Nuevas relaciones China-Nicaragua apuntan a canal interoceánico

Sputnik News

El restablecimiento de las relaciones entre los gobiernos de China y Nicaragua propiciarían las condiciones para acelerar el proyecto de Gran Canal Interoceánico, estancado en el país centroamericano a raíz del fallido golpe de Estado de 2018, dijo el director del Centro Regional de Estudios Internacionales, Manuel Espinoza.

«Nicaragua necesita gigantescos proyectos, hay una competitividad global enorme y también hay una insuficiencia de elementos que facilitan la comunicación comercial, entre estos está el canal interoceánico, que hay que decir es un derecho nuestro a hacerlo», expresó el director del CREi.

Nicaragua restableció e viernes anterior las relaciones diplomáticas con la República Popular de China, tras romper los vínculos que por 31 años mantuvo con Taiwán, isla que Pekín considera parte «inalienable» de su territorio.

En junio de 2013, la Asamblea Nacional de Nicaragua aprobó la Ley 840, para la concesión, construcción y operación del Gran Canal Interoceánico otorgado al grupo inversionista de capital chino HKND, por un costo aproximado de 50.000 millones de dólares, con un alcance de futuro para el cruce de más de 5.000 barcos por año.

«Es la única opción, realmente en América Latina, que hay (para) la ampliación de un canal para el tipo de embarcaciones que vienen ahora, yo lo veo mucho más viable que antes. Creo que si el canal se llegará a construir sería una gran cosa para Nicaragua, es una obra de interés mundial», señaló a la Agencia Sputnik el analista en derecho internacional Manuel Madriz Fornos.

El representante del grupo HKND, es el empresario chino Wang Jing, quien este viernes felicitó al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, por reiniciar relaciones con China.

«Nicaragua está destinada a convertirse en el eje más importante de la «Franja y Ruta» a través del Pacífico y el Atlántico, un centro emergente que promueve la economía, el comercio, la tecnología y la cultura entre el este y el oeste, un faro que representa la gran amistad entre los pueblos y simboliza la búsqueda de la libertad, la prosperidad y la civilización en nombre de los pueblos del mundo», expresó Jing en una comunicación divulgada por el Gobierno de Managua.

El interés de construir un canal interoceánico data desde el siglo pasado, y el actual Gobierno de Nicaragua apuesta al proyecto de obra de gran calado para posicionar a la nación centroamericana en el centro del comercio del continente, dada la capacidad limitada del actual canal de Panamá.

Para Espinoza, Nicaragua tiene más que una aspiración, el derecho a restablecer las relaciones con China, que le brinda al país la posibilidad de concretar el sueño del canal.

«Lo que pasa es que desde 1948 los norteamericanos han venido tratando de impedir que nosotros lo tengamos, porque ellos saben que la liberación económica de los pueblos es la independencia política, porque no es malo aspirar sólo al canal, y este sería un canal excepcional, un proyecto fantástico, porque tendría capacidad para enormes buques tipo Panamá», dijo.

El Gobierno de Nicaragua informó este viernes que la delegación que se encuentra en Tianjin (norte de China) se reunió con instituciones chinas de cooperación, inversiones y comercio. Para la nación centroamericana, China significa un mercado que garantiza más de 1.4 mil millones de compradores.

La posibilidad de que Estados Unidos incremente las hostilidades en la política internacional contra Nicaragua, no afectará una decisión de Estado que es política y soberana, considera Madriz Fornos, sobre el contexto del nuevo vínculo con el Gobierno de Pekín y la renuncia de Managua a las relaciones con Taiwán.

«Parece que Estados Unidos estaba presionando a Taiwán para que no nos siguiera dando apoyo y se estaban reteniendo fondos, pero en política las cosas son como son y hay que tomar decisiones, esa decisión es positiva para Nicaragua. Los Estados Unidos está queriendo manipular al mundo entero en función de sus intereses», comentó Madriz Fornos.

Las relaciones entre el presidente Daniel Ortega y China se remontan a la década de los años 80 del siglo pasado, cuando triunfó la Revolución Popular Sandinista en Nicaragua y el entonces mandatario era un aliado del gigante asiático.

No obstante, los vínculos fueron rotos por la expresidenta Violeta Barrios cuando ganó el poder en 1990, para establecerlos con Taiwán. Las relaciones con la isla continuaron con Taiwán en 2007 con el regreso del presidente Ortega al Gobierno, hasta que el 9 de diciembre decide retomar las relaciones con China.

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