Manuel Salvador Espinoza J.
* “La principal reforma electoral en el actual contexto, debe ser el impedimento, a través de sanciones legales nacionales, de todo tipo de financiamiento norteamericano y de sus aliados que tenga como objetivo intervenir e influenciar el proceso electoral nacional para instalar a un candidato USA en el poder”.
En mayo de 2020 la Agencia Norteamericana para el Desarrollo Internacional (USAID y sucesora de la AID) elaboró el documento RFTOP No. 72052420R00004 sobre la «Asistencia Sensible en Nicaragua» (Responsive Asistance in Nicaragua-RAIN). Se ha difundido pública y masivamente la Sección «C» de este documento titulado «Declaración del trabajo».
Por el grado desmesurado de intervencionismo abierto en la vida política nacional y sobre todo para las próximas elecciones del 2021, este documento es ampliamente denunciado y repudiado desde ya entre la población nicaragüense.
Aunque aparentemente en todo el documento se habla de la contratación de una entidad que estará dedicada a la implementación de asistencia analítica y técnica a corto, medio y largo plazo a la oposición anti sandinista, se describe bien sin ningún respeto a la soberanía nacional los pasos a seguir en el cumplimiento de la «Misión del objetivo marco estratégico», que no es más que la construcción de la unidad opositora, que al igual que en los 80 se encuentra dispersa y dividida como fuerza política; la construcción y selección de su liderazgo político y los candidatos presidenciales y organizaciones que derroquen al FSLN en noviembre del 2021.
Para este propósito el Programa RAIN contará con un financiamiento de US$ 540 mil, que es parte de una suma total que se desconoce y está destinada a la desestabilización del país o lo que en el documento se menciona como «crear el AMBIENTE para la transición democrática». «Para la creación de las CONDICIONES propicias», el RAIN proveerá de manera rápida, sensible y relevante la asistencia necesaria.
Lista de mentiras
El documento de la USAID en ningún momento incluye un escenario donde el FSLN gane por elecciones justas, libres y trasparentes con reformas a la Ley Electoral en acuerdo con la OEA. Solo brindan tres escenarios donde los únicos ganadores deben ser los opositores, de lo contrario serán invalidadas. Este plan merece toda la atención posible pues está estructurado con una enorme lista de mentiras, que justifiquen su intervencionismo político. Para cumplir con el plan inmediato, la primera mentira es:
a) Crear a imagen de una enorme crisis que vive el país y que es agudizada por la pandemia del Covid-19, sobre la que los norteamericanos proponen a la oposición agarrarse como excusa central para iniciar el levantamiento que genere violencia y caos a nivel nacional y la presión internacional, donde la OEA, la Unión Europea y los países vecinos en la región jugarán un papel importante. Mayor desfachatez no puede ser posible cuando EEUU ha demostrado ser el más ineficaz en el control de coronavirus con más de 170 mil muertos.
b) Que producto de la crisis creada, la oposición tenga fuerza para demandar la renuncia del presidente y el desmantelamiento total del gobierno, con la promesa de elecciones adelantadas.
c) Por eso es muy peligroso para la estabilidad económica, social y política de todo el país, lo que en el penúltimo párrafo de la página 7 y el primero de la página 8 se anuncia. En general se habla de servir para «realizar cambios abruptos», «tener la habilidad de responder rápidamente a las nuevas demandas» y «responder rápidamente en el periodo más cercano a lo inmediato». Será tan violento el «ambiente» que crearán en el periodo de elecciones que se avecinan, que visualizan varios escenarios caóticos que hasta incluyen la necesidad de reconciliación en todo el territorio nacional al final.
Su fin justifica sus medios de guerra
En la Revista Visión Sandinista del mes de mayo No. 301, se publica el artículo del periodista Fabrizio Casari «Nicaragua y el virus del golpismo», que aporta parte de la posible estrategia golpista. Sin embargo, a las luces de la urgencia de crear toda una situación de crisis a favor de la oposición, se debe de partir que están en los planes de agresión acciones mucho más agresivas.
