No son errores tácticos, pasos en falso ni mera torpeza: la ráfaga de noticias falsas de Reuters respecto al tema petrolero entre Venezuela y Rusia, cuadra perfecta en el marco de la escalada más frontal de las corporaciones globales contra Venezuela.
Se trata de la continuación de una estrategia mediática que busca, a partir del roce, lograr un efecto de desgaste en las relaciones ruso-venezolanas y en la percepción pública del apoyo que el gigante euroasiático ha ofrecido a la República Bolivariana.
Lo que sí es cierto es que el 28 de enero, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos impuso sanciones a PDVSA que implican el congelamiento de 7 mil millones de dólares y el bloqueo de todos los pagos que hagan empresas estadounidenses que compren petróleo venezolano.
Guerra fría contra PDVSA
El 5 de febrero la agencia en cuestión aludía en una nota las declaraciones realizadas por Rosneft, la empresa petrolera y gasífera rusa de mayor producción. Titulada «Rosneft se muestra optimista sobre Venezuela y ve un aumento en la producción de petróleo en 2019», la nota enmarca las declaraciones de Rosneft «en medio de una lucha de poder entre la Asamblea Nacional y el presidente pro-Moscú Nicolás Maduro».
La noticia, que hacía referencia a una presentación de Rosneft en su sitio web, agregaba que la compañía espera que su producción de petróleo crudo y gas condensado crezca entre un 3 y un 4,5 por ciento este año, dependiendo de la implementación de un acuerdo global de producción de petróleo en la primera mitad del año.
La misma nota informaba que el monto principal de la deuda de la petrolera estatal venezolana PDVSA con Rosneft constituía unos 2 mil 300 millones de dólares al final del cuarto trimestre, lo que representaba una reducción con respecto a los 3 mil 100 millones de dólares al final de los tres meses anteriores.
Una manera de ahondar en la campaña contra Venezuela ha sido sumarla al discurso de la Guerra Fría contra Rusia, aun cuando PDVSA se ha asociado con empresas como la española Repsol, la estadounidense Chevron, la italiana ENI, la india ONGC y la china CNPC, entre otras. Cualquiera de estas compañías pudiera declarar respecto a las cifras de la estatal petrolera sin que hubiera algún tipo de notoriedad periodística más allá del hecho en el marco de la recuperación de los precios del petróleo.
Pero sobre todo: Reuters utiliza también una estrategia de inteligencia financiera para perseguir, y «revelar», las distintas formas en las que la estatal petrolera sortea las sanciones con la colaboración de «topos» ubicados en la estructura interna de la empresa.
De la misma forma que hace con las fuentes líquidas de dinero que se hace el Estado, sorteando las sanciones, como sucede con el caso del oro, cuya ruta recientemente fue «investigada» por la agencia con el mismo fin de funcionar como un policía periodístico de Estados Unidos.
¿Sanciones para detener el colapso?
Días después, el 9 de febrero, Corina Pons y Marianna Párraga (ubicadas en Ciudad de México y Caracas, respectivamente) reportaban a la vez sobre cómo el presidente Nicolás Maduro «ha supervisado un colapso económico (…) que ha dejado a muchos venezolanos desnutridos y luchando por encontrar medicinas, provocando el éxodo de unos 3 millones de venezolanos», y sobre cómo Estados Unidos dio a las compañías petroleras estadounidenses que trabajan en Venezuela (Chevron, Halliburton Co, Baker Hughes de General Electric Co y Schlumberger NV) una fecha límite para detener todas las operaciones en el país.
En ninguna parte de la nota se establece alguna relación entre el llamado «colapso económico» y las sanciones contra las actividades petroleras, y financieras, en general, de Venezuela.
El tema central en dicha nota era señalar que, «según fuentes y un documento interno visto por Reuters», PDVSA estaba diciendo a los clientes de sus empresas conjuntas que depositaran los ingresos de las ventas de petróleo en una cuenta recientemente abierta en el Banco Gazprombank de Rusia. Sin embargo, dicha información fue desmentida al día siguiente por la misma entidad rusa que señaló que la petrolera estatal venezolana había abierto cuentas en el banco hacía varios años pero ninguna recientemente.
Verdades más congeladas de la cuenta
En su más reciente noticia falsa, Reuters relató que «una fuente» dijo que Gazprombank había decidido congelar las cuentas de PDVSA y detenido las transacciones para reducir el riesgo de que el banco cayera bajo las sanciones de Estados Unidos. La nota describía como «significativo» el hecho de que un prestamista estrechamente alineado con el Estado ruso estuviera siguiendo el ejemplo porque el Kremlin ha estado entre los más firmes partidarios del presidente venezolano Nicolás Maduro.
Según Reuters, se trataba de una carta con fecha del 8 de febrero firmada por el vicepresidente de Finanzas de PDVSA, Fernando de Quintal, que indicaba que las empresas mixtas donde la petrolera venezolana opera en la Faja del Orinoco, en sociedad con compañías extranjeras como la estadounidense Chevron, la francesa Total y la noruega Equinor, debían notificar a sus clientes que abonarían en dólares o euros a esa cuenta bancaria.
