El Corredor Ferroviario Bioceánico Central es clave para que los países suramericanos accedan al océano Pacífico sin pasar por el canal de Panamá, utilizado por EEUU para controlar el comercio, advirtió el analista de relaciones internacionales Maurício Doro en una entrevista con Sputnik.
El Corredor Ferroviario Bioceánico Central (CFBC) es una vía que unirá el puerto de Santos, en Brasil, con los puertos chilenos de Antofagasta, Mejillones, Tocopilla e Iquique y con el puerto marítimo de Perú. Con el costo de unos 10.000 millones de dólares, la arteria comercial podría reducir la dependencia logística de estos países del canal de Panamá, disminuirá costos y tiempo en las exportaciones e importaciones de mercaderías.
«El creciente papel de China y el dinamismo económico de la región asiática influyen en la formulación de proyectos de infraestructura en Sudamérica», afirmó a Sputnik Maurício Doro.
«El mundo está asistiendo a un resurgimiento de los proyectos de infraestructuras, entre los que destaca la iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda, liderada por China», consideró el experto.
Una ventana de oportunidad para Brasil
En cuanto a Brasil, el acceso al océano Pacífico por ferrocarril cambiará la dependencia brasileña del transporte por carretera, considerado el talón de Aquiles de la economía nacional.
«El acceso al Pacífico es fundamental para que Brasil amplíe sus horizontes, facilitado por una logística adecuada con fletes competitivos y más eficaces que recorrer el canal de Panamá o el sur de Argentina», explicó Doro.
Aunque para el experto, la dependencia del canal no garantiza a Brasil la libertad necesaria para integrarse en los mercados asiáticos.
«Pensando geopolíticamente, al pasar por el canal de Panamá, el comercio brasileño de una forma u otra pasa por la vigilancia de EEUU», considera el analista. En este sentido, la construcción de alternativas al orden norteamericano, que implique el comercio internacional sin el uso del dólar debe contemplar también la cuestión logística y de infraestructura.
En opinión de Doro, Brasil posee una ventana de oportunidad que los países sudamericanos pueden aprovechar. «La gran pregunta es si Brasil será capaz de entrar en estos mercados asiáticos o si el país seguirá tratando de entrar en los mercados occidentales».
¿Dependencia de China?
La viabilidad de la entrada de Brasil al Pacífico es vista por los críticos como una mera sustitución de la dependencia económica de Europa y Estados Unidos por otra centrada en los mercados asiáticos y China. Desde el punto de vista del analista, como consiguiente, la política exterior brasileña ha de actuar desde una perspectiva estratégica.
«Estamos en una dinámica internacional multipolar con la presencia cada vez mayor de China y Rusia», subrayó el experto.
La necesidad de ajustar las infraestructuras regionales a las nuevas realidades económicas es uno de los motores de la integración sudamericana. Pero para el experto, la inestabilidad regional es un obstáculo para llevar a cabo proyectos estratégicos conjuntos.
«Lula anunció el regreso de Brasil a Unasur, pero tenemos algunos obstáculos. Se trata de proyectos a largo plazo y con efectos prácticos (…) que son muy sensibles a los cambios de Gobierno», concluyó Maurício Doro.
Fuente: Sputnik