Cabe subrayar, que RAIN en inglés se traduce como lluvia y solo Dios sabe qué lluvia de drones y cohetes atacarán objetivos claves políticos, como la Secretaría del FSLN en El Carmen, los cuarteles y casas de los mandos militares del Ejército y la Policía u objetivos económicos de infraestructura y comunicaciones (puertos, puentes, edificios hospitales nuevos) y religiosos (iglesias, imágenes religiosas, la vida de sacerdotes opositores) acciones de secuestro en fin, que logren incitar al levantamiento en función del derrocamiento del gobierno. Puede ser el incendio de todo un hospital o mercado completo, una planta eléctrica o de agua potable. Solo recordemos que el fin justifica los medios.
Veamos el caso de la explosión en Beirut, capital del Líbano, de 2,750 toneladas de nitrato de amonio que generó un cráter de 43 metros de profundidad y tuvo la misma intensidad que un sismo de magnitud 4.5 en la escala de Richter. Se compara con un 10% de la bomba en Hiroshima. Arrasó a barrios enteros, dejando a más de 300 mil personas sin hogar y causó más de 200 muertos, 6 mil heridos y decenas de desaparecidos.
Hasta el más ingenuo sabe que eso fue un ataque provocado, planificado y dirigido desde el exterior, que al final logró que la oposición se agarrara de ese tema y lo capitalizara con protestas de calle a pesar del estado deplorable, de la crisis económica y los daños de la explosión. Las protestas no cesaron hasta que lograron que el gobierno dimitiera. Para los que técnicamente asesoran las transiciones en función de cambios de régimen, esta es una operación exitosa.
Recomendaciones de más guerra
Aunque se desconoce qué organización dirigirá el programa RAIN para la USAID, que se anuncia en el documento RFTOP No. 72052420R00004 sobre la «Asistencia Sensible en Nicaragua» desde las perspectivas analíticas y técnicas, el American Enterprise Institute (AEI), ha estado publicando muchas recomendaciones de acciones de política exterior contra nuestro país en más de una docena de artículos escritos por Ryan C. Berg, Roger F. Noriega, Margatet Mccarthy y Jaime Daremblum analistas encargados de Nicaragua.
El AEI es un centro de investigación neoconservador creado en 1938 para defender al «capitalismo democrático, el gobierno limitado, la empresa privada», etc. (imagínense cuál es su credo). Entre su staff profesional de política exterior han sido parte halcones como Jeane Kirkpatrick, Elliot Abrams, Dick Cheney, John Bolton y Paul Wolfowitz, de quienes los pueblos nada bueno deben esperar. El AEI tiene un presupuesto anual de más de 80 millones de dólares y está cerca de la Embajada nicaragüense, no muy largo del DuPon Circle en Washington DC.
Después del documento RAIN de mayo; el 14 de julio aparece un artículo titulado «The US is confronting Nicaragua’s dictator(s) without a game plan» (EEUU está enfrentando la Nicaragua de los dictadores sin ningún Plan de Juego» y el 28 julio un nuevo documento de 35 páginas más agresivo y lesivo a nivel de «recomendaciones», fue publicado con el título de «Restaurando la Democracia en Nicaragua» – (Aumentando los esfuerzos contra el Régimen Ortega-Murillo). Ambos documentos son elaborados por el American Enterprise Institute (AEI) y escritos por Ryan C. Berg. El nuevo sabelotodo de la política nacional.
En este se describe la historia nacional a gusto y antojo del autor y a la conveniencia de la justificación del intervencionismo político USA en las próximas elecciones, en apoyo a la oposición antisandinista. De ahí toda una serie de acciones y medidas a implementar por parte del gobierno norteamericano en este contexto, que propicien la derrota electoral sandinista: más sanciones económicas bien elaboradas por el Tesoro norteamericano y aprobadas por el Congreso norteamericano; presión internacional; instrucciones específicas a la OEA; una diplomacia USA más activa, que genere alianza internacional contra el gobierno nicaragüense, sobre todo de la Unión Europea; la instalación de un representante especial para Nicaragua que coordine las acciones entre la oposición antisandinista y el Departamento de Estado; el apoyo y presión especial a la iglesia y al COSEP para que se mantengan en la oposición y medidas de desmantelamiento de la Policía Nacional y el Ejército nicaragüense. En fin, unas elecciones con un gobierno made in Washington, de lo contrario no será ni legitimo ni mucho menos democrático. Como se aprecia, las recomendaciones tienen un mismo objetivo.
