Los golpistas de aquí y las protestas en EU

Carlos Fonseca Terán.

Carlos Fonseca Terán

Tanto golpista nica que hay en Miami y tanto que les gusta a ellos protestar, pero no los veo en las protestas populares en Estados Unidos. ¿No es que las protestas de ellos aquí eran justas? ¿Por qué no se animan allá a protestar contra la brutalidad racista de la Policía imperial?

Por el contrario, veo sandinistas protestando allá, y veo a los golpistas muy nerviosos por la rebelión del pueblo norteamericano. Y es que claro, no es lo mismo una protesta popular que un intento de golpe de Estado:

En las protestas populares sólo mueren los que protestan, mientras en los golpes de Estado también mueren los defensores de un gobierno que sienten suyo porque es un gobierno popular, y más que defender un gobierno, defienden un proyecto revolucionario, porque en los golpes de Estado el pueblo enfrenta en las calles a los golpistas, de forma masiva y organizada en defensa de su gobierno y su proyecto revolucionario.

Mientras en las protestas populares no sale nadie en defensa de gobierno alguno, salvo las instituciones armadas, separadas del pueblo y confrontadas con él, contrario a lo que ocurre en un proceso revolucionario, en el que tales instituciones son expresión del propio pueblo armado en defensa de sus propios intereses y de los de la nación, y por eso ambos, pueblo e instituciones armadas, defienden juntos la paz, la patria y la Revolución.

Por eso mismo, en las recientes protestas populares de América Latina y ahora en Estados Unidos, no han muerto policías, y en los intentos de golpe en Nicaragua y Venezuela sí; policías y civiles defensores de ambos gobiernos revolucionarios.

Otra diferencia es que las protestas populares no reciben financiamiento del exterior ni responden a intereses de potencias extranjeras y por tanto, tampoco reciben el apoyo intervencionista de esas potencias, a las que en cambio los golpistas vendepatria piden agresiones contra su propio país.

En las protestas populares se queman los McDonalds, como en Chile, y no sé qué edificios estarán siendo incendiados en Estados Unidos, pero estoy seguro de que los manifestantes allá no están destruyendo universidades públicas ni sedes de cooperativas campesinas, como hicieron en Nicaragua los golpistas, que jamás han protestado por reivindicación popular alguna ni por causa justa de ningún tipo.

Porque al contrario, las reivindicaciones populares y las causas justas son las que defiende en Nicaragua nuestro gobierno, democráticamente electo por el pueblo nicaragüense gracias a la Revolución Sandinista, que surgió precisamente de una rebelión popular organizada y encabezada por el FSLN como punto culminante de su larga lucha contra una dictadura impuesta por la misma potencia que hoy ampara a los golpistas y que ahora está siendo sacudida por las protestas de su propio pueblo.

De aquella rebelión popular, de la que surgió la Revolución Sandinista, nunca se autoproclamó pacífica, porque en una dictadura no hay espacio para la lucha pacífica, como dicen los golpistas que eran sus protestas, producto de las cuales morían policías y militantes sandinistas, en lo que es apenas una de las tantas incoherencias de la derecha vendepatria.

Esa derecha fiel exponente de la clase política libero-conservadora que en 175 años de mal gobernar el país sólo trajo guerras, explotación, pobreza y saqueo del país por el imperialismo yanqui, a cuyas tropas se enfrentó victoriosamente nuestro General Sandino, iniciador de la lucha revolucionaria que llevó al poder al pueblo de Nicaragua.
Poder desde el cual en tan sólo 23 años (interrumpidos por tres gobiernos neoliberales y 10 de ellos bajo una cruenta guerra de agresión) se ha logrado que más de la mitad de nuestra economía esté en manos del pueblo trabajador.

Mientras antes era controlada en su totalidad por los explotadores; ahora, la pobreza y la desigualdad social se reduce cada vez más, contrario a lo que sucedía con liberales y conservadores; hay salud y educación para todos, y no como cuando liberales y conservadores las tenían privatizadas; hay cada vez más derechos restituidos en beneficio del pueblo, desde su gobierno y bajo la conducción de su vanguardia, el FSLN, máxima expresión de su lucha organizada, su unidad indestructible y su conciencia patriótica, antimperialista y revolucionaria.

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