El gobierno de Nicaragua, a través de una nota de prensa, condenó el jueves por execrables y aberrantes, las masacres cometidas en Canadá por gobiernos de ese país en contra de miles de infantes pertenecientes a minorías raciales y originarias de esa nación del norte.
El rechazo de Nicaragua a tan sanguinaria masacre de niños, se da en momentos en que el gobierno canadiense, firme y leal aliado del no menos criminal imperialismo norteamericano, se ha unido en la campaña de mentiras y sanciones en contra del pueblo pinolero, por la sencilla razón de que se opone a que sus destinos sean regidos por potencias extranjeras.
“El Gobierno de Nicaragua, que ha vivido con dignidad los peculiares, injustos y agresivos ataques de Gobiernos imperialistas, colonialistas, neocolonialistas, y seguidistas USA, no puede dejar pasar los descubrimientos que cada vez con más frecuencia tienen lugar en Canadá, reflejando profundo racismo y ocultas y “misteriosas” prácticas de dominio cultural, que son “aberrantes, crueles, humillantes, inhumanas y degradantes”, y que sometieron al exterminio, a miles de infantes, cuyos restos siguen siendo “descubiertos”, señala la nota.
Agrega que “hoy se conoce y expone la brutalidad, el barbarismo, el salvajismo, que en Canadá despojó de vidas, patrimonios y culturas a los pueblos originarios.
“Y no podemos dejar de elevar nuestra voz ante tantos execrables crímenes del Racismo exterminador, que no sólo negaron la condición humana de tantas víctimas, sino que apostaron a aniquilar y extinguir culturas y modos de vida, con nunca reconocidas experiencias inquisitoriales, propias del más profundo desprecio y la más inconcebible negación del valor de la vida, y de las lenguas y culturas autóctonas”.
La nota del gobierno de Nicaragua continúa señalando que “Nos conmueven profundamente estos crímenes infernales, cometidos a nombre de la civilización, mostrando “orgullo”, superioridad, y validación del odio como cultura arrasante.
“Ese país, sus gobernantes y sus Líderes han agotado las narrativas de la desvergüenza, pretendiendo encubrir la barbarie, con “caridades” y vanidades repudiables.
“Nuestro reclamo, protesta y condena a los representantes del Estado y de las Instituciones involucradas en Canadá, dejando sentado que no tienen ninguna autoridad moral para reclamar absolutamente nada a nuestros pueblos, programas, proyectos.
“Igualmente, tampoco concedemos al Gobierno de Canadá ninguna potestad para seguir juzgando nuestros caminos de dignidad, identidad, valores, honras y decencias nacionales”, precisa el escrito.
En su último párrafo indica que “en contraste con las Políticas canadienses, inmorales y absurdas de racismo exterminador, nada lejanas del nazismo hitleriano, en Nicaragua bendita, que tanto se atreven ellos a juzgar y condenar, vive Dios, como sol fraternal de buena voluntad…”