¿Y si no son solo sanciones?
Está muy fresca la forma en que la OEA logró quitarle la victoria electoral a Evo Morales en Bolivia, y en estos días la están aplicando igual en las actuales protestas en Bielorrusia tras las elecciones presidenciales a favor de presidente Lukashenko. Tienen el mismo fin que la oposición en Bolivia, Beirut, Hong-kong, Venezuela o Nicaragua. Simplemente es un nuevo formato de guerra política que les funciona por todo el mundo.
Recordemos que en la Orden Ejecutiva 13851, emitida en noviembre de 2018, el presidente Trump declaró que la situación en Nicaragua era una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos. Y el nefasto John Bolton nos incluye en «La troika de la tiranía» en el hemisferio occidental. Bolton prometió que: «El régimen nicaragüense, como Venezuela y Cuba, se sentirá plenamente peso del sólido régimen de sanciones de Estados Unidos». ¿Y si no son solo sanciones?
No es ni exageración, ni fantasía política. Según la oprobiosa conducta histórica de los EEUU en materia de intervencionismo electoral hacia nuestro país, solo nos queda recomendar acciones para defender la soberanía nacional. Sobre todo, ahora que tenemos el poder político desde el gobierno.
1. Demostrar nuestra indignación popular de una manera más clara y enérgica. Cortar de una vez por todas todo tipo de injerencia política en el proceso electoral del 2021 y los que vendrán en el futuro.
2. Usar todas las vías legales nacionales e internacionales que les aten las manos de su financiamiento por siempre y a los receptores también.
3. La principal reforma electoral en el actual contexto debe ser el impedimento a través de sanciones legales nacionales de todo tipo de financiamiento norteamericano y de sus aliados, que tenga como objetivo intervenir e influenciar el proceso electoral nacional para instalar a un candidato USA en el poder.
4. Establecer con claridad meridiana las normas del juego en defensa de nuestra soberanía, en función de relaciones normales de respeto mutuo entre nuestros países.
5. Develar permanentemente tanta hipocresía disfrazada en términos de democracia y libertad que utiliza el discurso de la política exterior USA.
6. Crear un Centro de monitoreo y análisis abierto con financiamiento diverso, que divulgue permanentemente las acciones de política exterior USA hacia nuestro país.
Nicaragua es hoy muy diferente
Aun cuando quieran desestabilizar al país de nuevo con acciones de terror para repetir el escenario de guerra como en los 80, están muy equivocados porque la situación económica y el buen manejo de la economía nicaragüense con el gobierno sandinista, bajo la dirección del Comandante Daniel
Ortega, es muy diferente al existente bajo la guerra de la «Contra» y la amenaza de intervención directa que nos impuso la administración Reagan.
Ellos al final no ganaron, el pueblo fue el que perdió con el neoliberalismo dantesco que instalaron por 17años. Eso hay que remarcárselo cada día al pueblo. Hay que recordarles cómo dejaron abandonados a Somoza cuando pensaron que con un gobierno sandinista mantendrían su status quo en el país. Hay que recordarles cómo abandonaron a los más de 22 mil «Contras» que pelearon por ellos. Hay que recordarles cómo prometieron en 100 días cambiar la economía y traer la prosperidad y la democracia y todo el vagón de tren lleno de cuentos y puro bla, bla, bla.
En aquel entonces no conocíamos sus métodos y estrategias electorales. Ahora conocemos y estamos al tanto de las nuevas modalidades e instrumentos de guerra política. De sus planes y objetivos políticos y paramilitares. En aquel entonces estábamos en zafarrancho de combate en la defensa militar de la Revolución. Hoy estamos dedicados al frente de lucha político por la victoria electoral sandinista, por eso no podrán triunfar en el 2021.
Si los nicaragüenses conociéramos bien nuestra historia, la tuviéramos tan clara, el intervencionismo norteamericano en nuestros asuntos sería erradicado de una vez por todas. Por eso estamos más que claros, que «¡contra la Intervención yanqui electoral, Frente Sandinista de Liberación Nacional!».