Prensa Latina
Gran cantidad de nicaragüenses estarán pendientes hoy de lo que se clasifica aquí como el mayor desafío enfrentado en la historia por la selección nacional de fútbol, el amistoso como invitado ante la Argentina de Messi y compañía.
La albiceleste, que se prepara con vistas a la Copa América a organizar por Brasil dentro de unos días, constituye un escollo muy difícil de superar para Nicaragua en período de alistar armas de cara a la también inminente Copa de Oro, coinciden los analistas pinoleros del más universal de los deportes.
Como en todas partes, en el más extenso país de Centroamérica también existen optimistas, cuyos sueños apuntan a una campanada de la escuadra dirigida por el técnico costarricense Henry Duarte esta noche en el estadio Bicentenario, de la ciudad de San Juan.
Ocupar el undécimo puesto en el ranking mundial de la FIFA, constituir una de las potencias históricas de la disciplina y alinear a un súper crack como Lionel Messi, deben constituir bazas suficientes para que la escuadra suramericana doblegue a Nicaragua, ocupante del lugar 129 en el listado del orbe.
Un análisis más objetivo avanza que este grupo de jugadores pinoleros nucleados por el tico Duarte se ha ganado ya el privilegio histórico de compartir cancha con una selección que ostenta el pedigrí de sus dos Copas del Mundo.
Nicaragua puede jugar un futbol ordenado, con posibilidades de ganar o perder, pero debe mantener su nivel, predica Duarte por estos días.
También existen agoreros que a esta hora rescatan de los archivos el resultado más demoledor sufrido por una selección nica, el 14-0 que le endosó Brasil en los Juegos Panamericanos de México-1975.
Otros sueñan con la proeza de cerrarle la puerta de la cabaña pinolera a Messi, Ángel Di María y Sergio Agüero, hecho que colocaría a Justo Lorente, el portero del modestísimo Mangua FC, en el altar del deporte nacional.