Latinoamérica discute políticas tributarias y distribución de la riqueza

Adrián Falco de la Red de Justicia Fiscal de América latina y el Caribe abogó por un «espacio que sirva para recuperar recursos económicos que hoy se dejan de recaudar por el abuso de grandes corporaciones». 

Comenzó este jueves en la ciudad colombiana de Cartagena la cumbre llamada «Tributación global incluyente, sostenible y equitativa», organizada por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) donde están reunidos altos funcionarios de ministerios de Economía de 15 países de Latinoamérica y el Caribe, enfocados en la problemática de la recaudación de impuestos y la distribución más justa de la riqueza.
 

En esta cumbre que durará hasta el viernes, los participantes –incluyendo a miembros de la sociedad civil, la academia y el sector privado– exigieron normas fiscales más igualitarias a nivel mundial para reducir los desequilibrios sociales y ambientales que terminan debilitando a las democracias. El objetivo sería instrumentar sistemas impositivos que permitan obtener los recursos necesarios para impulsar el crecimiento, combatir la desigualdad y luchar contra el cambio climático.  

«Esta cumbre fiscal es una buena oportunidad para que los gobiernos de América latina y el Caribe asuman una posición coordinada como bloque para dialogar a nivel global», aseguró  Adrián Falco, miembro de la Red de Justicia Fiscal de América latina y el Caribe. «Si se trabaja con seriedad y compromiso político podría comenzar a construirse un espacio que sirva para recuperar recursos económicos que hoy se dejan de recaudar por el abuso de grandes corporaciones y riquezas individuales a través de la utilización de servicios financieros offshore», agregó Falco, quien participa de la cumbre en Cartagena de Indias. 

«Los desequilibrios dañan las democracias» 

Latinoamérica y el Caribe es la región más desigual del mundo, donde el 10 por ciento más rico concentra el 77 por ciento de la riqueza total de los hogares y el 50 por ciento más pobre ni siquiera posee el 1 por ciento. En este contexto «los países de la región comparten un arraigado sistema fiscal regresivo, reflejo de una deficiencia histórica en la tributación de las rentas altas«, a lo que se suma que pierden «el equivalente al 6,1 por ciento del PBI total debido a fraude, evasión y elusión fiscal», según datos de la Cepal. Al mismo tiempo, el 27 por ciento de la riqueza de la región está en paraísos fiscales. 

Rodrigo Uprimny, investigador colombiano del Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad (Dejusticia), declaró a Página/12 que «algunos Estados optan por tarifas impositivas muy reducidas para atraer capitales o para que los billonarios les lleven su riqueza. El ejemplo extremo son los paraísos fiscales. Esas políticas les han permitido a esos pocos Estados atraer capitales, pero el resultado global ha sido desastroso ya que ha minado la capacidad de los otros Estados de recolectar suficientes impuestos para cumplir sus funciones». 

En su discurso de apertura en la cumbre de Cartagena, el ministro de Hacienda de Colombia, Ricardo Bonilla, expresó que «los desequilibrios dañan las democracias, los desequilibrios solo generan dictaduras, pueden aparecer los gobiernos como democráticos pero en la práctica tienen una dictadura fiscal que atenta contra los demás países«.  

Los países que participan de este encuentro acordaron crear una plataforma regional e integradora que, en palabras de Bonilla, «proporcionará un foro permanente de diálogo para desarrollar políticas fiscales internacionales y regionales más inclusivas, equitativas, sostenibles y favorables al logro de los objetivos de desarrollo sostenible». 

Una nueva visión fiscal 

Entre los temas que la región considera prioritarios para ser propuestos en los escenarios internacionales, están la tributación ambiental, la progresividad del sistema de impuestos y la distribución de los poderes tributarios a nivel mundial. «Nos interesa que haya comercio mundial pero que no existan normas tributarias excluyentes», dijo Bonilla, quien se refirió a la existencia de normas diferentes para los paraísos fiscales. En su opinión, la desigualdad impositiva actual «a lo único que ha conducido es a incrementar la concentración de la riqueza y a aumentar la desigualdad mundial». 

Más allá de las buenas intenciones reflejadas en la cumbre, las élites económicas y el poder corporativo se resisten al nacimiento de un sistema tributario progresivo. Los gobiernos se muestran siempre dubitativos a la hora de promover la justicia fiscal: tal como expresó Falco, «la idea de puerta giratoria o de funcionarios anfibios es permanente». Uprimny remarcó que «existen grupos poderosos que se oponen a lograr una tributación más progresiva necesaria para reducir la desigualdad, porque perderían sus privilegios tributarios», a lo que se agrega «un contexto internacional de competencia impositiva a la baja».  

Durante la pandemia, la riqueza de los 91 billonarios de la región creció un 21 por ciento, cinco veces más rápido que el PBI de la región durante el mismo período. De estos 91 billonarios, 17 viven en países en los que no deben pagar ningún impuesto sobre herencias, donaciones o sucesiones. Esto implica que van a pasar más de 158 mil millones de dólares libres de impuestos a la próxima generación, según el último informe de Oxfam de enero pasado. 

El problema aumenta al considerar la llegada de la economía digital, que facilitó en buena medida que las grandes empresas y las grandes fortunas personales usen esas estructuras tributarias para pagar solo una parte ínfima de lo que les corresponde, según el análisis de Oxfam. Por eso hoy es prioritario el trabajo en la cumbre de Cartagena, para darle músculo político a las demandas tributarias. 

Mayor visibilidad para la región 

Para Uprimny, los países de América latina y el Caribe «no han tenido una voz fuerte y unificada sobre este tema, lo cual ha hecho que sus intereses específicos no sean realmente tomados en cuenta en las discusiones globales». En particular, el profesor y jurista colombiano menciona una propuesta planteada por la OCDE sobre este tema: el llamado «acuerdo inclusivo sobre tributación», que «si bien está bien orientado en sus principios, en sus regulaciones específicas es negativo pues termina beneficiando esencialmente a los países del Norte Global». 

El coordinador de Política Tributaria del ministerio de Hacienda de Chile, Nicolás Bohme, manifestó que América latina es «una región en donde en general son muchos más los intereses que nos unen que los que nos separan a nivel tributario». En su discurso durante la cumbre, Bohme aseguró que el gobierno del presidente Gabriel Boric ve con «mucha esperanza esta instancia» y que valoran «que en los últimos años a nivel mundial se han ido desarrollando discusiones sobre tributación que no existían hace 10 o 15 años». 

Además del país anfitrión asisten al encuentro miembros de los gobiernos de Argentina, Brasil, Chile, México, Bolivia, Paraguay, Uruguay, Honduras, Panamá, Haití, República Dominicana, Perú, Barbados y Ecuador. El Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz dará este viernes una conferencia titulada «Construyendo una agenda de política fiscal desde el sur global». 

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