Los caminos del dinero para la subversión en Cuba

Orlando Oramas León*

La Habana.- La ruta del dinero para la subversión en Cuba conduce a la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) y otras instituciones y organizaciones que se cobijan bajo el paraguas de la CIA.

La Agencia Central de Inteligencia norteamericana está considerada rectora de los aprestos desestabilizadores contra la pequeña y vecina nación caribeña.

Es la opinión del doctor en Ciencias Jurídicas, Manuel Hevia, director del Centro de Investigaciones Históricas de la Seguridad del Estado del Ministerio del Interior de Cuba.

Hevia compartió con Prensa Latina información sobre los numerosos programas implementados desde Washington contra La Habana, con la participación de lo que él llama la «mafia terrorista de Miami».

Reconoce que la historia es bien larga y forma parte de la política agresiva que enfrenta la Revolución cubana desde hace más de seis décadas, la cual incluye, entre otras modalidades, acciones terroristas, ataques armados, biológicos, cerco económico y programas dirigidos directamente hacia la llamada sociedad civil.

USAID, FINANCISTA PRINCIPAL DE LA CONTRARREVOLUCIÓN

«La Usaid es uno de los pilares de la subversión anticubana y financista principal de la contrarrevolución», afirma, y rememora la implementación del Programa Cuba, que nació en los días más difíciles de lo que en la isla se conoció como el Período Especial tras la caída del campo socialista y la desintegración de la Unión Soviética.

Eran los años 90. Las autoridades cubanas frustraban planes de atentados contra la vida de Fidel Castro, y en 1996 el presidente William Clinton firmaba la ley Helms-Burton, que recrudecía el bloqueo económico, financiero y comercial.

Al año siguiente estallaban bombas en hoteles de La Habana, recuerda el coautor del libro El rostro oculto de la CIA.

Emergía entonces el Programa Cuba, de la Usaid, que solo entre 1998 y 1999 empleó más de seis millones de dólares para la ejecución de cientos de operaciones ilegales de financiamiento de grupos mercenarios.

Para ello fue introducida en territorio cubano una variedad de recursos técnicos en medios de cómputo, impresión digital, telecomunicaciones, equipos de fax, videos, así como literatura contrarrevolucionaria.

La historia de sedición no termina ahí, tampoco los fondos que superan los 300 millones de dólares en las más de dos décadas transcurridas.

Según el investigador, entre los años fiscales 2001 y 2006, la Usaid asignó contra Cuba 61 millones de dólares para unos 142 proyectos y actividades.

DIVERSAS ESTRATEGIAS

Solo en 2005, la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana (SINA) divulgó sobre la distribución de cuatro mil 900 receptores de radio para alentar la audiencia de la denominada Radio Martí, otra emisora estadounidense para la subversión.

También decenas de equipos de video, medios computarizados, miles de discos compactos, más de 100 mil libros y un millón de panfletos y literatura de carácter contrarrevolucionario, recibidos en su valija diplomática.

Un informe oficial reconoció que el volumen de importaciones de la SINA entre 2000 y 2005 se incrementó en 200 por ciento con un volumen de 70,5 toneladas de carga. Entre tanto llegaron emisarios de las ONG y de organizaciones anticubanas de Miami que realizaron cuantiosas entregas personales de dinero.

El modus operandi, refiere Hevia, ha sido parecido hasta hoy, bajo la estrategia de lo que denominan «lucha no violenta», léase golpes blandos, revoluciones de colores o al estilo de la denominada «Primavera Árabe» con la que Estados Unidos consolidó su poder en varios países de África y Medio Oriente.

MILLONARIAS OPERACIONES

Manuel Hevia insiste en no olvidar los canales del dinero. Sobre ello afirma que entre 2007 y 2013 el Programa Cuba empleó más de 120 millones de dólares para 315 proyectos y hablaba de promover una » Primavera cubana».

Con tales propósitos el proyecto ZunZuneo, subvencionado por la Usaid con el involucramiento de las ONG, fue creado especialmente para Cuba con la finalidad de establecer, sin ser detectada, lo que llamaron «plataforma de comunicación horizontal» entre grupos de usuarios de celulares, capaz de movilizarlos en una coyuntura apropiada.

Luego de ser abortada, Radio y Televisión Martí, que emiten programación hacia Cuba, anunciaron en 2013 la operación Piramideo, destinada a crear un canal de comunicación entre grupos subversivos.

A ello le siguió el intento, pagado también por Washington, de establecer ilegalmente una amplia conexión inalámbrica WIFI dentro del territorio cubano con iguales fines.

Fueron millonarias operaciones con poderoso basamento tecnológico y el punto de mira en los jóvenes, significó el también coautor del libro Los intentos de desmontaje del socialismo en Cuba. Un análisis crítico.

