A una semana del inicio de la crisis, al menos 1,2 millones de personas participaron en una histórica manifestación en Santiago para pedir la dimisión del presidente Piñera, quien dos días antes anunció medidas para contener el descontento social.
El viernes las convulsas manifestaciones antigubernamentales para pedir un sistema más equitativo y que han protagonizado miles de chilenos cumplieron una semana. Desde que se iniciaron en la noche del 18 de octubre, han dejado un total de 19 fallecidos, cientos de heridos y daños millonarios a la infraestructura.
Después de una semana convulsa, lejos de disiparse, las protestas se han fortalecido. Alrededor de un millón de ciudadanos salieron este viernes a las calles con una asistencia sin precedentes desde el inicio de la democracia para pedir cambios estructurales en materia económica en sectores como pensiones y educación.
El mandatario pidió perdón el pasado 23 de octubre a los ciudadanos por el malestar del país y anunció un paquete de medidas en aras de socavar los ánimos de la ciudadanía. Pero dos días después de su anuncio y siete del inicio de las protestas, la propuesta de Piñera parece haber sido insuficiente.
La multitud rebosó el epicentro de la Plaza Italia para reclamar la salida del presidente Sebastián Piñera por la represión y presuntas violaciones de los derechos humanos cometidas por las fuerzas del orden contra los manifestantes en días anteriores.
Entre los manifestantes comenzó a desplegarse una gigantesca bandera con el lema «Chile despertó» acompañado de la frase «No estamos en guerra», en referencia a la declaración de guerra que hizo Piñera contra los causantes de incendios en supermercados y estaciones del Metro.
También corearon la canción «El Baile de los que sobran», del grupo chileno Los Prisioneros, como se evidencia en un video que en pocos minutos se volvió viral en las redes sociales.
Otra gran pancarta solicitaba «asamblea constituyente» para redactar una nueva Constitución que reemplaza la Carta Magna de la dictadura que rige en Chile desde 1980 y a la que los manifestantes culpan del modelo económico neoliberal que ha agudizado la desigualdad entre las distintas clases sociales.
Aunque la protesta de este viernes fue pacífica, el Ejército mantuvo el toque de queda nocturno en las provincias y ciudades de nueve regiones: Antofagasta, Atacama, Coquimbo, Valparaíso, Región Metropolitana, O’Higgins, Maule, Biobío y Los Lagos.
Esta ola de protestas, que tiene un saldo de 19 muertos, al menos 600 heridos y 6.000 detenidos, según la Fiscalía, se produce a escasas semanas de que Santiago acoja una serie de importantes cumbres.
En tres semanas debe albergar la cumbre de líderes del Foro Económico Asia-Pacífico (APEC), donde se espera la posible llegada de los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump; de Rusia, Vladimir Putin; y de China, Xi Jinping.
En un mes, la misma ciudad debe organizar la final de la Copa Libertadores y en diciembre está fijada la vigésimo quinta cumbre mundial del clima (COP25), donde se espera que lleguen al menos 12.000 personas. Hasta el momento, el Gobierno no ha dado señales de que alguno de los compromisos será cancelado.