Nicaragua recuerda hoy una fecha clavada para siempre en el dolor nacional: el terremoto que en los primeros minutos del 23 de diciembre de 1972 arrasó Managua (la capital) y cobró un saldo de miles de vidas.
El movimiento sísmico, de 6.2 grados en la escala de Richter, con epicentro en el Lago Xolotlán, y que representa la mayor tragedia en la historia de este país centroamericano, ocurrió a las 00:35 hora local y fue seguido por dos réplicas en un término de 45 minutos.
A la cifra de fallecidos que distintos cálculos sitúan entre 10 mil y 19 mil 300, se sumaron unos 20 mil heridos, un cuarto de millón de personas sin hogar y la destrucción casi total del centro de Managua.
La prensa de la época comparó la catástrofe con la causada por el bombardeo atómico estadounidense a las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, en la primera decena de agosto de 1945.
El epicentro fue localizado dos kilómetros hacia el interior del lago y la ruptura de la superficie terráquea se dio a lo largo de la Falla de Tiscapa, de más de seis kilómetros de longitud.
Los daños económicos fueron estimados en más de mil millones de dólares de la época y los servicios públicos de transporte, agua, electricidad, teléfono y alcantarillado sanitario colapsaron.
Nicaragua realizó el jueves anterior el cuarto simulacro nacional multiamenazas, ejercicio que contempló entre sus hipótesis un sismo de gran magnitud con incidencia en todo el territorio nacional.
Nicaragua se encuentra en el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, un área de más de 40 mil kilómetros de extensión, en forma de herradura, que concentra la mayoría de los volcanes activos del planeta y donde suceden los eventos telúricos con más asiduidad y magnitud.
Fuente: Prensa Latina.