MÉDICOS CUBANOS EN EL COLIMADOR

Estados Unidos destina millones de dólares en un programa dirigido a denigrar la labor de los cooperantes internacionalistas cubanos, en particular las brigadas médicas que combaten la Covid-19 en el mundo.

Los pretextos, según Manuel Hevia, son burdos, entre ellos colocar a Cuba en el nivel tres de Trata de Personas bajo el alegato de trabajo forzoso de los expertos sanitarios cubanos, para los cuales miles en diversas latitudes solicitan el Premio Nobel de la Paz.

Se trata de una persecución en los países que se benefician de la cooperación de Cuba, bajo el control directo de las oficinas de la Usaid y las embajadas estadounidenses, en estrecha vinculación con la CIA y otros servicios especiales.

Incluye monitoreo, provocaciones, incitaciones a la deserción e incuso amenazas y represalias como las sufridas por personal médico en Bolivia durante el golpe de Estado contra el presidente Evo Morales en noviembre de 2019.

Tal maniobra intervencionista pretende lesionar los acuerdos de cooperación internacional como en Brasil, Ecuador y la propia Bolivia para presionar la salida de los cooperantes caribeños, y dañar la imagen y prestigio de Cuba como ejemplo de solidaridad y altruismo, significó Hevia.

DESOBEDIENCIA CIVIL

Bajo la supervisión y financiamiento desde la SINA y luego de la Embajada estadounidense se han realizado «actos de contenido simbólico», incluidas vigilias, marchas, planes de ayunos y otros actos de desobediencia civil.

«Muchas de estas provocaciones, incluso contra las fuerzas del orden, se planifican en casas particulares de miembros de grupúsculos o aprovechando actividades en las calles, culturales, entre otras modalidades.

“Siempre con el acompañamiento de los denominados medios de comunicación independientes, también fomentados y pagados desde el exterior».

El director del Centro de Investigaciones Históricas de la Seguridad del Estado apunta que tales acciones son amplificadas desde Estados Unidos en las redes sociales, hoy uno de los principales escenarios de la guerra de ideas y de la subversión contra el país caribeño y cuyos ejecutores son receptores de fondos para tales fines.

Entre 1997 y 2018, el Programa Cuba de la Usaid aprobó unos 900 proyectos y actividades de un amplio carácter contrarrevolucionario, dirigidos fundamentalmente a subvertir ideas, valores, símbolos e instigar a la actividad contrarrevolucionaria interna en la juventud y su comunidad.

Para sustentar las afirmaciones del investigador cubano, el sitio Cuba Money Project, del periodista estadounidense Tracey Eaton, afirma que durante el Gobierno del presidente Donald Trump al menos 54 grupos operaron programas con dinero proveniente de la Usaid o la Fundación Nacional para la Democracia (NED, por sus siglas en inglés).

LOS PAGOS DE LA NED

Un reciente reporte publicado por la NED revela las altas sumas que destina a instituciones y las ONG con el fin de subvertir el sistema socialista cubano.

El informe, publicado en su sitio digital (https://www.ned.org/region/latin-america-and-caribbean/cuba-2020/), incluye a instituciones latinoamericanas y estadounidenses vinculadas a elementos que promueven el terrorismo y variadas acciones para lograr cambios de régimen.

Por ejemplo, el Centro Latinoamericano para la No Violencia, radicado en Estados Unidos, recibió en 2020 un total de 48 mil 597 dólares para difundir el accionar de una organización denominada Coalición de Trabajadores Autónomos de Cuba.

Es dirigida por Omar López Montenegro, uno de los directivos de la Fundación Nacional Cubano Americana, financista de actos terroristas y protectora de Luis Posada Carriles y Orlando Bosch, responsables de hacer estallar en pleno vuelo en octubre de 1976 una aeronave cubana con 73 personas a bordo.

También entre las entidades que reciben dinero de la NED se encuentra Investigación e Innovación Factual A.C., radicada en México y receptora de 74 mil dólares en 2020, dirigidos a seleccionar, capacitar, asesorar y entrenar «periodistas independientes cubanos».

La NED está señalada como una de las fachadas de la CIA, que canaliza fondos hacia los grupos contrarios al gobierno de La Habana. Para ello distribuyó más de cinco millones de dólares en 2020, bajo el mandato del presidente Donald Trump (2017-enero 20, 2021).

La combinación de estos financiamientos y acciones con las presiones económicas por el recrudecimiento del bloqueo, y otras medidas coercitivas unilaterales contra Cuba, fueron la apuesta de esa administración para destruir el sistema social del país caribeño. Son todas, y no las únicas formas de subversión.

(*) Jefe de la Redacción Nacional de Prensa Latina

Este trabajo contó con la colaboración de Amelia Roque, editora e Isaura Diez, periodista de la Redacción Nacional.

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