El pueblo de Nicaragua continúa celebrando el arrollador triunfo electoral del sandinismo en las elecciones de este siete de noviembre, mientras Estados Unidos y los gobiernos sometidos que lo apoyan, se deshacen en amenazas y descalificaciones.
No obstante, la suerte está echada para los enemigos de los millones de seguidores del FSLN que acudieron disciplinadamente ayer domingo a depositar su voto desde tempranas horas de la mañana. ¿Y los opositores golpistas? Muchos se quedaron en sus casas, mientras que otros tantos acudieron a las urnas a apoyar a sus partidos políticos.
Digan lo que digan y sufran lo que sufran el gobierno gringo de turno y los gobernantes que se le subordinan, Nicaragua, con Daniel Ortega a la cabeza, se prepara para seguir adelante con el impulso de la paz, el desarrollo de la nación y una vida digna para los más desprotegidos, que fueron precisamente los que se desbordaron a votar por el sandinismo.
Joe Biden, presidente de EEUU, se apresuró a decir que desconocía las elecciones nicaragüenses. Era de esperar. El ejército opositor que entrenaron, financiaron y lanzaron en 2018 para tumbar al gobierno del presidente Ortega, sufrió una derrota aparatosa, provocando la desbandada de no pocos hacia Costa Rica y otros países, y el encarcelamiento de algunos cabecillas que recibían dinero gringo para insistir en la violencia y demandar sanciones foráneas en contra de la Patria que los vio nacer.
¿España? El país que nos heredó a la actual oligarquía sufriente desde que perdió el poder político, calificó de “burla” el proceso electoral. También tiene sus razones. Esta nación europea de la cual fuimos colonia, financió a varias ONG participantes en el fallido golpe de Estado de 2018, y todavía se considera con “derechos” para determinar quién es bueno y quién es malo en Nicaragua.
Ni hablar del resto de la Unión Europea, países cuyos gobiernos se humillan y rinden vasallaje a Estados Unidos desde la devastación sufrida durante la Segunda Guerra Mundial a manos de los nazis, derrotados finalmente por el ejército soviético, y que sin embargo significó el surgimiento de Norteamérica como el principal imperialismo en el planeta apoyado por el Plan Marshall.
Pero hay que dejar claro que no estamos solos. El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, cuestionó la decisión «inaceptable» de Estados Unidos de rechazar los resultados de los comicios presidenciales en Nicaragua celebrados el 7 de noviembre.
«La Casa Blanca, nada más concluir las elecciones, declaró que no las reconocía y llamó a otros países a seguirle. Creemos que esto es inaceptable y condenamos enérgicamente esa política», dijo Lavrov tras reunirse con su par venezolano, Félix Plasencia, en Moscú.
Lavrov recordó que Washington, antes de la celebración de los comicios desató una campaña para no reconocer los resultados.
«Los preparativos de las elecciones y el propio proceso se llevaron a cabo en medio de una presión sin precedentes contra las autoridades nicaragüenses», subrayó.
Según destacó Lavrov, los observadores rusos confirmaron que los comicios cumplieron la legislación de Nicaragua y se realizaron de manera organizada.
El ministro de Exteriores ruso denunció la injerencia en los asuntos internos de Nicaragua y los intentos incesantes de algunos Estados de derrocar al Gobierno.
«En ese sentido, quisiera recordar que una nueva aventura de las denominadas revoluciones de colores para cambiar al Gobierno, esta vez en Nicaragua, difícilmente aportarán estabilidad y prosperidad a esta región», apostilló.
Venezuela rechaza el injerencismo de Washington
Por su parte, el canciller venezolano afirmó que Estados Unidos se entrometió en el proceso electoral de Nicaragua, y Venezuela lo rechaza.
El ministro apuntó que el 7 de noviembre, antes del fin de las elecciones nicaragüenses, EEUU emitió un comunicado en el que tildó de fracasados los comicios celebrados en el país centroamericano.
Plasencia subrayó que se trata de «una posición injerencista anterior al proceso electoral, denunciando ese proceso electoral y boicoteando su celebración.»
«Debemos rechazar (…) el injerencismo de Washington», enfatizó.
Calificó de una «franquicia» la estrategia injerencista que implementa EEUU en el mundo, dirigida en contra de los gobiernos no favorables a Washington.
«Esto ha sucedido en Europa, esto se trató de hacerse en Venezuela, y se aplicó esta receta en Nicaragua. El Gobierno nicaragüense (…) ha resistido y ha garantizado la paz», destacó.
El canciller venezolano destacó que las elecciones en Nicaragua «se han celebrado en paz y en tranquilidad».
Bolivia saluda «vocación democrática» en las elecciones
En tanto, el Gobierno de Bolivia saludó la «vocación democrática» de Nicaragua en las elecciones generales.
«El Ministerio de Relaciones Exteriores saluda al hermano pueblo nicaragüense por la participación y vocación democrática en el proceso electoral que se realizó este domingo, 7 de noviembre de 2021», dijo la Cancillería en un comunicado.
La declaración confirmó los lazos entre el Gobierno socialista boliviano presidido por Luis Arce y el Gobierno nicaragüense de Daniel Ortega, quien buscaba un cuarto mandato consecutivo.
«Estamos seguros que con la participación mayoritaria y el respeto del voto popular se fortalece la democracia, como ejercicio pleno de la soberanía del pueblo», añadió el comunicado.
Bolivia y Nicaragua son miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), organización política en la que participan también Cuba, Venezuela y varios países caribeños.
Los nicaragüenses votaron el 7 de noviembre para elegir presidente y vicepresidente de la República para el período de 2022-2027, los 91 diputados de la Asamblea Nacional (Parlamento unicameral) y los 20 del Parlamento Centroamericano.