Álvaro J. Medina │ inversion.es
* Reconocido economista aconseja que guarden comida, agua, dinero efectivo e incluso madera: “No estamos preparados para lo que viene”, advierte.
“El deterioro de la economía se está realizando a un tiempo más rápido de lo esperado”. Así se ha expresado Tuomas Malinen, CEO y economista jefe de GNS Economics, una firma dedicada a detectar posibles cisnes negros y advertir de los mismos a empresas y políticos.
A su juicio, la actual crisis en Europa es peor de lo que se esperaba. “No estamos preparados para lo que viene”, ha afirmado. Por esta razón, ha emplazado a los consumidores a hacerse con acopio de comida, agua y efectivo para poder hacer frente a la crisis económica, bancaria y social que se avecina en el Viejo Continente.
“Estamos esencialmente al borde de otra crisis bancaria, un colapso de nuestra base industrial y hogares, y por lo tanto al borde del colapso de nuestras economías”, ha remachado. Las aseveraciones y advertencias son demasiado contundentes.
Duda de eficacia de las medidas de las autoridades
En este sentido, Malinen cree que las autoridades dictan las normas, pero ocultan sus planes a la ciudadanía. “Tenemos poco conocimiento de lo que han planeado”, ha remachado. “¿Serán capaces de detener el inicio de la crisis bancaria, una vez más? No sé, pero tengo dudas”, ha indicado. No le falta razón, al menos en cuanto a lo referente a Europa. En marzo de este mismo año, el BCE negaba que fuera a subir los tipos de interés.
Tan sólo cuatro meses después iniciaba el ascenso del precio del euro ante la notable devaluación frente al dólar. El precio ha pasado del 0% al 1,25% en apenas unos meses, incluyendo la mayor subida en la historia de la institución, con un 0,75% en la jornada del jueves pasado. La maniobra ha calado de forma positiva en los mercados, especialmente en la banca. Para la economía real, la situación es dramática al tener que asumir una inflación de dos dígitos en España y un encarecimiento de la deuda. Consecuencia de ello, son los bajos niveles del uso de la tarjeta de crédito en el país.
El uso de tarjetas en España, a la baja
Según BBVA Research, el uso de las tarjetas, el dinero más dinámico de la economía, se ha hundido en ocio, restaurantes y transporte. Los precios no perdonan y el consumidor trata de ajustar el fuerte desequilibrio entre realizar la compra habitual o abonar otros gastos.
De hecho, otro de los recientes estudios, como el de Idealo, muestran como la tijera se ha centrado en la electrónica, calzado, textil, artículos de belleza personal, transporte y ocio. Por contra, los Gobiernos continúan a la suya, alejándose cada vez más de la economía real e inundando el mercado con más deuda en vez de ajustar los Presupuestos para evitar endeudar aún más a las generaciones actuales y venideras.
El caos llegará a los mercados en semanas o meses
“La velocidad de deterioro es masiva en este momento y solo es cuestión de tiempo cuando los mercados se pongan al día”, ha señalado en las redes. Asimismo, ha acompañado sus comentarios con dos artículos demoledores sobre el gran reinicio y la gran depresión que se abre en Europa. A su juicio, el “caos” llegará al mercado en las próximas semanas o meses “como máximo”.
Entre sus advertencias, también ha instado a la ciudadanía a hacer acopio de madera, como ya se está haciendo, y llenar la despensa con productos básicos. “No habrá daño alguno para esta preparación”, ha considerado. Al tiempo, que esta situación preventiva podría evitar el primer golpe del “colapso económico absoluto”. No obstante, este pack de supervivencia tiene una duración limitada.
Con la pandemia, por ejemplo, se registró cierta escasez de algunos productos. Con el inicio de esta estanflación, los propios supermercados han implementado medidas de racionamiento de aceites vegetales, como el de girasol. Ahora, con una inflación superior al 10%, el intervencionismo de las autoridades parece ser la única solución propuesta factible, pero las consecuencias para la economía de mercado serán nefastas. Una de las polémicas se centra en Reino Unido, con la recién llegada Lis Truzz al frente. Su primera medida ha sido congelar el precio de la factura eléctrica, que supera las 1.000 libras. La diferencia se pagará con la emisión de deuda.
El peligro del intervencionismo se abre camino
Y es que, con este intervencionismo, del que no se libra ni España, los países productores controlan el mercado de alimentos y otros productos necesarios para la industria. Esta crisis mundial “empujará a millones de personas más a la pobreza extrema, aumentando el hambre y la malnutrición”, según ha asegurado hace tan sólo dos semanas el Banco Mundial.
Entre las causas nombradas se encuentran la invasión de Rusia a Ucrania (en realidad las sanciones europeas a Rusia), las interrupciones en la cadena de suministro -que duran desde finales del pasado año- y las continuas repercusiones económicas de la pandemia actual.
Según datos propios de esta institución, al menos 33 países han implantado estas restricciones a la exportación de alimentos, entre los que se encuentran Argentina, Argelia, prácticamente Oriente Medio, y la zona en conflicto de Rusia y Ucrania, granero de Europa, aunque ya se permite el paso de un número limitado de buques.
Una nueva crisis alimentaria, peor que la de 2008
En esta nueva crisis alimentaria, las exportaciones vetadas se han incrementado al 16,2% del comercio mundial, el doble respecto a poco más del 8% registrado en el peor momento de 2008. Cabe recordar que la analogía entre esta crisis y la de hace 14 años no tiene las mismas causas, ya que, por aquel entonces, el desempleo en la Eurozona estaba disparado y decenas de miles de empresas habían desaparecido por estas fechas. Sin embargo, lo peor de la crisis aún estaba por llegar tras dos meses de vértigo entre octubre y noviembre.
Los mercados hicieron mínimos cuatro meses después, tal y como apunta ahora Malinen. Por el momento, la incertidumbre es máxima y la estanflación es uno de los escenarios probables debido al parón económico registrado en las principales potencias. Estados Unidos entró en recesión entre abril y junio de este año; China sólo crecerá al 2,7%, según Nomura; y Alemania ha esquivado la recesión técnica por sólo una décima.
“Cuando la crisis bancaria sea global, como lo será esta vez, el acceso al crédito se verá restringido a nivel mundial y, como resultado, la actividad de cobertura se reducirá drásticamente”, ha comentado. En este sentido, el economista ha puesto como ejemplo la crisis de 2008, cuando los flujos de capital bruto global se hundieron un 90%.