Los socios extranjeros debían confirmar formalmente a PDVSA que continuarían en los proyectos petroleros, a raíz de las sanciones financieras impuestas por Washington contra PDVSA.
Agrega la nota que las empresas rusas se encuentran en un dilema, atrapadas entre el deseo de apoyar la línea del Kremlin y apoyar a Maduro, y el temor de que al hacerlo podrían exponerse a sanciones secundarias de Estados Unidos que perjudicarían sus negocios. Como es usual, personajes vinculados al periodismo se hicieron eco de esta nueva mentira.
El mismo día la noticia fue desmentida por PDVSA y voceros oficiales señalaron que se trataba de otro intento de manipulación por parte de sectores infomercenarios del antichavismo.
Algunos de estos ejecutores mediáticos como Luz Mely Reyes, recientemente premiada por su «trabajo periodístico» en Estados Unidos, han ensayado otros dispositivos mediáticos como la acusación al gobierno de secuestro de niños en enero pasado, o sobre cajas con votos de la elección presidencial de 2013 en un CDI, lo que detonó una oleada violenta del antichavismo cuyo saldo fue de 11 asesinatos y 78 lesionados.
Calco: Del intento de fracturar la alianza Rusia–Irán
La estrategia de falsear información buscando dañar relaciones internacionales ya fue utilizada por Reuters en 2018 contra la República Islámica de Irán. La campaña dio inicio cuando expertos israelíes de las firmas de ciberseguridad FireEye y ClearSky acusaron a Irán de haber estado difundiendo noticias y propaganda falsas en Internet durante varios años a través de al menos 70 sitios web aparentemente normales contra 15 países, entre ellos Israel, Estados Unidos, el Reino Unido, las naciones de Medio Oriente e incluso Rusia.
La información afirmaba que más de medio millón de personas por mes visitaron los medios de comunicación falsos de Irán y fueron apoyados por más de 1 millón de usuarios de las redes sociales, aunque los autores del informe no publicaron una lista completa de los supuestos «sitios de propaganda».
Reuters afirmaba que el medio NileNetOnline.com era parte de la máquina de propaganda iraní y tenía más de 115 mil seguidores en Facebook, Twitter e Instagram, pero según Alexa (un servicio de clasificación de tráfico de sitios web), este proyecto ocupa el puesto 4.674.732 en el mundo, lo que indica un tráfico casi nulo en el sitio.
También dijeron que Irán creó un sitio web llamado Realnie Novosti, o «Real News», para promover su propaganda entre los lectores de habla rusa pero Realnienovosti.com solo era visto por 2 mil 200 personas por mes y Alexa clasifica este sitio 4.478.657 en el mundo.
Mohammad Ghaderi, editor en jefe de Tehran Times, en Irán, declaró que Reuters publicó material falso pagado por un tercero. «Tenemos documentos que muestran que Reuters recibe dinero de Israel, Estados Unidos y Arabia Saudita por estas publicaciones falsas. Esto es parte de la guerra de información desatada por Netanyahu y la pandilla Mike Pompeo y John Bolton para empañar la imagen de Irán y acusarla de todos los pecados posibles. Por lo tanto, el distribuidor de ‘noticias falsas’ no es Irán, [Reuters] lo es», aseguró Ghaderi.
Avanzó en sus acusaciones contra la agencia afirmando que «todo este informe sobre exponer propaganda es falso y una mentira detrás de la que están el lobby sionista, los Estados Unidos y Arabia Saudita».
Señaló que el objetivo era abrir una brecha entre Rusia e Irán y que «la fabricación de los hechos [utilizada por Reuters] está destinada a hacer que Irán y Rusia se enfrenten entre sí o al menos perjudicar su relación, ya que Trump no está satisfecho con la alianza estratégica entre Rusia e Irán. El segundo objetivo es crear una impresión falsa de Irán y usar esto para justificar más sanciones o incluso algún tipo de acción militar».
Representantes de los principales medios de comunicación iraníes declararon que «Reuters se ha vuelto loca al publicar tales falsificaciones sin pruebas, tratando de acompañar a Bolton y Pompeo en la guerra de información destinada a denigrar la imagen de Irán e intentar iniciar una pelea con Rusia, su amigo estratégico y al mismo tiempo un ardiente oponente de los Estados Unidos en el ámbito internacional».
Preguntas al cierre
Cabe preguntarse por qué Reuters repite contra Venezuela una estrategia que falló contra Irán, sin embargo quedan claras sus intenciones de jugar al desgaste psicológico de la población venezolana y de la opinión pública. A los intereses detrás de Reuters les resulta más provechoso mentir que rectificar.
El aislamiento de Venezuela y la narrativa de poca fiabilidad es fundamental para que caigan sus apoyos más estrechos, uno de ellos es el de Rusia. También cabe preguntarse cuáles son los pasos siguientes en esta agresión continua del verdadero liderazgo del antichavismo ahora que no quedan dudas de su papel en la actual disputa política venezolana.