Los celos y rivalidad confesa de Jaime hacia su hermano Xavier

La personalidad ruin y profana de Jaime Chamorro Cardenal, director de La Prensa, no dejó de aflorar ni con la muerte de su hermano Xavier Chamorro Cardenal, director-fundador de El Nuevo Diario, con quien aún detesta ser confundido, lo que sin ninguna consideración hace público al grado de ironizarlo de forma siniestra, demostrando un impúdico irrespeto a sus propios familiares.

 

En una manifiesta declaración pública de rencor y envidia, Jaime Chamorro admite que le desagrada, todavía, que lo confundan con su hermano Xavier, incluso sus celos se evidenciaron aún más ante un músico que lo saludó en un lugar concurrido diciéndole: “¡Lo felicito por El Nuevo Diario, don Xavier! Está muy bueno, lo leo todos los días en Internet”

El “martirio” que decía vivir el directivo de La Prensa y el total desagrado que asegura todavía siente por estas confusiones, no lo ocultó ni en el propio funeral de su hermano, cuando se le acercó una persona a darle el pésame llamándolo Xavier y con un tono de voz serio le contestó que él era Jaime y  Xavier era “ese”, señalando el féretro.   

Según el propio Jaime Chamorro las confusiones terminarían con la muerte de su hermano, pero lo que consideraba un problema desagradable siguió, puesto que de acuerdo a sus propios escritos y lo que consideró colmo de sus males, el expresidente Enrique Bolaños llamó a casa de su hija María Paz con el fin de conocer las instalaciones donde él (Jaime) sería velado.

Queda demostrado muy claramente, con estas y otras indignas confesiones del presidente de La Prensa, Jaime Chamorro, los celos, así como su aún rivalidad familiar y profesional que de manera encubierta sentía hacia su propio hermano Xavier, lo que lleva a la obligada incógnita: ¿Qué pensará y dirá de los que no son sus familiares, o peor aún, son sus trabajadores?

Este es el escrito recibido en Nicaleaks:

De cómo morí  y resucité varias veces cuando murió mi hermano Xavier

Posiblemente por el parecido de mi nombre, Jaime, con el de mi hermano Xavier, además por alguna semejanza en el físico, y siendo los dos directores de periódico, la gente siempre nos confundía, y con frecuencia  me saludaban llamándome Xavier, lo cual nunca me agradó mucho.  Finalmente después de tantas incidencias, empecé a ser más tolerante y decidí no aclarar la confusión, especialmente cuando se trataba de gente desconocida.

Una vez en Guatemala, estábamos en una fiesta, y un Señor Arguello que tenía muchos años de vivir en ese país se acercó a la mesa donde yo estaba, y me dijo: “¡Xavier! ¿A que no sabes quien soy?”  -Yo respondí: “¡Ni vos sabes quién soy!  Porque yo soy Jaime”,  mientras toda la mesa estallaba en carcajadas.

Hace muy poco, en la placita de los restaurantes de Galería, un músico que toca saxofón, estando en tiempo de descanso, me llamó y me dijo: ¡Lo felicito por El Nuevo Diario, don Xavier! Está muy bueno, lo leo todos los días en Internet. Muchas gracias, le contesté lacónicamente.

Con la muerte de mi hermano Xavier, cuando iba manejando hacia la funeraria, pensé: “ya se va a acabar este problema que me digan Xavier”.  Sin embargo, no tenía ni media hora de estar saludando y recibiendo el pésame cuando se me acercó una persona que no conozco y me dijo: “Siento mucho don Xavier”. Yo le dije, señalando el féretro: “Yo soy Jaime, Xavier esta allá.”

Después de esto, supe que el Ing. Enrique Bolaños, ex presidente de Nicaragua, llamó muy temprano a la casa de mi hija María Paz a preguntar en que funeraria me iban a velar.

Pero lo último que podía pensar que me sucediera  fue en una misa del triduo, yo me encontraba en la primera banca de la iglesia y el padre durante toda la misa dijo que se trataba por el descanso de Xavier Chamorro, al final de la misa dio la bendición y después abrió los brazos y dijo con una voz alta y grave: ¡QUE DESCANSE EN PAZ DON JAIME CHAMORRO CARDENAL! Mientras en toda la iglesia se oyó un murmullo mezclado con una risa contenida. 

Tal parece esta petición para que yo descansara en paz sonó fuerte pues un amigo de Sociedad Interamericana de Prensa llamó de Honduras  para darle el pésame a Hilda ya que la noticia de mi muerte salió publicada en un periódico de ese país.

Al fin y al cabo, parece que con la muerte de mi hermano la confusión no se terminó como yo pensaba, mas bien se agudizo. A los cinco días del  fallecimiento de Xavier, fui a comprar  a un establecimiento y la dependienta se me acercó como con pena, y me dijo: “Estoy haciendo la factura y estoy un poco confundida ¿Cuál es el que murió, Jaime o Javier?”

Por dicha y gracias a Dios ayer fui a una misa de muerto y volví a la vida cuando alguien me saludó con gran alegría diciéndome: “¡A pues no fuiste vos el que murió!”

 Jaime Chamorro Cardenal

Managua, 26 de Enero 2008 

       

 

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *