México: la ultraderecha urde un complot contra López Obrador

  • Andrés López Obrador, presidente electo de México.

    Envalentonada por la victoria de Jair Bolsonaro en Brasil, la derecha mexicana, fiel servidora de las transnacionales y de Washington, representada por empresarios, políticos, medios de comunicación globalizados, reporteros y columnistas, se abalanzó contra el recién elegido presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Vicky Peláez | Sputnik

¡Pobre de América Latina! Los pillos y los vivos siempre juntos.
(Jorge Abelardo Ramos, historiador argentino, 1921-1994)

AMLO asumirá la Presidencia de México el 1 de diciembre. Sus numerosos detractores están intentando desgastarlo e impedir su propósito de lograr la cuarta transformación de México en beneficio de todos.

La decisión de López Obrador de poner fin a 40 años de neoliberalismo al estilo mexicano, llamado ‘capitalismo de cuates’, que representaba un ‘matrimonio’ de empresarios con el poder político al servicio de los hombres de negocios y sus amigos, produjo un rechazo inmediato de los dueños de monopolios y oligopolios nacionales.

Multimillonarios como Carlos Slim, Alberto Baillères, Carlos Hank, Olegario Vásquez Raña y una docena más de ricos y poderosos mexicanos, estaban acostumbrados a acaparar durante los últimos seis Gobiernos la rebanada más grande del presupuesto destinado a las obras promovidas por el Estado, como pasó con las obras en Texcoco —aeropuerto internacional— que AMLO decidió cancelar obedeciendo el mandato de los ciudadanos.

En una reciente conferencia de prensa, López Obrador anunció que con su Gobierno “se acabó el predominio de una minoría y la vinculación del poder económico y político, que el Gobierno esté solo al servicio de un grupo. El Gobierno es de todos y representa a todos”, dijo.

La intención de AMLO de transformar ordenada y justamente el país es lo que necesita México urgentemente, pero no va a ser muy fácil y tendrá mucha resistencia tanto nacional como internacional. La oligarquía nacional, representada por un pequeño círculo de amigos del Gobierno acostumbrados a cobrar sagradamente sus porcentajes a costa de su país, ya lanzó el grito al cielo por la decisión de AMLO de liquidar los contratos de las obras en Texcoco e iniciar el proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional Mexicano (NAIM) en Santa Lucía.

El dirigente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Juan Pablo Castañón, acusó a AMLO de crear incertidumbre y dañar al sector empresarial y el representante de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Gustavo de Hoyos, declaró que López Obrador mintió, traicionó y robó cancelando el proyecto en Texcoco.

Debido a esta acción del presidente electo, la Bolsa Mexicana de Valores registró una caída. En Estados Unidos, la Cámara de Comercio desaprobó esta decisión de AMLO y el Banco de Inversiones Morgan Stanley redujo el grado de activo de inversión en México de ‘sobre peso’ a ‘bajo peso’. The Wall Street Journal y la Agencia Bloomberg, igual que el Financial Times del Reino Unido, consideraron que AMLO cometió un grave error desechando 13.000 millones de dólares de inversión a favor de un proyecto menos ambicioso.

A la vez, organismos internacionales de calificación crediticia emitieron acuerdos que colocan bonos, acciones y expectativas de México a la baja.

Y eso no es todo. La llegada de las ‘Caravanas Migrantes’ bien organizadas y asistidas, como se sabe ahora, por las Naciones Unidas y George Soros, además de varias ONG, como Pueblo Sin Fronteras, complicó el próximo inicio de la Presidencia por López Obrador.

Para resolver el problema de la migración de los países que forman el ‘Triángulo del Norte’, López Obrador propuso crear un fondo de 30.000 millones de dólares impulsando el desarrollo integral de Centroamérica con contribuciones de EEUU, México, Honduras, El Salvador, Guatemala y posiblemente Canadá. También expresó la posibilidad de otorgar una visa de trabajo a los migrantes que regularizan sus papeles en México.

La reacción de la opinión pública mexicana, reacia a esta propuesta, no se hizo esperar. La mayoría de los habitantes de México declararon que, en vez de crear programas de apoyo a los extranjeros, sería mejor crear un fondo para sacar de la pobreza primero a los habitantes del estado de Chiapas, por donde entran las ‘Caravanas Migrantes’ procedentes de Centroamérica.

Para justificar su rechazo al ofrecimiento de AMLO, los mexicanos están mostrando que, en el estado más pobre del país, Chiapas, el índice de pobreza es de un 76,6%, por encima del de Honduras, que es del 67%. Entonces, según la opinión pública, habría que comenzar por el mismo México, destinando fondos para sacar de la pobreza a sus propios habitantes y justo después dar la mano a sus vecinos centroamericanos.

