Al parecer, esto de las marchas se ha vuelto una “estrategia” como sacada de un librito al mejor estilo de la CIA por parte de los partidos políticos que se hacen llamar de oposición a los Gobiernos de Latinoamérica, donde sí existe la democracia, tales son los casos de Nicaragua y Venezuela.
En nuestro país las famosas marchas a las que instigan los partidos políticos de derecha y grupitos que dicen ser organismos de la sociedad civil, no quedan más que en escaramuzas a las que asisten los mismos cuatro “pelagatos”, que lo único que hacen es subvertir el orden público.
Este trastorno al orden lo materializan al bloquear calles de tal forma que interrumpen no solo el tránsito, sino la libre movilización de la gente que no puede abordar los buses urbanos, porque éstos desvían sus rutas por temor a que sus unidades sufran daños de parte de los “marchistas”.
Cuestión de pesos y centavos
Por otro lado, la misión que llevan estos azuzadores no solo es el de provocar a los policías, sino también la de atacarlos en espera de respuesta, para después aparecer como víctimas en los medios afines a la derecha, que alegremente se prestan a este indecente jueguito.
La ofuscación de parte de estos grupos por hacer creer que en Nicaragua existe un manifiesto descontento en contra del Gobierno del presidente Daniel Ortega, se debe a una cuestión de pesos y centavos que esperan sacar del Gobierno de los EEUU para las elecciones del próximo año.
El fracaso en Venezuela
En Venezuela, la denominada “Mesa por la Unidad Democrática”, que al igual que los derechistas en Nicaragua curiosamente también se ha dado a la tarea de convocar a marchas, sufrió un fuerte revés en sus intenciones de difamar al gobierno del presidente Nicolás Maduro.
La convocatoria hecha por este grupito de la derecha venezolana fue de que la población marchara el 8 de agosto pasado en las capitales de los 24 Estados de ese país, lo que terminó convirtiéndose en un penoso peregrinaje de unas decenas de personas que se dieron cita en una sola calle de Caracas.
Algo que no quiere aceptar la demagogia en Nicaragua, es lo que hicieron sus “colegas” venezolanos de la Mesa Democrática y fue la admisión del fracaso de la convocatoria, pero en lo que se puede llamar un consuelo de tontos, dijeron estar aferrados a un triunfo en los comicios de diciembre.
Sin gente pero con reales
Quien admitió el chasco que se llevaron con lo que esperaban que fuera una presencia a nivel de la Mesa Democrática, fue el secretario ejecutivo, Jorge Torrealba, quien respondió afirmativamente a periodistas, que efectivamente las marchas se redujeron a su mínima expresión.
Freddy Guevara, miembro del Partido Voluntad Popular, perteneciente a la Mesa Democrática, expreso que la inasistencia de la gente a las marchas se debió a las diversas pugnas por las que atraviesa esa “unidad”, aunque no quiso ahondar sobre el tema.
La verdad es que esto de las marchas, tanto en Nicaragua como en Venezuela, y en todos los artificios que han emprendido contra los respectivos gobiernos de esos países, no les ha dado resultado, pero de seguro les han dejado buenos dividendos económicos a sus cabecillas