En vista del enfriamiento de las relaciones ruso-estadounidenses, los amantes de la supervivencia de EEUU tratan de prepararse para una eventual amenaza atómica. El medio ruso Vzglyad analiza dónde se alojarían los ciudadanos más pudientes en caso de una catástrofe.
La moda de refugios de emergencia no es una tendencia nueva en EEUU. Los multimillonarios del país se interesaron por el tema hace ya un par de décadas, según recuerda Vzglyad.
Fue en 1997 cuando los ingleses James Davidson y William Rees-Mogg publicaron el libro ‘El individuo soberano: perfeccionando la transición a la era informática’, subtitulado ‘Cómo sobrevivir y prosperar durante el colapso del Estado de Bienestar’.
Entre otras cosas, los autores del libro indicaban que Australia y Nueva Zelanda eran los mejores lugares para salvarse de posibles catástrofes globales. Después de la publicación de la obra, los precios de la vivienda en estos países aumentaron considerablemente a causa de la fuerte demanda.
Entre quienes decidieron comprar viviendas en la región se hallan el prominente empresario Peter Thiel, el director de cine James Cameron y el multimillonario Julian Robertson.
No obstante, Australia y Nueva Zelanda no son las únicas zonas que les interesan a los millonarios. Así, el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, adquirió una finca de tres km2 en Hawái, mientras que el creador de Oracle, Larry Ellison, compró el 98% del territorio de la isla hawaiana de Lanai, además de una compañía aérea propia.
Para los estadounidenses menos pudientes se ofrecen búnkeres en una bahía de lanzamiento de cohetes abandonada en Kansas. En el complejo residencial de 15 pisos hay piscina, gimnasio, hospital y otras cosas, incluida una cárcel.
El terreno está rodeado por una valla electrificada y varias torres, donde se alojan francotiradores. Un apartamento estándar de 170m2 cuesta alrededor de tres millones de dólares.
Una opción más asequible es adquirir una vivienda en el búnker de Dakota del Sur, que se ubica en el territorio de una antigua base militar. El terreno, de casi 50 km2, es capaz de albergar hasta 10.000 personas.
Los apartamentos allí no disponen de tantas comodidades como las de Kansas, pero cuestan 25.000 dólares.
Finalmente, uno puede disfrutar de un alojamiento más económico en Rancho Fortitude, situado cerca de Washington. El fundador de la red de búnkeres, Drew Miller, es un coronel retirado de la Inteligencia estadounidense.
La mayoría de sus clientes son «profesionales de Washington», según declara Miller. Ahora el exmilitar planea construir más búnkeres.
El Rancho Fortitude, a diferencia de los refugios de lujo, no tiene comodidades excepcionales, sino que ofrece las condiciones mínimas necesarias para la supervivencia. El alquiler de una cama en Rancho Fortitude costará tan solo 1.000 dólares al año. Hasta que comience la supuesta guerra, uno puede pasar las vacaciones en el extraordinario emplazamiento.
Por muy devastadora que sea la posible amenaza, la actividad de los sobrevivientes toma a veces el cariz de un juego. Así, los aficionados a los búnkeres comparten experiencias en las redes sociales y hasta llevan a cabo una especie de entrenamientos.
A veces resulta difícil marcar una línea divisora entre la broma y la seriedad. Por ejemplo, el empresario Marvin Liao aprendió a tirar con arco para poder defender a su familia, mientras que el cofundador del sitio Reddit, Steve Huffman, se sometió a una operación de cirugía láser ocular, justificando que, en caso de llegar el apocalipsis, será difícil encontrar gafas o lentes de contacto.