El nuevo inquilino de Los Pinos tendrá que gobernar el país, que está bajo el control implícito de Washington, tanto en términos económicos como políticos y militares. Bajo el pretexto de la lucha contra el narcotráfico, los agentes de la DEA, la CIA, del ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EEUU), US Marshall, el FBI y la ONI (Oficina del Servicio de la Inteligencia de la Marina de Guerra de EEUU) actúan en México como si fuera su propio país.

Evitan mantener el intercambio de información con las agencias federales mexicanas debido a una permanente fuga de información, prefiriendo tener estrechas relaciones con la Armada de México y la Secretaría de la Marina (SEMAR).

Sin embargo, a pesar de tanta presencia de especialistas norteamericanos en la lucha contra el narcotráfico y las bandas criminales, México ocupa el segundo lugar en el mundo después de Siria por muerte violenta. Durante la última campaña electoral en la que AMLO ganó la Presidencia del país fueron asesinados 152 políticos, 48 candidatos a puestos gubernamentales estatales y municipales y 371 empleados públicos (Etellect, Violencia Política en México durante la Campaña Electoral septiembre 2017- julio 2018).

López Obrador estará también frente a la situación que experimentaron el Gobierno de Ecuador antes de la Presidencia de Rafael Correa y de Colombia, donde las Fuerzas Armadas de estos países estaban subordinadas a EEUU. En el caso de Ecuador y en el de Colombia, siguen rindiendo cuentas a Washington debido a la política antinarcóticos diseñada por los estadounidenses.

Según la investigadora de El Colegio de México y especialista en seguridad, Mónica Serrano, “los militares mexicanos tienen ahora también el poder político, debido a su participación en la lucha contra el narcotráfico. La relación entre civiles y militares se ha alterado. No se puede explicar de otra manera que el presidente electo se haya presentado en los cuarteles centrales de los mandos del Ejército y la Marina”. (Proceso, 2182).

Al igual que sus predecesores, AMLO quiere seguir utilizando a las Fuerzas Armadas en la “lucha contra la violencia y la inseguridad para proteger a las mujeres, periodistas y ciudadanos en general” y su tarea principal será “pacificar el país, mejorando el presupuesto en este rubro y convocando a más elementos para el Ejército, para la Marina, para la Policía Federal, para todas las corporaciones, pero muchos más, alrededor de 50.000 más en el país”.

Por supuesto, la derecha, en su rechazo a los proyectos de AMLO, está organizando una campaña diaria de publicidad negativa del presidente electo aprovechando cada oportunidad. Tal es la situación, que López Obrador tuvo que denunciar esta campaña diciendo que cada día los medios conservadores anuncian que “ya estoy chocheando o estoy enfermo, pero estoy al cien por cien, gozo de cabal salud, no se froten las manos, hay presidente para muchos años”.

Esta campaña para desprestigiar a AMLO se intensificó aún más después de que el próximo Gobierno extendiera al presidente venezolano, Nicolás Maduro, la invitación para la toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador. Los medios conservadores de comunicación lanzaron en seguida el hashtag ‘MaduroNoEresBienvenido’ para repudiar la visita a México del mandatario venezolano, llamándolo “tirano incómodo”, repitiendo las palabras de uno de los mayores detractores de Maduro, el secretario general de la OEA, el uruguayo Luis Almagro, que considera que el Gobierno bolivariano tiene una “impronta criminal”.

La derecha está exigiendo a AMLO desinvitar a Maduro para que “su presencia no se convierta en el foco de la toma de posesión”. (Excelsior, 30-10-2018).

Teniendo en cuenta la hostilidad propagada por la derecha contra el presidente electo, será harto difícil la ‘cuarta transformación’ de México, que incluirá desde el rescate del campo y reducir la desigualdad, hasta tener una “auténtica democracia” y juzgar al presidente en funciones por delitos de corrupción bajo la consigna: “Al margen de la ley, nada; y por encima de la ley, nadie”. A diferencia de otras tres transformaciones, el cambio que propone López Obrador sería pacífico, siguiendo reglas democráticas.

La primera transformación en la historia de México moderno tuvo lugar entre 1810 a 1821, cuando el país logró librarse del dominio español, que había durado 300 años, y logró su independencia. El segundo cambio, llamado ‘la Reforma’, se logró a través de una guerra entre liberales y conservadores, que duró desde 1858 a 1861.

Los conservadores perdieron y Benito Juárez estableció su Gobierno en la Ciudad de México. En este período se promulgaron las ‘Leyes de la Reforma’ y, entre ellas, la separación de la Iglesia y el Estado. La tercera gran transformación, llamada ‘Revolución’, comenzó en 1910, que dejó como herencia la reforma agraria y que inspiró incluso al creador de la revolución rusa, Vladímir Lenin.

Ahora el pueblo mexicano llamó al tabasqueño López Obrador para devolver la dignidad a su país y a sus habitantes, advirtiéndole que “el pueblo pone y el pueblo quita”. ¡Quiera Dios que AMLO logre los cambios proyectados en el país, pues el fracaso significaría la aparición de un Macri o un Bolsonaro mexicano!

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