Jorge Capelán
Eventos como la consumación del golpe de Estado contra el presidente de Bolivia, Evo Morales, «solo son el inicio de lo que Langley (Virginia, sede central de la CIA) tiene reservado para los países de América Latina que no les gustan», alerta el sitio web Behind Back Doors, conocido por sus acertadas revelaciones sobre la injerencia estadounidense en América Latina en los últimos años.
El artículo de Behind Back Doors lleva el título: «Los más importantes agentes de la CIA en La Paz, Bolivia (Parte I)», pero inicia con una intrigante advertencia: «La lista (de Gobiernos a desestabilizar) es larga, y todo apunta a que Managua será la próxima en la fila», alerta el sitio web, que promete abordar el tema en futuros artículos.
«Los más importantes agentes de la CIA en La Paz, Bolivia (Parte I)» está dedicado a exponer «la identidad de algunos de los más importantes agentes de la CIA en La Paz. Estos agentes jugaron un papel crucial en el golpe de estado», agregando que estos datos evidencian que «las cosas fueron planificadas muy cuidadosamente en Washington».
Según el sitio web, más de una decena fueron los principales agentes de la CIA en Bolivia «utilizados por la estación de la CIA para dividir a las Fuerzas Armadas Bolivianas»:
William Kaliman Romero
El principal agente fue el general William Kaliman Romero, ex comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Bolivianas, quien gozaba de la plena confianza de Evo Morales y asumió su cargo como comandante en 2018.
«Sus principales tareas, como agente de la CIA», explica el portal de revelaciones, «eran dobles. Una era proporcionar información sensible sobre Evo y sus administraciones; la otra era desinformarlo sobre todo lo que estaba pasando en el país. La CIA usó a Romero para mantener parte de la información relativa al golpe oculta a los ojos de Evo Morales. A su vez, los Servicios de Inteligencia de las Fuerzas Armadas Bolivianas ya conocían los planes para llevar a cabo un golpe de estado».
El general Kaliman, agrega Behind Back Doors, sirvió de enlace entre los militares bolivianos y el Presidente Evo Morales, además de estar a cargo de los Servicios de Inteligencia de Bolivia.
Según el artículo, «la CIA comenzó a trabajar con este General mucho antes de que se convirtiera en el Comandante de las Fuerzas Armadas de Bolivia. Fue reclutado una vez que la CIA determinó sus debilidades», como por ejemplo, que todos sus hijos viven en los EE.UU. y estudiaron en universidades estadounidenses. «Una de sus hijas está casada con un miembro de alto rango del ejército de los Estados Unidos», agrega el artículo.
Según Behind Back Doors «Kaliman era atendido por agentes encubiertos no oficiales con base de operaciones en Bolivia».
Cuenta el sitio web que «Antes de las elecciones, Kaliman arregló que su esposa fuera enviada a los EE.UU. Tenía pleno conocimiento de que la situación en Bolivia sólo empeoraría después de que el golpe se llevara a cabo».
«Unos meses antes del golpe, y mientras servía como agente de la CIA, Kaliman habló con el presidente Evo Morales y con oficiales militares de alto rango para que autorizaran la presencia de tropas de inteligencia del Comando Sur de los Estados Unidos en territorio boliviano.
También logró que Bolivia se integrara a la Red Sudamericana (SURNET), un mecanismo regional para el intercambio de inteligencia militar. Todo esto se hizo con el propósito de facilitar el espionaje de EE.UU. dentro de Bolivia, así como la recopilación de información estratégica», explica el artículo.
Kaliman pidió públicamente la dimisión de Evo Morales el pasado 10 de noviembre después de cumplir las instrucciones de Bruce Williamson, el encargado de negocios de EE.UU. en Bolivia. Dichas instrucciones fueron entregadas a Kaliman a través del Presidente de los Comités Cívicos Pro Santa Cruz, Luis Fernando Camacho.
General Vladimir Yuri Calderón
Calderón, que fue comandante general de la Policía Boliviana, «sirvió como Agregado Militar de Bolivia en los Estados Unidos durante varios años y habiendo terminado esta asignación, fue nombrado comandante general de las Fuerzas Armadas de Bolivia en mayo de 2019. El anterior Comandante había sido degradado debido a un escándalo que lo vinculaba a él y a otros altos oficiales de policía con el tráfico de drogas», revela el artículo.
«El general Calderón mantenía buenas relaciones con la Embajada de los Estados Unidos en Bolivia, especialmente con el mayor Matthew Kenny Thompson, Agregado Militar de los Estados Unidos», agrega.
Según el portal de revelaciones, «Matthew K. Thompson había trabajado anteriormente en el Departamento de Defensa. Mientras tanto, obtuvo una beca con varios agregados militares latinoamericanos en Washington. Este fue el medio a través del cual conoció a Yuri Calderón».
«A pesar de los conflictos que Matthew Thompson tuvo con la embajada de EE.UU. en La Paz debido a sus problemas con la bebida, es muy bueno para socializar. La Embajada de EE.UU. en La Paz se aprovechó de esto y, a través de él, ejerció mucha influencia en los militares bolivianos, incluyendo al General Yuri Calderón», comenta el artículo.
