Messi revienta ante el Valencia

El Barcelona cede dos puntos después de igualar un marcador en contra con dos goles del argentino, que acabó lesionado tras un golpe

Muy exigido en la Copa, el Barça se dio un respiro en LaLiga y descontó dos puntos para suerte del Atlético y del Madrid. Las remontadas se dan muy de vez en cuando, difícilmente se encadenan, y más cuando los rivales tienen el empaque del Sevilla y la rebeldía del Valencia, el rival desestabilizador por definición en el Camp Nou. Al 6-1 contra el plantel de Machín, después del 2-0 de Nervión, siguió el empate a dos frente a la revitalizada muchachada de Marcelino, que a la media hora mandaba por 0-2. Al rescate acudió Messi, que reventó después de marcar dos tantos y poner el 2-2, un resultado agridulce, menos preocupante incluso que la caída del 10. Las dudas sobre la lesión de Messi son las mismas que despierta el momento del Barça, ocupado ahora en muchos frentes con un plantel limitado y con los papeles muy definidos: Jordi Alba no tiene sustituto, mejor que jueguen Lenglet, Arthur y, a ser posible Busquets, y Dembélé es más desequilibrante que Coutinho. No es fácil dar con la formación ideal en cada partido y menos cuando en la esquina aguarda el Madrid.

Así las cosas, el Valencia enfiló de salida al Barça. Hasta dos llegadas contaron los chicos de Marcelino antes de que Messi tropezara con la pelota a la entrada del área de Neto. A partir del 10, el Barcelona pareció que se recuperaba de la afrenta del equipo de Marcelino y se desplegó hacia la portería del Valencia. Ausente Alba, Semedo intentaba cargar el ataque de la banda derecha, consciente de que no había salida por el flanco izquierdo, un desequilibrio que ayudó a la comprensión del juego por parte del Valencia.

El plantel de Marcelino aspiraba el fútbol centrifugado del Barcelona. No había más alternativa para afrontar el embudo del Valencia que esponjar el campo, abrir a los costados y confiar en el remate exterior, una suerte en la que percutía Coutinho, más presente en ausencia del sancionado Busquets y de Arthur. El partido estaba enfocado aparentemente hacia el marco de Neto cuando Messi quedó malparado en una entrada de Parejo y el cuero salió disparado en una contra manejada por Rodrigo y culminada por Gameiro. El despliegue del Valencia fue tan rápido como lento el repliegue del Barça.

No atacaba bien el Barcelona y en cambio era selectivo y certero en sus transiciones el Valencia. La suerte del encuentro quedó simplificada en los laterales: Sergi Roberto cometió penalti sobre Wass en el 0-2, después de un centro lateral desde el costado izquierdo, el punto débil del Barcelona, y Lato derribó a Semedo en el 1-2. La definición de Parejo resultó tan certera como la de Messi. Fuerte en su área, el Valencia sorprendió por su eficacia en la contraria, incluso ante un portero como Ter Stegen. A cambio, no acertaba el Barça cuando disponía de situaciones claras en ataque: Sergi Roberto remató al palo y Messi no ajustó su tiro en una situación óptima ante Neto antes de que Alba sustituyera a Semedo.

Necesitaban los azulgrana ensanchar el campo, activar a Messi y a Luis Suárez y mejorar el control en la medular, ocupada por interiores y no por mediocentros, más compulsiva que calma u orientativa, dispuesta a empotrar al Valencia. Insistían Rakitic y Aleñá, se ofrecía Alba y cerraba bien Vermaelen. No salía el balón del campo del Valencia y, a partir de la posesión, se imponía la profundidad y el acierto de los puntas del Barcelona. A los muchachos de Valverde les faltaba solo rapidez y clarividencia en el último pase, y cuando procedía en el chut final, al tiempo que no paraba de contragolpear el Valencia, asentado con Parejo y muy bien estirado por Rodrigo.

La contienda se abrió de portería a portería y el partido quedó a merced de una jugada, o si se quiere de una individualidad, del ingenio y la sorpresa de futbolistas como Messi. A falta de espacios, reiterativos los barcelonistas en el pase, el 10 se sacó un chut imposible desde fuera del área después de un toque de Arturo Vidal, siempre presente en los rebotes y las jugadas divididas, y cayó el empate: 2-2. Neto se quedó tan paralizado como los espectadores ante el remate de Messi, atendido después por sus molestias, resentido por una entrada de Lato. La parada del 10 animó al Valencia y destensó al Barcelona, cada vez más desfondado y abatido, recluido ante Ter Stegen.

Valverde, sin embargo, prefirió mantener a Messi después de poner a Arthur. Ya no hubo manera de levantar el partido y se cortó la racha azulgrana después de ocho victorias seguidas, momento para recapitular y volver a pensar en la dificultad de mezclar la Liga y la Copa y administrar a Messi. El 10 está hoy tan dolorido como el Barça a la espera de recibir el miércoles al Madrid en la Copa.

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