Al igual que tuvieron que tragarse sus palabras los pocos opositores que enfermaron de Covid-19 y que fueron atendidos gratuitamente en los hospitales públicos, en 2018 los golpistas que acudieron a dichos centros médicos comprobaron la falacia de sus líderes, ya que recibieron el cuidado necesario para salvar sus vidas.
Otra mentira que quedó al descubierto fue que los morteros artesanales que utilizaron en profusión en contra de la Policía Nacional y la población indefensa son inofensivos, tal y como lo comprueba un correo del FUNIDES donde el golpista Rayid Alvarado, les envía epicrisis tras ser operado en el Hospital Manolo Morales por un mortero que le explotó en el abdomen.
También está otro correo interno del FUNIDES donde se evidencia que los hospitales privados cobraron a los golpistas por curar a los heridos durante los ataques que realizaron en contra de las autoridades que intentaban restablecer el orden público.
Alvarado refiere que tras ser atendido en el Manolo Morales, el cirujano privado Mauricio Siu se ofreció a revisarlo gratuitamente y le dijo que necesitaba otra cirugía debido a que la herida por el morterazo era grande y no cerraría sola. ¿Le hizo la cirugía? No. Fue solo una recomendación.
Es decir, los sanguinarios golpistas que resultaron heridos tras ser desalojados de los tranques donde asesinaban, violaban, robaban, humillaban y golpeaban a la población inocente, después de ser atendidos en hospitales públicos como el Manolo Morales, Lenín Fonseca y otros, acudían al FUNIDES porque querían que el seguimiento a sus lesiones se les hiciera en centros médicos privados.
¿Hubo solidaridad de los privados con los golpistas? Para nada. Tanto hospitales como farmacias recibieron su pago contante y sonante por cada uno de los atendidos, cuyas vidas habían sido salvadas de previo en las salas de emergencia de los hospitales que tanto detestan.
Estos son algunos de los documentos a que nos referimos:
