López Obrador sentenció que nadie puede cercar o bloquear a una nación por razones políticas e ideológicas, y denunció que son muchos los que en EE. UU. se benefician de ese trato inhumano hacia Cuba
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, informó ayer que su Gobierno intentará persuadir e interceder, ante su par estadounidense, para buscar un acuerdo que permita aliviar a Cuba de las sanciones del bloqueo económico, comercial y financiero, y retomar los avances que hubo durante la presidencia de Obama, los cuales retrocedieron con Trump en el poder.
«¿Qué culpa tienen nuestros hermanos cubanos de que no le guste a una potencia su actuación soberana?», se preguntó en la conferencia matutina del lunes.
A una interrogante, respondió que la política exterior de su país se apega a la libre determinación de los pueblos y, por tanto, siempre ha condenado esa injusticia.
«No solo México –apuntó–. En la onu, la inmensa mayoría está contra el bloqueo a Cuba, pero suele suceder que concluye la Asamblea y, como funciona el veto de un país, no se puede hacer nada, y así, año tras año. Es importante que este se trate como un tema fundamental de derechos humanos porque, sin duda, es una violación flagrante a los derechos humanos de todo un pueblo».
López Obrador sentenció que nadie puede cercar o bloquear a una nación por razones políticas e ideológicas, y denunció que son muchos los que en EE. UU. se benefician de ese trato inhumano hacia Cuba, y lo utilizan como una forma de escalar en cargos políticos o ascender en la pirámide empresarial.
Otras reflexiones condenaron también la injusta inclusión de la Isla en la lista de patrocinadores del terrorismo, y recordó las implicaciones que tiene esa acusación. «No hay elementos ni pruebas para acusar a Cuba de promover el terrorismo», aseveró.
Enfatizó en que el verdadero objetivo del bloqueo es provocar carencias al pueblo cubano, a fin de ponerlo en contra de su Gobierno, y que eso daña profundamente la imagen de Estados Unidos ante el mundo; sobre todo cuando existe una tendencia dentro del pueblo estadounidense a condenar esas actitudes hegemónicas.