugar donde las tempestades más o menos intensas son habituales en enero y febrero. Aunque ésta tormenta reciente haya tenido una intensidad superior al promedio, con 600 milímetros de lluvias caídos entre el viernes y el domingo, un volumen récord.
Lula junto al gobernador de San Pablo, bolsonarista Tarcisio de Freitas, con quien sobrevoló la zona inundada.
Lula
El lunes Luiz Inácio Lula da Silva monitoreó la región. El presidente viajó de urgencia a San Sebastián, tras suspender sus vacaciones por el feriado del Carnaval en la provincia de Bahia. En San Sebastián fue recibido e intercambió impresiones , con el intendente, Felipe Augusto, y el gobernador de San Pablo, Tarcisio de Freitas, un aliado de Bolsonaro.
El escenario en ese municipio de 95 mil habitantes es desolador. Hospitales mal equipados desbordados de lugareños que perdieron todos sus bienes junto a escuelas e iglesias improvisadas como albergues destinados a los más de dos mil quinientos desplazados. Falta de agua potable y alimentos. Cientos de viviendas inundadas o convertidas en escombros.
Acompañado por una decena de ministros , Lula también sobrevoló las ciudades balnearias de Bertioga y Ubatuba, en el litoral norte paulista, donde hay áreas que quedaron completamente aisladas.
Cementerio
Este martes fue reacondicionado el cementerio municipal de San Sebastián retirando algunos féretros para hacer lugar a los cuarenta y cinco vecinos fallecidos durante el temporal , número que seguramente seguirá creciendo en los próximos días. Está previsto que se realice un funeral colectivo para los primeros doce cuerpos identificados.
En San Sebastián la precariedad del cementerio y los servicios de salud utilizados por los vecinos coexisten con barrios privados y mansiones ocupadas pocos meses al año por parte de la burguesía de San Pablo, el estado donde se concentra el poder financiero e industrial del país.
Mientras los helicópteros al servicio de los rescatistas sobrevolaban los morros en busca de sobrevivientes otras aeronaves privadas llegaron a la zona del desastre contratadas por turistas urgidos por retornar a la ciudad de San Pablo, e impedidos de hacerlo debido a las carreteras bloqueadas por el barro.
Rescate
En la noche del martes llegó la primera noticia alentadora, anunciada por el intendente sebastianino, Felipe Augusto. Después de más dos días de búsquedas tres niños fueron encontrados con vida en una zona anegada, «esto nos da fuerzas para seguir» adelante, se esperanzó el alcalde para quien la situación tiende a mejorar a partir del jueves cuando arribe un navío de la Armada dotado de 300 camas para recibir pacientes y «descongestionar» las salas de primeros auxilios.
Lula, con menos de dos meses en el gobierno, ordenó implementar un programa de emergencia y determinó que éste sea acordado con el gobernador bolsonarista Tarcisio de Freitas.
«El bien común del pueblo es más importante que cualquier diferencia política, es posible cumplir nuestra función en democracia aunque pertenezcamos a partidos diferentes» planteó el jefe del Partido de los Trabajadores (PT) al gobernador del Partido Republicanos (PR).
A través de ese gesto sigue adelante con su estrategia de establecer diálogo aún con los gobernadores derechistas a fin de garantizar la gobernabilidad y restablecer un clima de «normalidad» política.
El mandatario tiene que dar respuestas concretas a los damnificados por la tempestad sin olvidar que necesita reencausar un sistema político desestabilizado tras el intento de golpe de Estado del 8 de enero, que tuvo a Bolsonaro como posible instigador.
Diputados que representan el bolsonarismo más rabioso expresaron su descontento ante la «traición» del gobernador Freitas por haber aceptado dialogar con Lula. Posiblemente el propio Bolsonaro, desde su exilio voluntario en Florida, Estados Unidos, también haya recibido con enojo la aproximación , entre el mandatario y el gobernador.
Viviendas
«Tengo la instrucción del presidente de solucionar el problema de las personas que perdieron sus casas, tenemos que hacerlo en el menor tiempo que se pueda», dijo este martes el ministro de Ciudades, Heder Barbalho Filho. En su agenda está la construcción de viviendas dentro del programa Mi Casa, Mi Vida, surgido en los primeros gobiernos del PT y desmontado durante por la administración bolsonarista. Barbalho comentó que para poder erigir esas casas populares necesitará que la intendencia de San Sebastián ceda terrenos ubicados en zonas no anegables.
Durante el fin de semana cayeron más de 600 milímetros de agua sobre los municipios costeños, un caudal inédito, a partir del cual la prensa y el gobierno paulista adoptaron el discurso que atribuyó las muertes a una «tragedia» inevitable causada por la naturaleza.
El argumento es engañoso, o cuanto menos falto de datos. Porque deja de lado que en las barriadas pobres no había murallas para contener los deslaves, canales por donde reencausar los ríos y sirenas para alertar a los vecinos, como las hay en México y otros países para anunciar la inminencia de los terremotos.
Tampoco hubo un plan de entrenamiento de la población para reaccionar a tiempo con lo cual se hubieran salvado vidas, comentó la ministra de Ciencia y Tecnología, Luciana Santos, que sobrevoló la zonas afectadas junto a Lula.
Números
Entre 2019 y 2022, los años de Bolsonaro en el Palacio del Planalto, hubo un corte draconiano de recursos para prevenir y responder a acontecimientos como los de este fin de semana, según la ONG Cuentas Abiertas. El estudio indica el gobierno anterior no destinó un sólo real para que la intendencia de San Sebastián se prepare contra este tipo de fenómenos meteorológicos.
En el informe se detalla que el prespuesto aprobado por Bolsonaro para la «prevención y atención de desastres» en todo el país, en 2023, fue de 671 millones de reales (equivalentes a unos 130 millones de dólares). Y si este monto para 2023 es irrisorio, en él se repite el criterio adoptado en los otros años de la administración anterior.
En cambio en 2010 Lula, durante su último año de gobierno, destinó 9,1 mil millones de reales ( cerca de 1,8 mil millones dólares) para programas contra este tipo de siniestros según lo anunció, en el actual mandato esos recursos serán aumentados considerablemente.