Panamá.- Nuevos vientos soplan en la América india, y los cambios globales de la economía y el ambiente también nos afectan, como dijo Heráclito, “lo único permanente es el cambio “. Así parecen ser las tortuosas relaciones entre América Latina y los Estados Unidos de América (EUA), que se remontan a los tiempos de la emancipación de las colonias. Bolívar en su carta a Jamaica, señala el peligro que corrían las nobeles repúblicas por potencias emergentes.
Después de la segunda guerra mundial, los EUA, se erige como la primera potencia, y esto se refleja en el estándar de vida del norteamericano, muy superior a la mayoría del resto de los países. América Latina siempre ha sido aliado y socio de los norteamericanos, en asuntos políticos, comerciales y diplomáticos, pero al parecer el trato no ha sido reciproco, con la implementación de políticas erráticas y discriminatorias.
Posterior a 1945 se inicia una competencia feroz entre las dos superpotencias de la época, es decir EUA y la URSS.(hoy Rusia ), conocida como la guerra fría. La misma se enfoca en los campos políticos, militares y espaciales, es decir una rivalidad entre capitalismo y socialismo. Los Soviéticos inician una política expansionista de su régimen político-económico, en toda América Latina, Los norteamericanos al ver el peligro implementan el programa la “Alianza para el Progreso”, con el afán de frenarlo. Pero esta iniciativa se desvaneció con el asesinato del presidente John F. Kennedy.
La voz de alerta se agudizó, cuando Cuba, se alinea con el régimen soviético, e instala misiles, que se presume ponían en peligro a los norteamericanos, en esa ocasión la OEA, se solidarizó con el gobierno norteamericano, y aprovechan para expulsar a Cuba, con la oposición de los mexicanos.
Durante los últimos 70 años América Latina ha vivido momentos de angustia, como lo fue el atropello del 9 de enero de 1964 a Panamá, La guerra de las Malvinas en Argentina en 1982, La Invasión a Panamá en 1989, para sacar a un sátrapa, que ellos mismos sostenían. La instalación de dictaduras militares en toda América Latina, so pretexto de combatir el comunismo, lo que dejó una estela de muertos y desaparecidos. Todas estas situaciones aunadas al abandono, ha dado origen que, estos países miren para otro lado buscando apoyo.
Al entrar en crisis el sistema capitalista encabezado por los norteamericanos, y al perder el régimen soviético hegemonía, emergen otras potencias mundiales como la República Popular de China, que empieza por socorrer a algunos países en crisis financiera, es así como le prestan 150,000 millones de dólares a Rusia, 6,000 millones a la Argentina, 4,000 millones a Venezuela y el canal interoceánico de Nicaragua, construido por la suma de 50,000 millones de dólares de capital Chino, e impulsan el banco asiático de inversiones, en contrapeso a las IFIS. Pero como no hay comida gratis, no es de extrañar“, que esas ayudas tengan su costo político a largo plazo.
La gota que derramó el vaso fue la orden ejecutiva del presidente de EUA, declarando a Venezuela, un peligro para su seguridad nacional, sin embargo las fuerzas políticas de la región, encabezadas por UNASUR, CELAC, y ALBA, han lanzado pronunciamientos llamando al diálogo, y evitar un desigual enfrentamiento. Rusia, y la República Popular de China, han enviado portaviones a las costas venezolanas de apoyo, ante una eventual invasión.
El cambio de estas correlación de fuerzas políticas, económicas y militares, deben ser motivo de reflexión de los EUA, que deben ajustar el rumbo de la historia, porque las consecuencias serán impredecibles, y ponen en riesgo la frágil paz mundial.
* Domingo Espinosa G. es Docente-Escritor