Margine Gutiérrez*
- La Universidad Centroamericana en Nicaragua (UCA) nunca generó un pensamiento crítico. Su misión era formar profesionales al servicio del sistema: quitarles la conciencia de clase y la capacidad de análisis, dejándolos traidores a su país que sólo pueden mentir y repetir el guion de los yanquis.
La Constitución de 1987 estableció la obligación de destinar el 6% del presupuesto nacional a las universidades estatales. Desde entonces, los gobiernos sandinistas han destinado el 6 por ciento también a la UCA, aunque la Constitución sólo establece este derecho para las universidades públicas.
La UCA nunca mencionó que la “modernización” de sus instalaciones o las becas que otorgó, fueran financiadas por el gobierno de Nicaragua. Todos los estudiantes del país recibieron este subsidio del seis por ciento, pero las escuelas públicas recibieron menos, ya que también se compartió con la UCA.
Muchos de los que ahora están molestos por el desmantelamiento del principal centro de conspiración dejado en manos de los gringos, se fueron a la UCA gracias a los subsidios del gobierno de Nicaragua.
Después de ser cooptada por los gringos, cuyo financiamiento eliminó a los profesores que cuestionaban el sistema para reemplazarlos con agentes de los EEUU, la UCA comenzó a alinearse y servir a los planes de agresión de los EEUU contra Nicaragua. En 2018 se convirtió abiertamente en su principal centro de operaciones en el país.
Una vez desmantelado el diario La Prensa, impedida la Conferencia de Obispos Católicos al servicio de los intereses norteamericanos y clausuradas las ONG que actuaban como agentes del imperialismo, la UCA fue la principal herramienta de la CIA para continuar y ampliar su agresión contra Nicaragua.
El Estado de Nicaragua tiene legítimo derecho a recuperar los billones y billones de córdobas invertidos en la UCA, poniéndola al servicio de las mayorías, y a defenderse de quienes están al servicio de una potencia extranjera que pretende subyugar al pueblo de Nicaragua, y acabaría con nuestra independencia, soberanía y autodeterminación.
¡Nicaragua nunca más será colonia de EEUU!
* Tomado de Radio La Primerísima