Sin darnos cuenta, estamos entrando en la era poscapitalista, sugiere en su último artículo Paul Mason, columnista de ‘The Guardian’. La caída del capitalismo será acelerada por la tecnología de la información, las nuevas formas de trabajo y ‘la economía de compartir’, también conocida como ‘sharing economy’.
Las viejas formas económicas no desaparecerán pronto, pero los cambios ya han empezado. «Es hora de ser utópico», opina Mason.
Según el analista, la contradicción principal del capitalismo moderno es entre la posibilidad de una transmisión gratuita de los bienes, principalmente la información, y el sistema de monopolios, bancos y gobiernos, que tratan de mantener estos bienes en privado y obtener beneficios comerciales.
La sustitución del capitalismo por el poscapitalismo será acelerada, no solo por esta contradicción del sistema, sino también por las externalidades: el agotamiento de la energía, el cambio climático, el envejecimiento de la población y la migración.
El poscapitalismo es posible debido a tres grandes tecnologías de la información que han dado lugar a cambios en los últimos 25 años, opina el economista británico.
En primer lugar, se ha reducido el tiempo necesario del trabajo y se han cambiado las formas tradicionales de su organización a consecuencia de la automatización, lo que está difuminando los límites entre el trabajo y el tiempo libre, reduciendo la relación entre el trabajo y los salarios.
En segundo lugar, la información está corroyendo la capacidad del mercado para formar los precios correctamente. Eso es porque los mercados se basan en la escasez, mientras que la información es abundante.
El mecanismo de defensa del sistema es formar monopolios —gigantes empresas de tecnología— en una escala nunca vista en los últimos 200 años. Sin embargo, esto no puede durar mucho tiempo, opina Mason. El precio de la información inevitablemente va ser reducido a cero.
En tercer lugar, actualmente se produce el surgimiento espontáneo de producción colaborativa: aparecen bienes, servicios y organizaciones que ya no responden al dictado del mercado y a su jerarquía.
Según Paul Mason, estas nuevas formas que caracterizan al poscapitalismo podrían ser claves para superar las consecuencias de la crisis de 2008, que provocó una fase de depresión más grave que la que los países occidentales sufrieron en los años 1929-1933.
La nueva subcultura de ‘la economía de compartir’ ofrece una ruta de escape a la recesión provocada por la crisis de 2008, que resulto aún más grave para la economía mundial que la Gran Depresión de la década de 1930, cree Paul Mason. Pero la recuperación será posible sólo si los proyectos mencionados son promovidos y protegidos por los gobiernos.
«Una vez que la gente entienda la lógica de la transición poscapitalista, tales ideas ya serán no solo propiedad de la izquierda, sino de un movimiento mucho más amplio, para el cual vamos a necesitar nuevas etiquetas», concluye el analista.