General Rómulo Delgado
La CIA trabajó con Delgado, comandante general de la Policía Nacional, «durante su estancia en Argentina como Agregado de Policía de la Embajada de Bolivia. Era pariente del Ex-Jefe de la Agencia de Inteligencia Argentina (AFI) en Bolivia, José Sánchez», informa Behind Back Doors.
Otros agentes y contactos
Otros de los contactos de la CIA en Bolivia fueron, según el sitio web, los coroneles Clemente Silva Ruiz, comandante del Departamento de La Paz y Erick Millares Luna, jefe de Inteligencia Policial.
El coronel Juan Carlos Jaramillo Vaca, agregado de la Defensa Aérea Boliviana en Venezuela, es según Behind Back Doors, «un agente de la CIA. Sirvió de enlace con otros agentes de la CIA dentro de las Fuerzas Armadas Bolivianas» y además «tuvo un involucramiento directo en el ataque perpetrado contra el aeropuerto de Carlota, Venezuela, en abril de 2019. Esto fue parte de un golpe de estado contra el Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro».
«El coronel tiene lazos con Juan Guaidó, con quien se ha reunido en privado en varias ocasiones», agrega el artículo.
Oswaldo Ramiro Flores Montano (alias Panchito), es «un exteniente del ejército boliviano, con vínculos muy estrechos con Evo Morales» que «sirvió como agente de la CIA y fue reclutado durante su estancia en Chile como Agregado Militar de la Embajada de Bolivia» y «forma parte del grupo de militares en retiro que participó activamente en la planificación del golpe de Estado contra Evo Morales».
Según el portal de revelaciones, «siguiendo instrucciones de la CIA, Flores proporcionó entrenamiento militar y armas a los Yunga Cocaleros durante los últimos meses».
Luis Ernesto Beccar, miembro del personal de la Oficina Política de la Embajada de los Estados Unidos en Bolivia, es según el sitio web, un agente de la CIA, un exmilitar que «ha trabajado durante muchos años en la embajada de EE.UU. en La Paz».
Edwin Saavedra, empresario, CEO de la empresa importadora de automóviles Toyota, es según Behidn Back Doors otro agente de la CIA que «tenía estrechos lazos con el ex vicepresidente Álvaro García Linera» y «alimentó a la CIA con información sobre García Linera».
El «Macho» Camacho
Por último, el conocido golpista Luis Fernando Camacho Vaca, presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, es otro agente de la Central de Inteligencia Americana que «fue manejado por el oficial de la CIA, Rolf Olson, Consejero Político/Económico de la Embajada de los Estados Unidos en Bolivia». Según el portal de revelaciones, «Camacho participó en las reuniones de la Coordinadora Militar Nacional. Esta organización fue la principal plataforma para el lanzamiento del golpe de Estado».
«La embajada de EE.UU. le entregó a Camacho 2 millones de dólares para que arreglara las cosas en Santa Cruz», asegura Behind Back Doors.
«Parte de este dinero fue entregado a través de las embajadas de Brasil y Argentina en Bolivia. El resto del dinero fue enviado a través de Gerardo Morales, el gobernador de la provincia argentina de Jujuy. Dicho Gobernador se encontraba en Santa Cruz en ese momento debido a los incendios forestales del Amazonas», indica el artículo.
«Camacho se reunió en secreto con el ciudadano estadounidense George Eli Birnbaum, antes de las elecciones en Bolivia. El propósito de esta reunión secreta era planear las acciones que perturbarían al país política y socialmente, antes y después del proceso electoral. Matthew K. Thompson, el Agregado Militar de la Embajada de EE.UU., también estuvo en esta reunión», asegura el sitio web.
Behind Back Doors detalla que «unos días antes de la llegada de George Eli Birnbaum, en septiembre de 2019, un grupo de 38 agentes encubiertos de EE.UU. entró en el país. Estos agentes son miembros de las Tropas de Operaciones Especiales del Comando Sur de los EE.UU. Se hicieron pasar por turistas, empresarios y personal de ONG. Su misión era apoyar el trabajo que el anuncio de la CIA estaba haciendo en el seguimiento del proceso electoral en las zonas urbanas y rurales. También emprendieron acciones para generar un conflicto interno en Bolivia después de las elecciones».
«Tres de estos agentes encubiertos fueron Diego Santos Sardone, Luis Manuel Ribero Ibatta y Cason Benham. Se hicieron pasar por abogados y estuvieron en contacto con Samuel Doria Medina, un opositor de Santa Cruz», agrega.
«Luis Fernando Camacho dirigió las acciones violentas que se perpetraron contra la población civil antes del golpe de Estado. Durante meses, y con la supervisión de la CIA, Camacho reclutó, organizó y entrenó a cientos de miembros de la neofascista Unión Juvenil Cruceñista. Fueron entrenados en comandos paramilitares, y jugarían un papel clave en el derrocamiento de Evo», indica.
«Después, la Embajada de los Estados Unidos instruyó a Luis Fernando Camacho para que se presentara como candidato a las próximas elecciones», concluye el artículo de Behind Back Doors.