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Londres.- Más de un centenar de personas festejaron el enlace matrimonial de Julian Assange y Stella Moris en una colorida y animada concentración en los accesos de Belmarsh, la prisión de alta seguridad del sureste de Londres, donde el fundador de WikiLeaks está recluido desde hace casi tres años.
«Es un día muy feliz y es importante constatar que, pese a la terrible situación de Julian, el amor entre ambos aún puede aportarles felicidad en sus vidas y en las de los demás», comentó a Sputnik Craig Murray, exdiplomático británico, historiador y veterano defensor de los derechos humanos.
Muchos asistentes lucieron elegantes atuendos en este boda, campestre y pública, de Assange y la abogada y madre de sus dos hijos pequeños.
«Es terrible que tenga que casarse en la cárcel, cuando lo único que hizo fue ofrecer acceso a la ciudadanía a la verdad sobre los crímenes de Estados Unidos», agregó el ex embajador.
Murray vestía falda escocesa, chaleco y medias de lana blanca. De origen escocés asesoró al entorno de los ya recién casados sobre el modelo de tela tartán más apropiado para la ocasión. Julian y su hermano Gabriel quisieron honrar su herencia familiar en Escocia y vistieron diferentes diseños de falda, según explicó Murray.
«Julian Assange ha sacrificado su libertad personal y su bondad humana en servicio de la población con las publicaciones de WikiLeaks, y por eso está en prisión», denunció a esta agencia Emmy Butler, coordinadora de la persistente campaña por la liberación de Assange, JADC.
Los «invitados» activistas corearon gritos de libertad, atendieron discursos, escucharon a cantautores y brindaron con champán la «boda de Julian y Stella», que, según dijo Butler, es un «triunfo contra la adversidad y un triunfo sobre los que han violado sus derechos humanos».
El matrimonio se selló en un acto privado en el interior del penal antes de que la ahora señora de Assange compartiera pastel de boda con el largo centenar de asistentes a la conmemoración exterior.