Nueva York 11/9: Los diversos caminos del terror

 

Raúl Antonio Capote | Granma

* Una «misteriosa» organización, Al Qaida, cargó con la responsabilidad de los atentados que causaron 2,996 muertos y más de 25 000 heridos.

El 11 de septiembre amaneció soleado en la ciudad de Nueva York. Pudo ser un día más en la ciudad de los rascacielos, ícono del modo de vida estadounidense, pero en cuestión de segundos, la urbe se cubrió de una nube de polvo y humo.

Dos aviones impactaron contra las Torres Gemelas del World Trade Center, un tercer avión se estrelló cerca del Pentágono y un cuarto terminó sobre los campos de Pensilvania. Una «misteriosa» organización, Al Qaida, cargó con la responsabilidad de los atentados que causaron 2,996 muertos y más de 25,000 heridos.

Ese acto terrorista, considerado como el más grande en la historia de Estados Unidos, sirvió de pretexto para incorporar en la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de esa nación la filosofía del «ataque preventivo» y la «amenaza inminente».

El gobierno de George W. Bush aprovechó la oportunidad para presentar el «Informe especial sobre Cuba y la coalición del terror», documento publicado el 19 de septiembre de 2001, apenas una semana después del ataque contra el World Trade Center, que ha servido de base desde entonces para afectar la imagen de Cuba y acusarla de promover el terrorismo.

En ese escenario, la administración de Bush publicó su texto «Patrones del Terrorismo Global y el Informe de los países sobre Terrorismo», en el que incluyó a la Mayor de las Antillas, en el acápite de Estados Patrocinadores del Terrorismo.

Así, siguiendo esa línea de acción, que no ha variado con el paso de los años, en los informes de 2005 y 2006 establecieron un patrón injusto: «Cuba no hace ningún esfuerzo antiterrorista», dicen.

De manera contradictoria, Cuba sí ha sido víctima durante años de esta y otras formas de agresión. En territorio estadounidense se han llegado a elaborar gérmenes y virus contra la Isla, como ocurrió en 1981, cuando introdujeron en el país el dengue hemorrágico que mató a 101 niños.

Vivos en la memoria estarán también siempre las víctimas del sabotaje contra la aeronave de Cubana de Aviación en Barbados, el 6 de octubre de 1976.

Con respecto al mundo, la historia más reciente incluye ataques terroristas que han conmovido por su crueldad.

Significativos fueron los atentados de París, el 13 de noviembre de 2015, que dejaron 137 muertos y más de 450 heridos; y también la violencia desatada en la sala de conciertos de Moscú, Crocus City Hall, el 23 de marzo de 2024, considerado el acto terrorista más mortífero cometido en Rusia en dos décadas.

El ataque de gas sarín en el metro de Tokio, en 1995; la bomba en la ciudad de Oklahoma, en 1995; y los atentados del 29 de octubre de 2005, en Nueva Delhi, se suman a una lista que pareciera interminable.

El terrorismo abarca una serie de complejas amenazas; sin embargo, muchas veces, quienes enfrentan la agresión y son víctimas de actos de esta índole aparecen presentados ante la opinión pública internacional como culpables, mientras los verdaderos responsables quedan impunes.

Está, como ejemplo reciente, el descubrimiento de decenas de laboratorios estadounidenses de guerra biológica contentivos de peligrosos patógenos en diferentes zonas de Ucrania y la existencia conocida de estos centros en países cercanos a Rusia, lo cual es una seria amenaza para la humanidad.

No podemos perder de vista a quiénes son los verdaderos promotores de ese terrible flagelo, así como tampoco dejar de mencionar la que es, quizá, la mayor manifestación de terrorismo en este siglo: el genocidio sionista contra el pueblo palestino en Gaza, con más de 40,000 muertes, la mayoría de mujeres y niños.