La saga Edmundo y la caravana del ridículo

 

Raul Antonio Capote | Granma

El impostor de turno, Edmundo González Urrutia, inició el 4 de enero una «gira internacional» que comenzó en Argentina, con el objetivo de buscar «respaldo internacional» para asumir la Presidencia de su país, el próximo 10 de enero.

Edmundo es considerado prófugo de la justicia en Venezuela, donde se le acusa de los graves delitos de «complicidad en el uso de actos violentos contra la República, usurpación de funciones, forjamiento de documentos, legitimación de capitales, desconocimiento a las instituciones del Estado, instigación a la desobediencia de las leyes y asociación para delinquir».

Esta vez los operadores del caos y los medios al servicio del Gobierno de EEUU han sobrepasado todos los límites, algo que parecía realmente difícil de lograr, luego de la actuación «estelar» de Juan Guaidó.

Tras su paso por Argentina y Paraguay, González Urrutia tiene previsto visitar Panamá y República Dominicana, donde se encontrará con los mandatarios José Raúl Mulino y Luis Abinader, respectivamente.

Mireya Moscoso, expresidenta de Panamá, confirmó que el «candidato» estará acompañado por nueve exmandatarios de la Iniciativa Democrática de España y las Américas, indica EFE.

«La gira busca fortalecer alianzas internacionales para garantizar que la transición en Venezuela se lleve a cabo de manera pacífica y democrática», declaró Moscoso. Es de sobra conocido a qué se refieren el Gobierno de Washington y sus lacayos, cuando hablan de transiciones «pacíficas y democráticas».

Generar un casus belli, sin importar las consecuencias para el pueblo venezolano, es en realidad la esencia del proyecto. Edmundo no va a buscar apoyo para asumir un cargo que nunca ganó, va a demandar respaldo para los planes desestabilizadores de EEUU.

Venezuela se encuentra entre los diez países con más riquezas naturales en el mundo; lo malo para el imperio es que esas riquezas no pueden controlarlas a su gusto las transnacionales yanquis.

Para lograrlo, necesitan «democratizar» al país, como lo hicieron en Iraq, Siria o Afganistán, o mucho antes en América Latina, imponiendo dictaduras militares. Es larga la lista.

Siguiendo el guion escrito por la Casa Blanca, Edmundo ha reiterado que «regresará a Venezuela para asumir la Presidencia».

Lo que sucederá de verdad ese día, como ratificó el primer vicepresidente de la Asamblea Nacional, Pedro Infante, pocas horas antes de iniciar el año parlamentario 2025-2026, «el 10 de enero se juramentará Nicolás Maduro en esta sede del Poder Legislativo, como lo manda la Constitución».

No quedan muchas dudas de que el show orquestado fracasará una vez más en las calles, barrios, pueblos, ciudades y campos de la digna nación bolivariana.