Oscar Rotundo
La concentración del poder en manos de un sátrapa, hoy en día tiene como herramienta al lawfare para poder sacar de la escena política a quienes firmemente se opondrían a sus designios.
La persecución a los referentes del FMLN que formaron parte del gobierno de Sánchez Cerén, incluida su persona no se ha hecho esperar y de manera prepotente la prisión preventiva es utilizada para desprestigiar a los exfuncionarios del gobierno antes de ser juzgados.
Bukele ha soltado a sus esbirros; la Policía Nacional Civil (PNC) capturó a los exfuncionarios Violeta Menjívar, Erlinda Hándal, Hugo Flores, Calixto Mejía y Carlos Cáceres el 22 de julio pasado y ha girado la solicitud de difusión roja a la Interpol para la captura del expresidente Salvador Sánchez Cerén.
Igualmente, para la exministra de Medio Ambiente Lina Pohl, el exministro de Obras Públicas Manuel Orlando Quinteros, el exministro de Agricultura José Guillermo López Suárez y José Manuel Melgar, ex ministro de Seguridad Pública. Toda una cacería en momentos en que la economía del país y la situación sanitaria toman por un camino incierto y preocupante.
A ninguna de las personas apresadas se les ha respetado el debido proceso, avasallando el principio universal de presunción de inocencia hasta que un juicio demuestre lo contrario, como lo establecen tanto la Constitución de la República de El Salvador, el Código Procesal Penal y la legislación internacional en el marco del derecho procesal penal.
El artículo 6 del Código Procesal Penal establece que las personas ante la presunción de un delito no solamente son inocentes, sino que, además deben ser tratadas como tal en todo momento, hasta que una instancia condenatoria pruebe su culpabilidad conforme a la ley.
También se deben asegurar todas las garantías para la defensa de las personas procesadas y en custodia del Estado, como el derecho a la atención médica y la facilitación de los medicamentos que le sean necesario, cosa que no está ocurriendo en el caso de Violeta Menjívar, a quien no se le ha permitido contar con la atención médica adecuada ante el padecimiento de una enfermedad respiratoria crónica.
La negativa ante estos requerimientos como los de tener acceso a la información y comunicación, contacto con sus abogados y familiares, constituyen un sistema de tortura psicológica que atenta contra la salud de quienes se encuentran privados de libertad, sin condena, violentado de esta manera la dignidad de estas personas de manera arbitraria.
En El Salvador como en su momento en Brasil y Argentina, el lawfare es aplicado de forma mafiosa por un gobierno que trata de aniquilar la política persiguiendo a quienes critican las políticas públicas antipopulares y antidemocráticas que afectan a los sectores más vulnerables de la sociedad, y a quienes se atreven hacer frente a la corrupción que se florea impunemente.
Cuando la mentira mediática se cae ante los ojos de la mayoría y la gente empieza a comprobar que ha sido estafada en su buena fe o en sus sueños de un país mejor, el sátrapa comienza a demonizar y perseguir, pretende victimizarse, pero tarde o temprano cae, como ocurrió en Argentina y como también está ocurriendo en Brasil.
Seguirán la suerte de su mentor Donald Trump y tendrán que enfrentar la justicia que le negaron a los luchadores populares.
Violeta Menjívar nació en Chalatenango, Estudió Medicina en la Universidad de El Salvador, perteneció a las Fuerzas Populares de Liberación “Farabundo Martí” (FPL); fue elegida diputada a la Asamblea Legislativa en 1997, como candidata del FMLN y reelegida en 2000 y 2003; presidió la Comisión de Salud y Medio Ambiente. A finales del 2005 fue candidata del FMLN a la Alcaldía de San Salvador y tomó posesión de su cargo el 1 de mayo de 2006, siendo la primera mujer alcaldesa municipal.
Por disposición del presidente Mauricio Funes, fue designada viceministra de Salud Pública y Asistencia Social, y con Salvador Sánchez Cerén como primer mandatario, nombrada ministra de Salud Pública y Asistencia Social. Hoy es una presa política con prisión preventiva sin que se le hayan comprobado las acusaciones que el lawfare exhibe en su contra.
Así ocurre con cada uno de los detenidos o perseguido, son fieles representantes de su pueblo con una trayectoria de lucha y servicio que honra la memoria de los compañeros caídos y dignifica los logros alcanzados.
El sátrapa, que pretende desconocer la historia de lucha de un pueblo glorioso, ahora arremete contra la memoria viviente de tanta entrega, para que las jóvenes generaciones no sepan de cuanto sacrificio tuvo que hacer el pueblo salvadoreño para lograr construir una independencia con justicia social.
El dirigente del FMLN, Medardo González, denunció las detenciones de los exfuncionarios de la organización como parte del abuso de poder y la sed de venganza de Bukele.
“Este personaje (Nayib Bukele) no entiende diferencias. Simple y sencillamente cree que todos los que son consecuentes en denunciar sus excesos son sus enemigos y va a capturar a toda aquella persona que él considere necesario y conveniente hacerlo”.
También señalo en la entrevista radial “A primera vista”, que las capturas de exfuncionarios del FMLN el 22 de julio, son “un abuso de poder y que además ellos son los primeros presos políticos que hay desde el final de la guerra”.
“Es una cosa inaudita, es algo terrible, simplemente una imposición, a todas estas personas capturadas se les ha violentado sus derechos, se les ha humillado. Es una sed de venganza del presidente Bukele, en realidad son nuestros primeros presos políticos y tenemos que exigir su libertad y tenemos que condenarlo aquí y fuera del país, no podemos darnos el lujo de quedarnos callados”, manifestó el referente del FMLN.
Agregó que la cantidad de presos políticos es significativa y que también incluye al exalcalde de San Salvador, Ernesto Muyshondt. Señalando que “Estas personas son víctimas de un acoso”. Lamentó “que el Estado se convierta en opresor de sus propios ciudadanos, y por eso hay que denunciar, luchar en contra de esta dictadura”.
Medardo González señaló que desde 2019 el Gobierno intenta borrar todo lo que se había avanzado en términos de democracia desde que terminó la guerra en 1992.
“Está haciendo las cosas al revés y está regresando al pasado y construyendo una dictadura militar, no quiere respetar los acuerdos de paz”, y agregó que hay un contraste entre los planes del oficialismo, que busca concentrar el poder, y la actitud de parte de diversos sectores la sociedad civil que se rehúsan volver al autoritarismo.
“Hay dos proyectos, uno es el proyecto del señor presidente Bukele que pretende consolidar una dictadura y hay un proyecto de la ciudadanía, principalmente de los jóvenes que no van aceptar esa imposición, eso es lo que estoy viendo y eso es lo que espero yo, que realmente podamos derrotar, resistir estos momentos y enfrentar, así como estos jóvenes salieron el 30 de julio, perdieron el miedo, perdieron la vergüenza, agarraron valor y dijeron ‘aquí estamos”.
En este sentido González llamo a los militantes de su partido a que pese a que ha habido división al interior del FMLN debe haber una cosa clara: “los dirigentes del Frente deben de ser consecuentes y denunciar al tirano”.
“Si sos dirigente tenés que ir a luchar contra el tirano, hoy estamos luchando contra alguien que quiere consolidar una tiranía, una dictadura nuevamente en nuestro país, entonces a los dirigentes del frente, jóvenes, menos jóvenes o adultos, les digo que su obligación es ser de oposición, su obligación es denunciar, su obligación es pelear, no estarse haciendo el loco, no estarse agachando mientras el combate está abierto, hablado figurativamente”.