Las oenegés, caracterizadas por su oposición política en Nicaragua, han sido bien hábiles. Las principales interlocutoras con su discurso “feminista” y a favor de los derechos humanos, manipulando las reivindicaciones históricas de la mujer, lograron penetrar en varios países europeos, donde los representantes diplomáticos de varios países los invitaban a reuniones frecuentes con el objetivo de financiar los proyectos que se ejecutaba desde la “sociedad civil”.
De toda esa situación, un grupito integrado por las jefas del Movimiento Autónomo de Mujeres, MAN; el Centro de Investigación de las Comunicaciones, CINCO; organismos de derechos humanos y otros movimientos feministas y defensores de los derechos humanos, conformaron una especie de “cartelito” para acaparar todo el financiamiento internacional destinados al apoyo de las libertades políticas y públicas del país.
Uno de los países penetrados hábilmente por ese grupito de opositores fue Finlandia, donde los diplomáticos de ese país acreditados en Nicaragua se reunían con ellos con bastante frecuencia para orientarlos en la forma de cómo podrían obtener financiamiento económico para los supuestos proyectos.
Un correo que se encuentra en nuestras manos revela la cita de una de las tantas reuniones que se realizaron en la Embajada de Finlandia en Managua.
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